El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, ha ofrecido una entrevista en exclusiva a la Agencia EFE a sólo un año de finalizar mandato y dejar su puesto al frente del Gobierno. El mandatario analiza el proceso de paz y la conversión de las FARC como partido político; la guerra contra el narcotráfico, la visita del Papa este año, o qué opina de Venezuela y de las críticas de Nicolás Maduro.
¿Cuál es la valoración que puede hacer de su gestión después de siete años al frente de los destinos de Colombia?
Cualquier gobernante lo que tiene que hacer es mirar para atrás y ver si deja un país mejor de lo que lo recibió. Yo creo que, sin duda, todos los indicadores muestran que hoy Colombia está mucho mejor de lo que estaba hace siete años.
Por su supuesto nos falta muchísimo camino por recorrer pero creo que podemos decir que tenemos la satisfacción del deber cumplido porque en las prioridades que son lo social hoy somos campeones en América Latina en reducción de pobreza, de pobreza extrema, de generación de empleo.
En lo económico, a pesar de las dificultades que hemos vivido, el coletazo del peor choque externo que hemos tenido desde la época de la Gran Depresión de los años 30, seguimos creciendo muy por encima del promedio latinoamericano, seguimos con grado de inversión y tenemos la inversión más alta de toda América Latina.
Y, por supuesto en materia de paz, le estamos dejando al próximo Gobierno un país con los índices más bajos de homicidios, por ejemplo, en los últimos 40 años; de secuestros en los últimos 40 años, de ataques terroristas, de piratería terrestre, y le estamos dejando un país, que es lo más importante, en paz con las FARC.
Presidente, ¿qué siente que le queda por hacer en este último año?
Yo salgo con la frustración de no haber podido hacer muchas cosas. Por ejemplo, en empleo si bien hemos creado más de 3.800.000 puestos de trabajo el desempleo en Colombia sigue siendo alto, (del) 8,7 %, es un desempleo demasiado alto.
En materia de infraestructura hemos avanzado muchísimo pero este país estaba tan atrasado que nos falta todavía mucho por avanzar.
En materia de educación también hemos avanzado. Tenemos educación gratuita, subimos el porcentaje de bachilleres que van a la educación superior del 37 al 51 %, pero que el 49 % de los bachilleres no entren a la educación superior es demasiado alto. O sea que todavía hay frustraciones.
En materia de seguridad hay bandas criminales que están haciendo daño. El ELN sigue también vivo y haciendo daño. O sea que, como siempre, se ha avanzado pero queda todavía mucho por hacer.
¿Cree que Colombia se puede considerar hoy un país en paz?
Un país en paz con las FARC. Todavía tenemos problemas de inseguridad pero vamos a tener una gran oportunidad y es que nosotros no hemos reducido nuestro Ejército, nuestra Policía, todo lo contrario, las hemos fortalecido, y ahora podremos utilizar todos esos recursos que se estaban desplegando en contra de las FARC para que los grupos que están hoy ocasionando esa inseguridad queden a buen recaudo.
De manera que lo que estamos viendo, y lo hemos visto en los últimos meses, es un incremento en la efectividad de la fuerza pública porque ahora está concentrada en contra de estos grupos y quedó libre, por así decirlo, después de haber firmado la paz con las FARC.
¿Es posible dejar atrás la cultura de la confrontación política y qué hace falta para eso?
Yo quisiera dejar al país mucho menos polarizado de lo que está. Para mi sería un inmenso placer. Yo creo que sería lo que más le convendría al país, poder reconciliarme con mi antecesor, el expresidente (Álvaro) Uribe. Lo he ensayado muchas veces pero no he podido encontrar respuesta.
Y aquí viene el papa precisamente a dar un paso, el primer paso lo llama él, hacia la reconciliación.
El país necesita esa reconciliación. Si pudimos reconciliarnos con las FARC cómo no vamos a poder reconciliarnos entre los colombianos que infortunadamente durante 200 años de vida republicana hemos tenido más guerras que otros países de América Latina, es el momento de cambiar y poder vivir en paz y juntos.
En este sentido, ¿el Premio Nobel de la Paz que usted recibió le ha cambiado de alguna manera su forma de ver la política o de ejercer el poder?
