El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva fue condenado hoy a nueve años y medio de cárcel por un tribunal de primera instancia, por su implicación en la red de corrupción que operó en Petrobras, informaron fuentes oficiales.
La sentencia fue dictada por el juez Sergio Moro, responsable de las investigaciones sobre la colosal trama corrupta destapada en el seno de la petrolera estatal, quien encontró a Lula culpable de los delitos de corrupción pasiva y lavado de dinero.
El expresidente podrá recurrir la sentencia en libertad al Tribunal Regional Federal. En el caso de que la sentencia sea firme, Lula será arrestado. El tribunal suele tardar cerca de un año y medio en analizar las sentencias de Moro. Si la confirmación de la sentencia no ocurre hasta octubre de 2018, Lula podrá ser candidato a las elecciones presidenciales.
La sentencia hace referencia a la compra y reforma de un piso triplex en el municipio de Guarujá, en São Paulo para la que Lula habría utilizado dinero desviado de Petrobras. Lula está acusado de haber recibido 3,7 millones de reales (1,2 millones de euros) de la constructora OAS como sobornos a raíz de contratos suscritos entre la constructora y Petrobras. El soborno se hizo con la compra y reforma del piso de tres plantas en São Paulo que Lula habría hecho con dinero de la constructora.
En la sentencia, según recoge el periódico Folha de São Paulo Moro destaca que quizás se debería ponderar "decretar la prisión inmediata" ante el comportamiento de Lula a lo largo del proceso, con medidas de intimidación del juez y demás autoridades y sospechas de destrucción de pruebas. Sin embargo, el juez afirma que la prisión inmediata de un expresidente "genera algunos traumas" y que, por eso hace falta "actuar con prudencia"y esperar por el recurso.
El juez ha considerado que Lula actuó con "extrema culpabilidad", ya que se habría aprovechado de su posición de presidente de la República brasileña. "El condenado ha recibido una ventaja indebida por ocupar el cargo de presidente de la República. La responsabilidad que adviene de ese cargo es enorme y, como consecuencia, la culpabilidad también", se puede leer en el auto.
Lula, acusado en tres piezas más
El expresidente, que siempre ha negado las acusaciones, está acusado en tres piezas más del mismo caso, una de ellas investigada por el mismo juez y otras tres investigadas por la Justicia Federal de Brasilia.
Los abogados de Lula no se han pronunciado aún sobre la sentencia. A lo largo del proceso, la defensa del expresidente ha considerado que la acusación resultaba de una persecución judicial por parte del Ministerio Público.
Los enfrentamientos verbales entre la defensa y la acusación del presidente han sido una constante a lo largo del proceso. La defensa lanzó muchas críticas al juez e intentó, por más de una vez, retirarle el proceso, alegando que el caso de corrupción en Petrobras ya estaba siendo tratado en el Supremo Tribunal federal.
Es la primera vez que un expresidente es condenado por corrupción en Brasil. Ante la gravedad del caso, el juez ha sentido la necesidad de hacer una declaración personal tras pronunciar la sentencia. "La condenación no trae a este juez ningún tipo de satisfacción personal, al contrario. Es lamentable que un expresidente de la República sea condenado criminalmente, pero la causa de todo esto son los crímenes que él mismo ha cometido y la culpa no es de la aplicación de la ley. Prevalece el dicho 'no importa lo alto que estés, la ley estará siempre por encima de ti'", ha concluido.
El Partido de los Trabajadores dice que no hay pruebas
La presidenta del Partido de los Trabajadores (PT), Gleisi Hoffmann, afirmó que el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva fue condenado "sin pruebas", lo que calificó de "vergonzoso".
Por su parte, el senador Lindbergh Farias, jefe del grupo del PT en la Cámara Alta, sostuvo que el exmandatario es objeto de una persecución política e hizo un llamamiento a la militancia para salir en defensa de Lula, que gobernó Brasil entre 2003 y 2010.