Cuando tenía 20 años, Maria Lúcia de Almeida Braga se quedó embarazada. La respuesta de su familia fue encerrarla en una habitación de 9 metros cuadrados como castigo. Esta mujer brasileña, de ahora 36 años, ha pasado más de una década y media en una diminuta celda en una vivienda familiar a las afueras de la ciudad de Uruburetama, en el estado de Ceará, al norte de Brasil.
La habitación no tenía urinario, lavabo o electricidad y la única luz que ha recibido en todo este tiempo era la que entraba por una ventana que casi siempre estuvo sellada, recoge el Daily Mail. Cuando dio a luz, dieron su bebé a otra familia. Encerraron a Maria Lúcia desnuda y la alimentaban dos veces al día.
Su liberación se produjo el día 9 de marzo, pero la noticia sólo se ha conocido después de que su hermano Joao de Almeida Braga, fuera arrestado este jueves. Él fue quien se encargó de mantener a su hermana prisionera cuando sus padres enfermaron, según el diario brasileño O Povo.
"Maria Lúcia se quedó embarazada... y, sin ninguna vergüenza, su padre la encerró. Dio a luz y entregaron a su hijo a otra familia", dijo al diario brasileño el abogado de la mujer, Harley Filho.
El padre de Maria Lúcia sufrió un derrame y su madre, que se oponía al encarcelamiento de su hija, desarrolló problemas psicológicos que la postraron en la cama, según uno de los investigadores que lleva el caso.
La Policía, que dio con la casa donde estaba Maria Lúcia gracias a una denuncia anónima, se encontró con una mujer extremadamente delgada, un espacio húmedo y sucio cerrado con varios candados. Los agentes explican que la vivienda estaba en un lugar de difícil acceso y que, por mucho que ella hubiera gritado para alertar de su situación, no habría sido posible escucharla.
"Era una habitación de tres por tres metros, con solo una hamaca. Un espacio fétido y sucio. Recibió a los agentes con los brazos abiertos cuando los vio entrar", afirmó un portavoz de la policía. Aunque al principio le costaba hablar, en estos 20 días Maria Lúcia ha empezado a recuperarse lentamente de las secuelas de este encierro. "Estaba muy delgada, pero ya va recuperando peso. Le costaba hablar, pero está empezando a escribir", agregó el agente.
La Policía busca ahora al padre de la mujer, que no ha sido identificado todavía, aunque debido a su edad y su estado físico los agentes no pedirán su detención. Joao, el hermano, ha sido acusado de detención ilegal y malos tratos y enfrenta penas de hasta ocho años de prisión. Los agentes aseguran que el hijo de Maria Lúcia ha sido identificado y que esperan que puedan reunirse pronto.