Las sentencias del Tribunal Supremo en contra de la Asamblea Nacional se convirtieron en la chispa que ha encendido el malestar popular en Venezuela, un país azotado por una intensa crisis económica y por la escalada del conflicto entre el Gobierno socialista y la oposición.
El encontronazo se ha producido en las calles donde ya hay una víctima mortal. El defensor del pueblo de Venezuela, Tarek William Saab, ha informado de que un joven llamado Jairo Ortiz fue asesinado la noche del jueves durante una protesta en el municipio Carrizal, ubicado en el central estado de Miranda, a las afueras de Caracas.
Las redes sociales difundieron vídeos y fotografías que daban cuenta de varios personas que, supuestamente, habían resultado heridas durante la misma protesta.
La Mesa de la Unidad Democrática había convocado a sus seguidores a protestar masivamente el pasado jueves con la pretensión de llegar hasta la sede de la Defensoría del Pueblo, a pesar de las reiteradas advertencias oficiales: “El pueblo chavista no dejará que entren al centro de Caracas”, soltó Diosdado Cabello, vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela, desde una contramarcha realizada por el chavismo en el corazón de la capital caribeña.
Los opositores que desde muy temprano salieron de siete puntos diferentes de la ciudad hasta concentrarse en Altamira, al este, querían entregar un documento a Tarek William Saab, defensor del Pueblo, en el que lo emplazan a pronunciarse a favor de iniciar un proceso de destitución contra los jueces de la Sala Constitucional de Tribunal Supremo de Justicia que emitieron par de sentencias que inhabilitaron de facto al Parlamento.
Tensión creciente
Manifestantes y cuerpos de seguridad se enfrentaron en las calles de Caracas en una jornada que comenzó con tranquilidad pero que al mediodía, cuando los disidentes intentaron llegar hasta el centro de la ciudad, se tornó violenta.
Una barrera de centenares de efectivos de la Policía Nacional Bolivariana y la Guardia Nacional impidió el paso de los opositores en medio de una lluvia de bombas lacrimógenas. Los manifestantes respondieron lanzando piedras y molotovs; las fuerzas policiales replicaron con más gas y hasta devolvieron las piedras.
El enfrentamiento se prolongó durante horas con diputados de la MUD a la cabeza, entre ellos Freddy Guevara que al final de a jornada, a modo de balance, pidió a sus seguidores que siguieran en las calles pidiendo elecciones, suspendidas desde el año pasado, y la destitución de los magistrados del TSJ. “La Unidad solo está pidiendo votar y que se respete la Constitución”.
Sorprendió que la muchedumbre se mantuviera en el lugar durante tanto tiempo a pesar de la fuerza con la que los efectivos de seguridad intentó repelerlos. Era una muestra de “la resistencia”, nombre que algunos manifestantes dieron a la jornada en la que se escuchaban consignas a favor de la realización de comicios electorales, en contra de la dictadura y se entonó en varias oportunidades el himno venezolano.
Según la ONG Foro Penal, 20 personas resultaron heridas en Caracas y 18 fueron detenidas, entre ellos Elvis Flores, camarógrafo del canal VPI. El Gobierno ordenó el cierre de más de una docena de estaciones del Metro y restringió la circulación vehicular en las entradas de Caracas desde muy temprano en un movimiento que para la MUD tiene como fin último sabotear la participación de una mayor cantidad de ciudadanos en la movilización.
Calle y más calle
La oposición ha pedido a sus seguidores que este sábado regresen a las calles en lo que consideran será una lucha de largo aliento para “restituir el hilo constitucional”. Voceros del PSUV, por su parte, han asegurado que siempre que sus adversarios convoquen a manifestaciones, ellos saldrán a defender a la “revolución”.
“Si llegara el momento de que cada hombre de este país y cada mujer tuviera que agarrar una kalashnikov (fusil de fabricación rusa) para defender la patria de Bolívar, estoy seguro que estaríamos dispuestos a hacerlo”, ha advertido Freddy Bernal, dirigente del PSUV.
Para la oposición es fundamental que la presión popular siga para conseguir los cambios que se proponen. Por eso esperan que el sábado se duplique la cantidad de manifestantes en Caracas y que en todas las capitales de los estados también se hagan demostraciones populares contundentes.
“Nosotros somos diferentes a la gente del Gobierno. Ellos son una pandilla y nosotros somos contingentes”, aseguró el diputado Henry Ramos Allup al final de la jornada. “Lo único que hemos pedido como mayoría del país es que se cumpla con la Constitución y que se destituya a los magistrados del TSJ”, reiteró.
“Nuestra arma es la Constitución”
“El defensor del Pueblo tiene que dejar de ser el defensor del Psuv y defender al pueblo venezolano. Vamos a exigir que cumpla con su obligación constitucional. Si no, que renuncie como lo están pidiendo las organizaciones no gubernamentales”, dijo Henrique Capriles Radonski, líder de la oposición durante la protesta.
“Esta es una lucha de acuerdo al artículo 333 de la Constitución, hasta que se restituya el hilo constitucional. Los venezolanos tenemos el deber de colaborar y luchar para que la Constitución de nuestro país tenga plena vigencia”.
Con esas palabras justificaba Capriles la decisión de dirigir la manifestación hasta la Defensoría del Pueblo, en el centro de Caracas: “Entramos en una etapa desconocida, en una etapa que la mayoría de los venezolanos desconocemos. Estamos en dictadura, porque ese fue el camino que escogió le Gobierno”.