"Protesto contra el hambre, por la libertad y por varias razones, pero esa lucha es política, estoy en contra de casi todo lo que este gobierno hace". Yoylter Rodríguez es una ama de casa de 56 años víctima de la brutal represión policial en las manifestaciones contra Nicolás Maduro que han regado de sangre las calles de Venezuela.
La cicatriz que recorre su cabeza la provocó una bomba lacrimógena disparada por la policía bolivariana. Diagnóstico: fractura de cráneo y daño cerebral por protestar contra el presidente venezolano que ha impuesto contra todo y contra todos una Asamblea Constituyente para perpetuarse en el poder.
Las heridas de Yoylter son las de miles de venezolanos que han salido vivos de una maratón de protestas que, frenada ahora mientras la oposición trata de recomponerse, ha dejado 125 muertos desde abril.
Estas son las heridas abiertas de algunas de los 2.000 heridos contabilizados oficialmente por las autoridades.
Jesús Ibarra es un estudiante de ingeniería de 19 años. El 1 de mayo una bomba lacrimógena disparada por la Policía golpeó su cabeza y fracturó su cráneo cuando trataba de escapar. Tiene daño cerebral y discapacidad del habla.
Después de cinco operaciones y tratamientos por infecciones a consecuencia de las aguas del río, debe someterse a otra intervención donde le colocarán una pieza para cubrir el fragmento de cráneo pulverizado por el impacto. Pasó 45 días en coma inducido.
"Hablo con mi hijo a menudo y, a pesar de sus problemas al hablar, me hace entender que no se arrepiente, que su sufrimiento ha merecido la pena", comenta el padre a una periodista de la agencia Reuters.
Manuel Melo es estudiante y tiene 21 años. Un cañón de agua le provocó lesiones internas y perdió un riñón. "Estoy protestando porque las cosas simples cuestan mucho dinero, el salario mínimo no es bueno, el país no está bien, protesto contra la inseguridad, la falta de medicinas, tengo millones de razones, un hombre con menos educación que yo no puede gobernar, necesitamos a alguien nuevo".
Najhud Najhla tiene 23 años y es estudiante. Fue atropellada por un vehículo blindado de la Policía y luego fue arrestada. Un agente le arrastró de los pelos y la golpeó en repentinas ocasiones.
"Estoy protestando por mi derecho a vivir en una Venezuela libre, protesto por el amor de mi país, por el derecho a quedarme aquí y no tener que irme porque no tengo nada que comer", contó. "Sí, vale la pena pasar por ello, a pesar del dolor físico, creo que todo el mundo puede ver que Venezuela ya no es un país democrático".
Jofre Rodríguez tiene 18 años. Una bala perdida en una manifestación le fracturó la mandíbula. Se sometió a una cirugía para extraer un proyectil que se alojó en el hueso y todavía necesita tratamiento y cirugía de reconstrucción de mandíbula.
"Esta asamblea constituyente es una perversión destinada a consolidarlos en el poder, protesto contra eso, me entristece ver a mi país así, con [Hugo] Chávez tuvimos una dictadura con un" líder político". Con Maduro tenemos un desastre político", dijo.
"Tengo sólo 18 años, pero estoy viviendo la decadencia de Venezuela, ¿valió la pena? Sí, como los que murieron, lo que me sucedió fue un sacrificio que ha inspirado a mucha gente en la lucha".