Sorpresivamente el preso político más emblemático de Venezuela llegó a su casa en Caracas durante la madrugada de este sábado. Sigue detenido, pero ha cambiado de cárcel. Ya no estará aislado en la prisión militar de Ramo Verde, a las afueras de la capital. El traslado se ha hecho efectivo tras una “medida humanitaria” dictada por el cuestionado Tribunal Supremo de Justicia. Los medios de televisión del Estado también le han cambiado el estatus: ya no es “el monstruo de Ramo Verde”, ahora se refieren a él simplemente con su nombre y apellido: Leopoldo López.
En Venezuela existen 431 presos políticos, según los datos que maneja la ONG Foro Penal que, en voz de su director general, Alfredo Romero, son utilizados “como fichas de negociación”. Parece evidente que algo tiene que estar sucediendo tras bastidores para que el presidente Nicolás Maduro decidiera usar a Leopoldo López en este momento, cuando se cumplen 100 días de protestas opositoras y el país está a tres semanas de las elecciones a la Asamblea Nacional Constituyente, una propuesta gubernamental que ha sido rechazada por la oposición, tanto en las calles como en el Parlamento.
Maduro sufrió un duro autogol con el asalto que hicieron sus seguidores al Parlamento venezolano hace apenas unos días y con Leopoldo López pretende desviar la conversación hacia el dirigente de Voluntad Popular, tratando también de golpear con ello a la fiscal general, Luisa Ortega Díaz, y dar legitimidad al Tribunal Supremo.
Versiones contradictorias
Desde el oficialismo no se han puesto de acuerdo respecto a los motivos para dar el beneficio procesal a Leopoldo López, lo que asoma el carácter discrecional de la decisión:
Si bien la sentencia del Tribunal Supremo de Justicia, a cargo de su presidente Maikel Moreno, estipula que “existían serios señalamientos de irregularidades sobre la distribución del expediente a un Tribunal de Ejecución”, también afirma que se otorgó la medida “en virtud de información recibida sobre la situación de salud del dirigente político”.
Pero el defensor del Pueblo, Tarek William Saab, en rueda de prensa anunció que todo fue gracias a las gestiones realizadas por su despacho en respuesta a una petición de Lilian Tintori, esposa de López. La Comisión de la Verdad, creada por el Gobierno, ha publicado un comunicado, casi al momento de saberse la noticia sobre el traslado del dirigente opositor, en el que exhortan la aplicación de “fórmulas alternativas a la privación de libertad” a personas como Leopoldo López.
El ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López, ha dicho que el caso de Leopoldo López es producto del diálogo y la tolerancia de Nicolás Maduro, y que ha sido posible gracias al trabajo de mediación de los expresidentes José Luis Rodríguez Zapatero (España), Leonel Fernández (República Dominicana) y Martín Torrijos (Panamá).
Las negociaciones que no se ven
Rodríguez Zapatero ha insistido desde hace tiempo en la fórmula de la “casa por cárcel” como un primer paso para tratar de destrabar la complicada situación política en Venezuela.
El expresidente del Gobierno español, que es una de las pocas personas a las que tuvo acceso Leopoldo López durante su cautiverio, llegó a mediados de esta semana a Caracas donde ha sostenido reuniones con los principales actores políticos del país.
Zapatero ha sido el puente entre los familiares del líder opositor y el madurismo, representado por los hermanos Jorge y Delcy Rodríguez, alcalde de Caracas y excanciller, respectivamente. El diálogo entre las partes fue confirmado hace algunas semanas por Lilian Tintori, esposa de López, quien aseguró que Leopoldo no iba a negociar su libertad.
Los allegados al preso político insisten en que la decisión tomada por el TSJ ha sido unilateral. Freddy Guevara, vicepresidente del Parlamento y dirigente de Voluntad Popular, el partido de López, ha dicho que el líder opositor fue llevado por 30 hombres armados a la cárcel y de la misma forma fue trasladado hasta su casa, descartando las versiones que asomaban un pacto y mostrando que López no tuvo ninguna alternativa.
El propio Leopoldo López, en un breve comunicado leído por Guevara, ha destacado que no tiene voluntad alguna de claudicar. “Mantengo firme mi oposición a este régimen... Si mantener mi convicción de lucha por la libertad significa volver a una celda en Ramo Verde, estoy más que dispuesto a asumirlo. Hoy estoy preso en mi casa”.