Sí, me ha ayudado muchísimo a ser mucho más tolerante, a ser mucho más comprensivo, a por ejemplo, no tratar a la guerrilla como enemigos sino como adversarios porque 'enemigo' denota una palabra que quiere decir exterminar: al enemigo hay que exterminarlo, al adversario hay que vencerlo. Son actitudes de esas que me han ayudado mucho a ver las relaciones entre las personas de una manera diferente.
"Lo que más le convendría al país sería reconciliarme con mi antecesor, el expresidente Uribe"
Presidente, después de una vida de servicio público y de ocho años en el poder no es fácil volver a ser un ciudadano común y corriente. ¿Cuáles son sus planes para cuando deje la Presidencia? ¿Va a continuar en la política, va a continuar en Colombia?
Mire, lo primero que tengo totalmente decidido es que no voy a molestar a mi sucesor, no le voy a poner palos en las ruedas y no lo voy a cuestionar, y desde ya le deseo el mayor de los éxitos y si me necesita para cualquier cosa, ahí me tendrá. Pero yo no voy a intervenir en la política, yo me voy a retirar de la política, me voy a dedicar a la academia, a dar conferencias, a escribir y a dedicarle tiempo a mi familia, uno de los grandes sacrificios es la familia en estos cargos como el de ser presidente de la República.
Pero, ¿va a continuar, se va a quedar a vivir en Colombia?
Yo prefiero vivir en Colombia.
¿Va a crear alguna fundación relacionada con el Nobel, con su obra de gobierno?
Voy a crear una fundación para ayudar a las víctimas, para ayudar a la reconciliación y para poder compartir las experiencias que hemos tenido aquí en Colombia con otros países, de pronto una fundación ayudaría a eso y estamos creando una fundación.
"Colombia es un país en paz con las FARC".
Presidente, ¿cómo se explica el hecho de que su partido, el Partido de la U, haya decidido no tener un candidato presidencial en 2018?
Muy sencillo, no hay una persona que pueda tener las posibilidades de ser un candidato exitoso en este momento. Ellos lo que han decidido es jugar para tener una buena representación en el Congreso y más bien influir en quién sería el presidente en las próximas elecciones. Es una decisión que el partido tomó y hay que respetarla.
¿Es una cuestión más de pragmatismo político?
Pues yo creo que de realidad política.
La visita del Papa va a ser sin duda uno de los eventos de este año. ¿Qué espera de ella?
El Santo Padre nos ha acompañado desde el primer día que lo informamos sobre la intención de buscar la paz. Ha estado al lado nuestro, nos ha estimulado, nos ha apoyado y yo no tengo sino palabras de agradecimiento. Y ahora esta visita es una visita que nos llena de orgullo porque es una distinción que le está haciendo a Colombia, viene solamente a Colombia, viene como a decir: 'colombianos, ustedes han logrado un paso importante, ahora el paso siguiente es la reconciliación' y yo creo que tiene toda la razón, y por eso no ha podido venir en un momento más oportuno.
La visita del Papa es una visita pastoral, pero teniendo en cuenta el momento que vive el país y sobre todo como el ELN en un principio tuvo una relación cercana con sectores católicos, ¿cree que puede ser un impulso para esos diálogos de paz con ellos?
Pues ojalá, ojalá que el ELN entienda eso y pueda avanzar la negociación con ellos en torno a un proceso exitoso. Por parte del Gobierno colombiano hay toda la voluntad y les hemos dicho: "aprovechemos la visita del papa", ojalá podamos tener alguna buena noticia pero eso también depende de ellos.
Pues el Santo Padre siempre ha hecho un llamado a la paz en Colombia, y no solamente la paz con las FARC, yo me imagino que algo podrá decir sobre ese tema cuando venga pero lo importante es que ese llamado sea escuchado por el ELN y que haya un avance real en el proceso en el que estamos.
Hablando del ELN, el tiempo se agota para todos. ¿Cree usted que es posible llegar a un acuerdo final con ellos antes de que termine su mandato?
Si hay voluntad real, sí.
Del Gobierno se sabe, pero de parte de ellos...
Si hubiese voluntad real por parte de ellos habríamos avanzado mucho más. Tienen algunas dificultades internas que son comprensibles pero yo espero que si esa voluntad realmente existe, podamos avanzar rápidamente.
"El papa viene con un mensaje de reconciliación"
Presidente, pasando al tema de Venezuela, usted el sábado calificó como "primer acto dictatorial" la decisión de la Asamblea Constituyente de destituir a la fiscal Luisa Ortega. ¿Considera que el presidente Maduro, como lo dijo el presidente (de Estados Unidos, Donald) Trump, es un "dictador"?
