La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) ha culminado en San Salvador su reunión de cancilleres sobre la crisis de Venezuela sin el apoyo que mostró en otra época a su gobierno, pero con un llamamiento al diálogo en medio de la violencia que atraviesa el país suramericano.
El encuentro se celebró con 26 de los 33 países miembros, de los cuales la mitad están entre los 19 miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA) que convocaron la semana pasada a una reunión de cancilleres sobre Venezuela, lo que desató el repudio del Gobierno de Nicolás Maduro y lo llevó a pedir con urgencia este cónclave de la Celac, así como a anunciar su salida de la OEA.
Seis de los siete países ausentes hoy en San Salvador (Bahamas, Barbados, Brasil, México, Paraguay y Perú) fueron peticionarios de la cita en la OEA, donde el Gobierno de Venezuela ha contado con menos apoyos por la participación de Estados Unidos y Canadá y la ausencia de su aliado Cuba.
Los 26 países culminaron con un llamamiento general al diálogo en Venezuela, donde una masiva ola de protestas antigubernamentales ha dejado en las últimas cuatro semanas al menos 29 muertes -en manifestaciones a favor y en contra del oficialismo-, unos 500 heridos y más de un millar de detenidos.
Desde el comienzo del encuentro de este martes, el ministro de Exteriores salvadoreño, Hugo Martínez, advirtió de que el ente regional no podría tomar acuerdos o emitir una resolución por la falta de siete de sus miembros, entre ellos Trinidad y Tobago.
Martínez explicó que la cita, que en un principio se planteó para encontrar soluciones a la crisis, fue para el "ablandamiento" del tema y como "insumo" para la reunión ordinaria de la Celac prevista para mediados de mayo en República Dominicana.
"No hay un acuerdo, no hay una resolución", pero "no hubo ningún país que manifestara estar en contra del diálogo como vía de salida para la situación en Venezuela", dijo Martínez a la prensa al término de la reunión.
El canciller salvadoreño consideró que la falta de un consenso final no quita legitimidad al organismo, que tuvo entre sus propulsores a Hugo Chávez, el anterior presidente venezolano ya fallecido, y se limitó a confirmar la ausencia de los siete países, sin detallar el número de cancilleres que atendió a la convocatoria.
La ministra de Exteriores venezolana, Delcy Rodríguez, afirmó que la reunión fue un "triunfo contra el intervencionismo" y "una condena" contra el secretario general de la OEA, Luis Almagro.
La canciller aseguró que el tono de la reunión fue respetuoso, incluso con el club de países que han votado contra el Gobierno de Maduro en la OEA, donde, según ella, "se vulneró toda la legalidad e institucionalidad de esta organización".
Rodríguez anunció además que Maduro ha invitado a El Salvador, Nicaragua, República Dominicana y San Vicente y Las Granadinas para dar "acompañamiento" a un proceso de diálogo en su país, sin ahondar sobre cuál sería su papel.
El secretario general de la OEA, una de las voces internacionales más críticas con Maduro, ha presionado junto con un grupo de 19 países para que el Gobierno venezolano convoque a elecciones, respete la separación de poderes, libere a los políticos presos y atienda la crisis de alimentos y medicinas.
Este mismo martes, Almagro dijo que el Gobierno de Maduro promovió un "nuevo golpe de Estado" al convocar a una Asamblea Constituyente con el que busca "consolidar este régimen autoritario".
En San Salvador, la canciller venezolana se reunió con unos 300 seguidores del partido oficialista salvadoreño, Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), y parte de su liderazgo nacional en las afueras de la Cancillería.
Mientras, en otro sector de la capital, en la Plaza Italia, unas 200 personas se expresaron en contra del Gobierno de Venezuela y la reunión de la Celac, y se solidarizaron con los venezolanos por la situación de su país, afectado por una crisis económica que se traduce en la persistente y fuerte escasez de alimentos y medicinas.
El Gobierno venezolano acusa a sus opositores de promover la violencia que en las últimas semanas ha causado 29 muertes provocadas por civiles armados, mientras la oposición responsabiliza a paramilitares armados por el oficialismo.
Las manifestaciones se iniciaron hace un mes a raíz de que el Tribunal Supremo dictara una sentencia con la que asumía las funciones del Parlamento, el único poder controlado por la oposición, y, aunque ese fallo fue revertido parcialmente dos días después, los opositores insisten en denunciar la ruptura del orden constitucional.