En Nicaragua Daniel Ortega arrasó en las últimas elecciones presidenciales. No tenía rival. La oposición del país centroamericano fue retirada del proceso por una decisión judicial. Ese es el escenario que la disidencia en Venezuela cree que está gestando el Gobierno de Nicolás Maduro, con la complicidad del Tribunal Supremo de Justicia y del Consejo Nacional Electoral. “El régimen prepara elecciones a la nicaragüense: sin partidos opositores y falsos candidatos opositores escogidos por el Gobierno”, ha dicho Henry Ramos, diputado de la Mesa de la Unidad. La vía escogida es la ilegalización, una fórmula que también afecta a los partidos más pequeños que hasta ahora han apoyado al chavismo.
¿Qué ha pasado con las elecciones suspendidas?
En Venezuela las elecciones están paralizadas. El año pasado no se realizaron los comicios regionales para elegir a los gobernadores de los 24 estados del país, a pesar de que la Constitución es clara: el período dura cuatro años y ese plazo se venció el pasado mes de diciembre. El Consejo Nacional Electoral (CNE), a través de su presidenta, Tibisay Lucena, había prometido que las votaciones se realizarían en el primer semestre de 2017, pero hace unos días el CNE anunció que habían sido “interrumpidas” hasta que los partidos políticos cumplan con el proceso de “renovación” de su militancia. El referendo para revocar el mandato del presidente Nicolás Maduro también fue aplazado en 2016 por recursos presentados ante tribunales provinciales. El chavismo dice que hubo fraude en la recolección de las firmas para activar la consulta.
¿Qué dicen los actores políticos?
La “revolución bolivariana”, que históricamente se ha jactado de realizar elecciones cada año, y de haber ganado 18 de los últimos 20 comicios, ahora rehúye a las urnas. “La prioridad no son las elecciones regionales. Cuando el Consejo Nacional Electoral las convoque, iremos”, ha dicho Héctor Rodríguez, jefe del grupo parlamentario chavista.
La oposición sostiene que su prioridad es conseguir que los venezolanos se expresen a través del voto y que este año se realicen tanto las elecciones regionales como las municipales, que deberían ser a finales de 2017. “Este Gobierno está tan débil que no aguanta una elección más en el país”, ha dicho Julio Borges, presidente del Parlamento, de mayoría opositora. “El fin último debe ser que haya al menos esas dos elecciones en el país este año”.
¿Cómo es eso de renovar la militancia de los partidos?
En la Ley de Partidos Políticos se establece que los partidos nacionales deben renovar su nómina el año siguiente del inicio del período constitucional. En este caso ese proceso se tuvo que realizar el año pasado, pero el Tribunal Supremo de Justicia dictó una sentencia en la que extendía el plazo por seis meses.
¿Qué deben hacer los partidos para renovarse?
Según la Ley, los partidos que durante las elecciones no hayan superado el 1% de los votos a nivel nacional deben renovar su militancia. Para ello deben recoger el 0,5 % de las firmas de los votantes registrados en al menos 12 de los 24 estados que conforman el país.
¿Cuántos partidos deben participar en este proceso?
En total 59 de los 62 partidos registrados ante el CNE han manifestado que quieren renovar su militancia. El oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) y la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) no están obligados, porque en las elecciones parlamentarias consiguieron más del porcentaje mínimo requerido para mantener su legalidad. Pero las amenazas a la MUD también han llegado desde la boca de Diosdado Cabello, mano derecha de Maduro.
¿Pero la MUD no es una alianza de partidos?
En efecto, la Mesa de la Unidad es una coalición de partidos opositores, pero también funciona como un partido político desde 2010. Tiene esa doble característica. Sin embargo, cada partido que lo conforma sí debe pasar por el mismo proceso para mantener su legalidad, puesto que no se presentaron de forma individual a las urnas en los últimos comicios y cada uno de ellos quiere conservar su entidad propia al mismo tiempo.
¿Qué pasa si un partido no logra renovar su nómina?
El partido quedará ilegalizado, fuera del registro del CNE y no podrá participar en ningún proceso electoral.
¿Dónde está la trampa?
El CNE presentó el año pasado un reglamento para realizar esta renovación en el que contemplaba que los partidos políticos nacionales tendrían 90 días para mover a sus militantes y realizar el proceso; luego contarían con un mes más para “reparar” cualquier objeción como, por ejemplo, la doble militancia -que está prohibida- y para intentar recabar las firmas faltantes. Pero el proceso fue paralizado. Según la Sentencia 878 del TSJ, el cronograma “fue alterado ante la solicitud de referendo revocatorio”.
Cuando el CNE retomó el proceso este año dispuso, según lo anunciado por la rectora Tania D’Amelio, que los partidos políticos tendrían dos días para cumplir con los requisitos, un 98% de tiempo menos que el planteamiento original. La reparación de los fallos y la recolección para los que no logren el mínimo también se realizará en dos días. Hasta el momento, el nuevo reglamento no había sido publicado y sólo se conocían parte de las condiciones vía Twitter y a través de una nota de prensa.
Pero, ¿es técnicamente posible que los partidos logren cumplir?