Lo que está sucediendo en Venezuela infortunadamente es una destrucción de la institucionalidad democrática. El propio vocero del régimen describió la Constituyente como 'el poder constituyente que está por encima de todos los poderes constituidos' ¿Cuáles son los poderes constituidos? El poder de la Justicia, el poder Legislativo, el poder Ejecutivo, eso es poner en marcha una instancia todopoderosa que no guarda ningún respeto por la división de poderes o por la institucionalidad democrática y eso se llama una dictadura.
¿Cree que es posible encontrar una salida a la crisis venezolana con el presidente Maduro en el poder?
La esperanza es lo último que se pierde y yo espero que alguna salida pacífica pueda encontrarse, negociada entre las partes, porque Venezuela se merece una salida que no sea violenta y habrá que insistir en esa salida por todos los medios y formas posibles
La OEA ha intentado muchas veces intervenir, en el buen sentido de la palabra, en la crisis de Venezuela y no lo ha conseguido. ¿Cuál cree que puede ser la instancia para ayudar a Venezuela? ¿Qué puede hacer el resto del continente?
La OEA no ha podido hacer nada porque no hay un voto suficiente. Muchos países hemos venido discutiendo la forma de ayudar, pero para poder ayudar se requiere un mínimo acuerdo entre las dos partes en Venezuela, es decir, el Gobierno y la oposición. Se ha hecho todo lo posible para que esas dos partes se pongan de acuerdo para poder ayudarlas a encontrar esa salida no violenta, esa salida ojalá democrática, pero hasta ahora hemos fracasado, pero tenemos que seguir insistiendo porque la situación es cada vez peor.
¿Mantiene algún tipo de contacto con el Gobierno venezolano, algo que ellos le pudieran escuchar, un consejo, una recomendación?
Por la vía indirecta hay siempre comunicaciones, por supuesto, pero personalmente, por ejemplo, yo no hablo con el presidente Maduro desde que tuvimos un incidente donde unos soldados venezolanos entraron a territorio colombiano (en marzo pasado) y nos tocó responder con mucha energía.
Usted planteó recientemente la posibilidad de una ruptura de relaciones de Colombia con Venezuela. ¿Qué implicaciones traería para los dos países una situación como esa?
No es una opción que esté contemplando en este momento, es simplemente una respuesta a una pregunta donde dijeron que si yo descartaba esa posibilidad. Las opciones todas están sobre la mesa y no se descartan, pero no creo que sea la forma más útil y conveniente para mantener alguna posibilidad de diálogo y para mantener alguna posibilidad de ayudar a una solución pacífica.
La crisis venezolana lleva ya un tiempo y solo ahora el mundo la está viendo con más atención, pero da la sensación de que la comunidad internacional se demoró en reaccionar a la crisis venezolana...
Lo que pasa es que la crisis venezolana ha venido avanzando lentamente y llegó un momento donde la institucionalidad democrática comenzó realmente a ser puesta en tela de juicio y ahí fue cuando la comunidad internacional y las democracias comenzaron a reaccionar.
Antes de eso, a pesar de que no se estaba de acuerdo con el modelo económico y con mucho de lo que estaba sucediendo, no se había roto con tanta claridad el esquema democrático, fue cuando comenzó a romperse, por ejemplo, cuando desconocieron la Asamblea Legislativa, que la comunidad internacional comenzó a tomar una posición más dura.
¿Qué siente cuando escucha las ofensas que le hace el presidente Maduro?
Eso francamente a mí personalmente no me afecta, me parece muchas veces hasta ridículo, porque como dice el adagio 'lo que dice Pedro de Juan dice más de Pedro que de Juan' y quien realmente está generando una reacción en contra es Maduro con esas ridiculeces que dice con tanta frecuencia.
¿Tiene el Gobierno un plan de contingencia para recibir venezolanos en caso de que la situación se deteriore gravemente en cuestión de días o semanas?
Son situaciones muy difíciles, la situación con Venezuela ha sido muy difícil. Colombia es el país que más tiene que perder o que ganar con lo que pase en Venezuela y para nosotros ha sido, yo creo, motivo de permanente preocupación, por eso siempre hemos estado pendientes de buscar una buena salida, una salida negociada que restablezca a Venezuela no solamente su democracia, sino su economía, su capacidad de desarrollo.