La legitimidad del Tribunal Supremo
En el futuro inmediato la decisión a favor de López puede servir como argumento para dar legitimidad al Tribunal Supremo de Justicia. La Asamblea Nacional, de mayoría opositora, ha iniciado un procedimiento para nombrar a 13 nuevos jueces del alto tribunal, tras determinar que no cumplen con los requisitos de la Constitución y que fueron designados de forma irregular por el Parlamento cuando el chavismo era mayoría.
La fiscal general de la República, Luisa Ortega Díaz, también se ha declarado en rebeldía y desconoce al Supremo “ilegítimo” que, como parte de la lucha entre los poderes públicos venezolanos, se dispone a destituirla de su cargo en un procedimiento que la oposición ha catalogado como ilegal.
Los voceros del oficialismo, como el ministro de Información, Ernesto Villegas, han manifestado que esperan que la oposición, así como convalida la actual postura del TSJ a favor de Leopoldo López, hagan lo propio con las próximas sentencias.
Se espera que durante esta semana el Tribunal se pronuncie respecto al antejuicio de mérito que realizó a la fiscal Ortega Díaz y la remueva de su cargo, sin pasar por el Parlamento.
Fiscalía versus Leopoldo
La jugada del Gobierno también pretende reavivar la lucha entre la fiscal general, Luisa Ortega Díaz, ahora contraria a Nicolás Maduro, y el máximo líder de Voluntad Popular. La Fiscalía fue la encargada de imputar y acusar a Leopoldo López y logró que la jueza Susana Barreiros dictara una medida de casi 14 años de cárcel en su contra por las protestas violentas del año 2014.
La defensa siempre ha sostenido que López es inocente y que el juicio fue amañado, por órdenes de la Fiscalía.
Por eso Tarek William Saab, defensor del Pueblo —muy vinculado al chavismo— ha recordado que el Ministerio Público “lideró la acción penal” en contra de López y el presidente del Tribunal Supremo de Justicia habla de “irregularidades” en el caso. Ellos pretenden hacer que la fiscal —que ha sido acusada de “insania” por el chavismo— sea atacada también por los seguidores de López.
Ortega Díaz se convirtió en enemiga del Gobierno cuando en marzo de este año denunció la ruptura del orden constitucional, tras unas sentencias de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo que se atribuían facultades exclusivas del Parlamento. En ese momento se iniciaron las manifestaciones en contra de Maduro, acusado de utilizar a los otros poderes del Estado para perpetrarse en el poder.
La oposición ha dado un espaldarazo a la fiscal general desde entonces y ella ha sido la piedra en el zapato del madurismo, llegando a imputar a importantes líderes militares por violación de los derechos humanos, tras la dura represión estatal en contra de los manifestantes.
Descontento en el chavismo radical
Pero la “medida humanitaria” no ha sido bien digerida por todo el chavismo. Un sector ha manifestado su molestia por lo que consideran una “traición”. No se explican cómo el Gobierno promueve conversaciones con el principal enemigo de la revolución bolivariana y mucho menos que se le den beneficios procesales.
“Amanecimos con una noticia que nos llena de indignación. No comparto esa decisión del TSJ, pero la acato. No estoy de acuerdo”, ha dicho al respecto la ministra de Asuntos Penitenciarios, Iris Valera.
En todas las encuestas Leopoldo López aparece en el primer lugar cuando se le pregunta a los venezolanos quién puede ser el próximo presidente y ahora los reflectores se posan directamente sobre él, justo cuando el Gobierno de Maduro parece más inestable y comete errores de escala global, como el asalto al Parlamento protagonizado hace unos días por seguidores del chavismo que, armados con tubos y explosivos, golpearon a varios diputados opositores.
En una semana la oposición realizará un plebiscito para saber si los venezolanos quieren ir o no a una Constituyente y el Leopoldo López que ahora está preso en su casa no ha dado muestras de debilidad. Por el contrario, ha llamado a los venezolanos a que sigan luchando en las calles y a participar en masa en la consulta del 16 de julio. En el chavismo temen que este sea otro autogol.
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