Para Vicente Bello, representante de la MUD ante el CNE, todo depende de la cantidad de máquinas biométricas que se dispongan en cada punto de recolección, porque los militantes deben presentarse con su cédula de identidad y escanear su huella dactilar. El número de “captahuellas” que se van a utilizar no ha sido anunciado por el ente comicial, a pesar de que el proceso debe comenzar el próximo 18 de febrero y finalizar el 23 de abril. Cada fin de semana seis partidos tendrán 14 horas para registrarse. El técnico electoral cree que para los partidos políticos será casi imposible conseguir la meta si apenas se dispone de una máquina por mesa, tal como se ha dicho que sucederá. Los tiempos no dan abasto. “Es cuestión de estadística”, resalta.
Bello también subraya que otra traba que tendrá el proceso, que se realizará durante los fines de semana –incluidos los festivos de carnaval y Semana Santa-, es que en cada doble jornada le corresponderá hasta a seis partidos simultáneamente llevar a sus militantes, lo que congestionará los puntos de recolección. Para él todo esto es una “argucia legal” utilizada para ilegalizar a la mayoría de los partidos.
¿Esto también afecta a los partidos oficialistas?
Esta decisión ha molestado a los partidos que integran el Gran Polo Patriótico, la coalición chavista. Juan Barreto, secretario general del partido Redes, ha calificado la medida como una “desfachatez”. “Eliminar los partidos de un plumazo burocrático es negar la pluralidad. Sin partidos políticos no hay participación electoral y sin ello no hay democracia”. El Partido Comunista de Venezuela anunció que no va a “acatar” estas normas. “No le vamos a hacer el favor a los capitalistas de hacer un listado con la huella biométrica, con todos los datos de nuestros camaradas, con la lista del partido”, sostuvo Oscar Figuera, diputado comunista, durante una rueda de prensa a inicios de esta semana. Rafael Uzcátegui, del oficialista Patria Para Todos, aseguró que los tiempos “no dan”, porque apenas contarán con 14 horas para renovarse.
En la MUD los partidos más pequeños, como La Causa R, también han anunciado que no van a participar en el proceso, aunque la mayoría de ellos ha anunciado que sí lo hará. Los opositores discrepan. Mientras unos piensan que el foco debe estar en realizar elecciones primarias para ir a las elecciones con la tarjeta de la MUD, otros intentarán cumplir con los requisitos para mantener su legalidad.
¿Existe algún antecedente?
Sí. En 2005 muchos partidos opositores decidieron no participar en las elecciones parlamentarias, por lo que no consiguieron el 1% para renovarse. Entonces el CNE difirió la renovación y todos los partidos pudieron postular a sus candidatos en las elecciones presidenciales de 2006. En aquel momento la directiva del CNE estaba integrada por las rectoras Tibisay Lucena, Sandra Oblitas, Socorro Hernández y Tania D’Amelio. Ellas permanecen en sus cargos actualmente y la Ley de Partidos es la misma. Sólo el rector Luis Emilio Rondón, en el cargo desde 2014, no participó de aquella decisión.
¿Qué sentido tiene esta jugada?
Para Vicente Bello la lógica de esta medida tiene dos vertientes: por una parte, responde a la visión de un partido hegemónico, que en la “revolución” exista un solo partido. “El Psuv está interesado en que los partidos, incluso de su bloque, desaparezcan”. En segundo lugar, Bello cree que esta es una forma de presionar a la MUD para que regrese a la mesa de diálogo entre Gobierno y oposición, auspiciada por Unasur y el Vaticano. Los opositores alegaron que Nicolás Maduro no cumplió con los acuerdos que se adelantaron el año pasado, como la liberación de los presos políticos. “La única forma de legalizar a los partidos es que el CNE difiera este proceso. Y el CNE hará eso si el Gobierno se lo ordena”.
¿La MUD está blindada?
Los portavoces de la MUD han explicado que para ilegalizar a un partido político, que cumple con todos los requisitos, se tiene que hacer un juicio en el TSJ, producto de una denuncia que tenga que ver con la violación a la Constitución o que dicha organización actúe en contra el orden constituido. Sin embargo, hasta el momento no existe ningún procedimiento en el Supremo, el CNE o ante la Fiscalía en contra de la MUD que pudiera llevarla a la ilegalidad. Pero en la oposición no bajan la guardia: “El Gobierno ha explorado la posibilidad de que la MUD sea ilegalizada y evitar que nos midamos en la contienda electoral”, se lee en un comunicado del partido Primero Justicia, que forma parte de la principal alianza opositora del país.
Diosdado Cabello, diputado del Psuv, ha insistido en que la Mesa de la Unidad le hizo “un fraude a la nación” con la recolección de firmas para el referéndum revocatorio de Maduro que aún no se ha celebrado. “La MUD, a pesar de estar registrada, le hizo un fraude al país y eso los deja automáticamente afuera”.
El líder opositor de uno de los partidos que conforman la MUD, Leopoldo López, ya presagió al despedir el año 2016 desde la cárcel: "En 2017, dictadura o democracia".
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