En el caso nuestro, nosotros hemos sido muy generosos con los venezolanos, porque los venezolanos fueron muy generosos con Colombia cuando tuvimos problemas y lo que deseamos de todo corazón es que resuelvan sus problemas y no tengan que venirse a Colombia, los que se han venido a Colombia, aquí los hemos recibido con generosidad, porque eso es lo que corresponde.
No hablo con el presidente Maduro desde que tuvimos un incidente donde unos soldados venezolanos entraron a territorio colombiano
Presidente, Estados Unidos anunció la semana pasada que si Colombia no ataja el problema de las drogas eso podría generar problemas tanto políticos como bilaterales ¿se está enfriando la relación con Washington?
No, en unos días viene el vicepresidente (Mike) Pence, es su primera visita a América Latina y escogió Colombia como un gesto porque tenemos unas muy buenas relaciones.
Estados Unidos sabe perfectamente que tenemos un plan, por primera vez, concreto, medible, para reducir el tamaño de los cultivos de coca, ellos saben que estamos incautando más cocaína y destruyendo más laboratorios que nunca antes y saben que este es un problema que tiene una responsabilidad compartida, en la expresión de un funcionario que fue embajador aquí.
Sobre las relaciones entre Estados Unidos y Colombia, de ninguna manera se están afectando en el fondo, lo que hay son unas relaciones que hemos tenido muy privilegiadas entre los dos países.
¿Cómo entiende entonces ese mensaje que le manda?
Por razones políticas internas allá a él lo ponen contra la pared y entonces dice eso para su mercado interno, pero las relaciones van muy bien.
Presidente, hablando de narcotráfico, las autoridades de Estados Unidos investigan un presunto "cartel de los soles" en Venezuela. ¿Cree que el peso del narcotráfico en las instituciones venezolanas dificulta una solución a la crisis?
Sin duda, el narcotráfico ha generado unas condiciones muy especiales y muy dañinas en Venezuela que dificultan cualquier solución.
Presidente, los datos macroeconómicos de Colombia son los mejores de la región, sin embargo se comienza a percibir una desaceleración. ¿Hacia donde cree que se dirige el país en este campo?
Ya pasamos lo más difícil, que fue este primer semestre que no fue nada bueno; el segundo semestre va a ser mejor, los indicadores así lo muestran.
El año entrante va a ser mejor que este año y la tendencia es a mejorar cada vez más, de manera que ya pasamos la tormenta dura, nos ajustamos el cinturón, eso fue de pronto el coletazo de la baja del precio del petróleo, del fenómeno de El Niño que sufrimos el año pasado, pero los indicadores todos están mejorando y vamos nuevamente en una tendencia ascendente.
Se ha dicho que con la paz el país crecería entre un 1 y un 2 % adicional, ¿cuándo se va a empezar a notar eso?
Eso se demora en la medida en que comencemos a llevar la infraestructura a estas regiones que nunca han tenido presencia del Estado, en la medida en que pongamos a producir toda esa tierra que estaba totalmente improductiva, eso tiene todavía un tiempo por transcurrir, pero ya se está viendo el aumento, por ejemplo en el turismo, un aumento importante y vamos a tener aumentos en la inversión, ya se están viendo los frutos, poco a poco se van viendo, se demora un tiempo pero se van a ver.
¿Le ha sorprendido el alcance que ha tenido el escándalo de corrupción de Odebrecht en el país, el nivel de penetración en determinados sectores del Estado?
Que bueno que esté sucediendo eso, porque lo que significa es que la lucha contra la corrupción está teniendo resultados, porque no (es) solamente Odebrecht, usted habrá visto que estamos destapando ollas por muchos sitios, pero el Estado, las entidades de control y el Gobierno están trabajando juntos para poner a buen recaudo cualquier persona que esté involucrada con la corrupción.
En el caso de Odebrecht por fortuna no hay ningún funcionario de este Gobierno que haya recibido sobornos o que se le haya comprobado que ha recibido sobornos; si llega a haber alguno, que le caiga todo el peso de la ley. Hay un funcionario de segundo nivel en una institución que aparentemente, recibió una plata y ya está en la cárcel.
El papa Juan Pablo II estuvo orando en la capilla de palacio en su visita a Colombia en 1986, ¿va a traer al papa Francisco a orar en la misma capilla?
No se me había ocurrido, pero ahora se me acaba de ocurrir.