La indignación ha calado en la población de uno de los países más violentos del mundo, El Salvador. El Gobierno y ONGs se han sumado a los salvadoreños que protestan la muerte de Gustavito, el hipopótamo del Zoo Nacional que ha muerto después de recibir una paliza en su charca por parte de unos delincuentes que aún no han sido detenidos.
"Aquí estamos acostumbrados a ver a los muertos todos los días. Nos matan como moscas, pero esto supera todo. Mataron a un animal que sólo nos entretenía", asegura un vendedor ambulante del centro histórico a The Guardian.
Se han convocado vigilias frente al zoológico, donde se han colocado flores y velas, para protestar por la brutalidad de la muerte de este animal.
El ataque ocurrió el martes de la semana pasada, durante la noche, pero los cuidadores de Gustavito no detectaron las heridas hasta el jueves, cuando el animal salió de su charca.
El director del parque zoológico, Vladan Henriquez, explicó que el hipopótamo estaba lleno de golpes y heridas punzantes y que creen que fue atacado con barras de hierro, cuchillos y piedras.
La Secretaría de Cultura de El Salvador ha explicado que se ha abierto una investigación y que el Zoo permanecerá cerrado hasta que se aclare lo sucedido.
El cuerpo del hipopótamo ha sido enterrado con apoyo del Ministerio de Obras Públicas y atendiendo a las medidas sanitarias recomendadas por especialistas en estos casos, según explicó en rueda de prensa el responsable de Cultura.
"Lamento con profundo pesar esta situación. Fui testigo del arduo trabajo que efectuaron los médicos veterinarios, biólogos y cuidadores para salvar la vida del hipopótamo Gustavito; agradezco por su incondicional muestra de profesionalidad, ya que pasaron día y noche haciendo los procedimientos necesarios para restablecerle su salud, luego de la brutalidad con la que fue agredido", aclaró la secretaria de Cultura de la Presidencia, Silvia Elena Regalado.