“Debido a la destrucción que estáis causando a la sociedad musulmana no tiene sentido discutir con vosotras. Si Dios quiere, mataré a tantas feministas como sea posible”, es uno de los mensajes de la oleada de textos de ciberacoso, ciberdelincuencia y amenazas de muerte que están recibiendo las activistas feministas marroquíes en Instagram.
Se trata de intimidaciones directas, insultos, incluso alusiones a actos terroristas, en comentarios o mensajes privados en inglés y en francés, desde cuentas falsas, por el hecho de defender las libertades individuales y por criticar la regulación de las relaciones de familia a partir de la religión. Además, circula una lista negra de personas a ejecutar, con los nombres de activistas feministas marroquíes, en la que aparecen también periodistas y artistas.
En ese largo listado figuran rostros conocidos que reivindican la igualdad entre hombres y mujeres, y un cambio social y político en el país vecino. Entre ellos, la expresidenta de la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH) Khadija Ryadi, la dibujante e ilustradora Zainab Fasiki, la escritora premio Goncourt Leila Slimani, la actriz Loubna Aidar censurada por ‘Much loved’; el director de esta cinta, Nabil Ayouch, y su mujer, la también actriz y directora Maryam Touzani; la periodista, actriz y cineasta Sonia Terrab, o Hajar Raissouni, encarcelada acusada de abortar e indultada por el rey Mohamed VI ante el reproche internacional.
Todas son profesionales no solo conocidas en su país, sino que tienen una gran proyección internacional por su trabajo artístico, pero además valoradas por su actividad reivindicativa de los derechos humanos y las libertades individuales en el país magrebí.
En el caso de Ibtissame Betty Lachgar, fundadora del Movimiento Alternativo por las Libertades Individuales (MALI), la amenazaron de muerte directamente en Instagram: “Betty, morirás dolorosamente, te lo prometo”. Por supuesto, los ataques se extienden a otras redes sociales.
En el caso de Lachgar, cuando la prensa empezó a hacerse eco, “los haters de Twitter me acusaron, recopilaron mis tuits sobre la religión y mencionan a la policía marroquí, pidiendo que me detenga, o amenazándome con presentar una denuncia por insultar al islam”, explica.
“Deberías terminar en prisión por complot contra los principios morales musulmanes de Marruecos. Seréis denunciadas. Vuestro juego maléfico que intentáis hacer en Marruecos será denunciado al gran público. Y sabemos muy bien que estás comprometida. Especie de feminazi histérica”, reza en uno de los textos.
Al preguntarle cómo se siente, responde que está acostumbrada. “No sé si realmente te acostumbras, pero vivo con eso y es parte de la lucha. No hay riesgos sin consecuencias”, asevera.
Efectivamente, Lachgar ha sufrido acoso en campañas anteriores de MALI muy mediáticas, como cuando hizo atracar un barco en Casablanca para atender a las mujeres que quisiesen abortar o facilitar píldoras abortivas, prohibidas en el país. Así que sus 'haters' están aprovechando las amenazas para convertirla en culpable, aludiendo a la policía y futuras denuncias por “difamación de la religión del Estado y al rey”.
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Incluso su nombre, su dirección y su número de teléfono aparecieron en la lista de personalidades para eliminar por el autoproclamado Estado Islámico (ISIS) en 2015 en Marruecos.
Denuncias a la Fiscalía
Varias de estas activistas feministas marroquíes han denunciado ante la Fiscalía amenazas de muerte y apología del terrorismo. Ibtissam Lachgar, entre ellas, asegura que “la policía se está tomando las cosas en serio, y va a convocarnos”.
No se conoce quién está detrás de estos perfiles falsos que amenazan en las redes sociales. Sin embargo, para Lachgar “la razón de que esto ocurra actualmente es que se está reformando el código de familia marroquí y los debates son más acalorados entre progresistas, y en particular las feministas y el movimiento conservador religioso. Porque lo que encontramos en las amenazas es que somos ateas, que estamos atacando el islam, que estamos creando fitna, es decir, caos en términos religiosos”.
