"¡Volvió, volvió!". Era el grito de una decena de chavistas a la llegada de los retratos de Hugo Chávez y Simón Bolívar al Palacio del Parlamento en Caracas este viernes. La sede del poder legislativo de Venezuela, que desde hace dos años controla la coalición opositora MUD, ha sido escenario este viernes del estreno de la Asamblea Nacional Constituyente, el traje a medida que Nicolás Maduro se ha diseñado para aferrarse al poder.
Ni los graves indicios de fraude en las elecciones del domingo, ni el creciente clamor internacional para evitar lo que la oposición ha definido como un "golpe Constituyente" han conseguido frenar la llegada de los 545 delegados de este nuevo órgano "plenipotenciario y soberanísimo", en palabras de Diosdado Cabello, número dos del partido del Gobierno.
La elegida para presidir esta cámara, que se ha instalado finalmente en una sala distinta a la que utilizan los diputados de la Asamblea Nacional, es Delcy Rodríguez. Histórica del chavismo y ministra de Exteriores con Maduro hasta que tuvo que renunciar al cargo para concurrir a las Constituyentes.
En su primer discurso como presidenta de la ANC, Rodríguez -que en teoría tendrá más poder que el propio presidente de la República- cargó con dureza contra la oposición: "Ellos son violadores de derechos humanos. Si no toman el camino democrático se impondrá la justicia, el pueblo venezolano no va a entregar su destino a una minoría violenta".
Tampoco ha mostrado ninguna preocupación por la contundente reacción de la comunidad internacional, que ha exigido a Maduro que desista de su deriva autoritaria: "Resolveremos nuestros problemas sin ningún tipo de intervención extranjera".
"Aquí no hay crisis, aquí hay amor"
La máxima responsable de este 'suprapoder' impuesto por Nicolás Maduro ha proclamado que la una de las misiones de esta Asamblea, que comenzará a sesionar este mismo sábado, será combatir la "guerra económica" con la que el "capitalismo" castiga al país latinoamericano. "En Venezuela no hay hambre, lo que hay es voluntad para luchar. Aquí no hay crisis humanitaria, aquí hay amor, lo que hay es una crisis de una derecha fascista contra un pueblo independiente", zanjó.
A juicio de Rodríguez, el presidente Nicolás Maduro "se hizo gigante hoy, creció por sobre sí mismo y entregó el poder al pueblo", con la invocación del máximo poder constitucional, casi ilimitado, en favor del sector del chavismo que gobierna el país.
En contra de lo temido por la oposición, no se ha producido un asalto por la fuerza del poder legislativo. La manifestación convocada por la MUD para protestar ante el "atropello" se ha desarrollado sin graves incidentes tras el amplio perímetro de seguridad desplegado por la Guardia Nacional Bolivariana. El presidente del Parlamento, el opositor Julio Borges, denunció que durante la víspera un grupo de agentes forzó la entrada al Salón Elíptico -escenario de la primera sesión de la ANC-.
El propio presidente Nicolás Maduro y otros dirigentes del oficialismo han adelantado que la Constituyente que ha estrenado este viernes Venezuela trabajará para eliminar la inmunidad parlamentaria de los diputados e intervendrá la Fiscalía, cuya titular, Luisa Ortega Díaz, ha alertado de los tintes que considera totalitarios de este plan para cambiar el ordenamiento jurídico.