Venezuela se muere de hambre pero el Gobierno no lo quiere admitir. La oposición lo denuncia, las ONG lo advierten, las cifras lo confirman y, mientras tanto, Nicolás Maduro mira hacia otro lado. La comunidad internacional urge ya al mandatario venezolano a aceptar la ayuda para paliar las “extremas” necesidades de sus ciudadanos.
Sin embargo, en el contexto de un país tan polarizado como es Venezuela, hasta el hambre y la escasez de alimentos se convierten en arma arrojadiza entre dirigentes políticos. Por un lado, los que critican al presidente venezolano aseguran que las políticas de Caracas han asfixiado la economía del país con rígidos controles de cambio y precios, pero el mandatario alega que sus enemigos políticos sabotean la economía.
Ahora bien, más allá de declaraciones políticas, lo cierto es que los datos dibujan una Venezuela con una economía que ha colapsado. La inflación ha alcanzado por primera vez una cifra de cuatro dígitos, según cálculos de la Asamblea Nacional, que prevé que el país sudamericano cierre el año con una subida de precios acumulada superior al 2.000%. Los expertos confirman que Venezuela ha entrado ya oficialmente en hiperinflación.
A pesar de tener una de las mayores reservas petroleras del mundo, el país atraviesa ahora una aguda crisis con recesión, falta de alimentos y medicamentos, precios que suben cada semana y un parque industrial demasiado desmantelado como para que el país pueda asumir la fabricación propia de estos productos.
En los últimos tres años el hambre se ha apoderado de Venezuela y a quien más está castigando es a los más pequeños. Durante cinco meses, The New York Times ha rastreado 21 hospitales públicos en el país. En ese reportaje, los médicos entrevistados por el diario neoyorquino explican que están viendo un número récord de niños con desnutrición severa y que cientos han muerto.
Actitud “soberbia” de Maduro
Y el escenario puede ir a peor. "Viene más hambre y miseria para nuestro golpeado pueblo", advierte el diputado opositor Ángel Alvarado. La oposición asegura que el país atraviesa una “crisis humanitaria” y ha pedido insistentemente al Gobierno que deje entrar la ayuda internacional, pero el chavismo achaca la falta de determinados productos a la “guerra económica” supuestamente lanzada por “la derecha” nacional y regional para derrocarle.
En este sentido, Estados Unidos ha pedido -y ya van unas cuantas veces- al mandatario venezolano que acepte la ayuda ofrecida por la comunidad internacional para poner fin a la crisis de abastecimiento. "Seguimos profundamente preocupados porque el pueblo venezolano está experimentando condiciones humanitarias extremas que incluyen falta de acceso a comida y medicamentos vitales, malnutrición y un aumento de los casos de malaria, entre otras duras realidades", manifestó la portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert, que recalcó que EEUU dispone de "una reserva de insumos de emergencia" que podría enviar de forma inmediata "si el Gobierno de Venezuela acepta".
A este respecto, el jefe del Parlamento venezolano, el líder opositor Julio Borges, criticó la “soberbia” del Ejecutivo de Maduro por negarse a recibir ayuda. El Palacio de Miraflores sigue sin reconocer la existencia de una “crisis humanitaria”.
El diálogo no avanza
Desde el pasado 2 de diciembre, día en el que comenzó formalmente el diálogo, el Gobierno dejó claro en varias ocasiones que no aceptaría la entrada de ayuda humanitaria del extranjero al considerarla una “injerencia” que serviría de excusa para una “invasión” militar.
A comienzos de este mes, los equipos negociadores del Gobierno y la Mesa de Unidad Democrática (MUD) –coalición opositora- se reunieron en Santo Domingo bajo la mediación de Chile, México, Paraguay, Bolivia y Nicaragua, así como del expresidente de España José Luis Rodríguez Zapatero. “El punto que más horas llevó en el debate interno fue el de las medicinas”, dijo el opositor Borges en una entrevista.
El canal humanitario
Ante esta situación, la oposición y las entidades humanitarias insisten en la urgencia del canal humanitario. La organización Codevida, que agrupa a distintas ONGs que trabajan por la salud, reitera “la existencia de una emergencia” que no deja de crecer y “pone en inminente peligro la vida y la integridad física y mental de millones de personas”, sobre todo a las más afectadas por la “escasez de medicinas, insumos (material) médicos y alimentos”.
La ONG cita también "la incapacidad de los servicios de salud para prestar una atención médica adecuada y el acentuado deterioro de las condiciones económicas", al tiempo que reafirma su petición de que se utilicen fondos de organizaciones internacionales como la ONU y la Organización Mundial de la Salud (OMS) para paliar la situación.
La apertura de un canal humanitario es una solicitud recurrente de numerosos actores sociales y de adversarios políticos del Gobierno de Maduro y es una de las demandas de la oposición en las conversaciones con el oficialismo que se celebran bajo los auspicios de seis cancilleres latinoamericanos en la República Dominicana.
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