Ejecuciones en Marrakech
Igualmente, circula un video de un joven marroquí vestido con chilaba que solicita a la gente que se concentre en la popular plaza de Yamá el-Fna en Marrakech para presenciar las ejecuciones. Explica cómo se les va a decapitar y ejecutar en público. “Las personas, reunidas con sus niños, podrán ver en directo la decapitación, cómo cortamos las cabezas. Deseo ser el verdugo. La siguiente… lleva pirsins en sus orejas y fue sorprendida sin sus pantalones. Allahu akbar”, grita.
De igual modo, se pregunta: “¿Por qué iba a ser Yamá el-Fna solo una plaza de entretenimiento? Podríamos al menos purificar esta tierra (Marruecos) ¿Una plaza solo para los monos? Podríamos decapitar a este tipo de gente (rara)”.
Efectivamente, las amenazas de muerte se extienden contra los hijos de las activistas amenazadas de muerte. Por ejemplo, Mouna Rahiani de la asociación feminista ‘Kif mama kif baba’ por la igualdad y la justicia de género, contestó al mensaje del agresor con “paz y amor”, y éste le amenazó con su hijo. “Tu niño primero, tú la segunda. Porque quiero que sufras más antes de que tú mueras”, publicó en los comentarios de su Instagram.
‘Charlie Hebdo’ en Rabat
Igualmente, los periodistas del digital Morocco World News, incluso su director, han recibidos amenazas por “promover el feminismo y el ateísmo, aceptar la homosexualidad, tolerar la zina (‘fornicación’, delito por mantener contacto sexual fuera del matrimonio legal, según la tradición jurídica islámica), y la normalización del aborto”, rezaba en varios de los mensajes enviados por una cuenta con el perfil de una mujer, Aicha Lamrani.
También los acusa de ridiculizar el islam. “Tú y todos vosotros ahí merecéis ser asesinados. Eso es lo que vamos a hacer pronto, si Dios quiere. Os hemos añadido a la lista de los enemigos del islam. Juro por Dios, esperad un ‘Charlie Hebdo’ en vuestra oficina de Rabat”.
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“Dile a tus compañeros que seréis todos asesinados en vuestra oficina de Rabat como ‘Charlie Hebdo’ en 2015. Lo juro por Dios”, “voy a matar ahí a todo el mundo, lo juro por Dios. Estad preparados para el nuevo Charlie Hebdo, si Dios quiere”.
Difunde una lista de “Enemigos del islam trabajando para Morocco World News” con los nombres y apellidos del director y de seis periodistas, para al final preguntarles “¿Recordáis Charlie Hebdo 2015?”.
Los acusa de repudiar el artículo 490 del Código Civil, que penaliza las relaciones sexuales mantenidas de mutuo acuerdo entre personas no casadas y las castiga con una pena de entre un mes y un año de prisión.
“Penalizar las relaciones sexuales que mantienen dos personas adultas de mutuo acuerdo, con independencia de su estado civil, viola el derecho a la intimidad y a la libertad de expresión. Además, esta disposición disuade a las víctimas de violación de presentar una denuncia, porque podrían ser procesadas por mantener relaciones sexuales fuera del matrimonio”, denuncia Amnistía Internacional.
En todo caso, la abolición del artículo 490 del Código Penal marroquí es una lucha de las ONG y activistas para salvaguardar la libertad y la integridad de las mujeres en Marruecos.
En un primer momento, Adnane Bennis, director del periódico amenazado, pensó que “se trataba de un ‘trol’ y no quise prestarle importancia”. Sin embargo, cuando leyó la cantidad de mensajes y comentarios en su Instagram, Facebook y Linkedin, además de los comentarios en muchas de las publicaciones del Instagram del periódico, “empecé a pensar que esto podía ser serio”. También le sorprendió “ver que otros activistas habían recibido los mismos mensajes. No sólo era a mí, sino también a mis periodistas”.
De tal manera, que “fui a comisaría y presenté una denuncia en el juzgado de Rabat. Ya se han puesto en contacto conmigo y me estoy reuniendo con ellos mientras realizan su investigación”. El miércoles a la salida de la comparecencia con la policía, explicó a este medio que “presenté una denuncia y la investigación ahora ya está en curso. Me preguntaron”.