"Se siente, se siente, Duque presidente" y "Él es, él es, Duque es el que es", fueron dos de los estribillos con los que la gente se animó y comenzó a saltar para celebrar el triunfo de Iván Duque, el presidente más jóven en la historia reciente de Colombia.
En los comicios de ayer domingo no hubo sorpresas y tal como pronosticaban las encuestas, Iván Duque, del partido uribista Centro Democrático, se convirtió en presidente electo con un resultado histórico de 10,3 millones de votos (54%), mientras que Gustavo Petro, del movimiento Colombia Humana, recibió un poco más de 8 millones (41,81 %). En palabras de Duque, Petro es "un aprendiz de Hugo Chavez y los Castro", por lo que sus simpatizantes gritaron con emoción "Y no, y no, y no me da la gana una dictadura como la cubana".
El abogado Iván, en palabras de sus amigos, es "un bacán", la forma más común de referirse a los chicos más populares de la pandilla. Por su buen humor, es de risa fácil y contagiosa.
Disfruta de la música y toca la guitarra para recordar sus épocas de ‘rockero’. En su página web de campaña se describe a sí mismo como "orgullosamente colombiano y creyente en Dios". A sus 41 años es un amante de la lectura, un curioso, esposo fiel y padre de Luciana, Matías y Eloísa. A partir del 7 de agosto tendrá que enfrentarse al desafío de unir a una Colombia dividida, y como buen mago que es, adora hacer trucos de magia, tendrá que usar todas sus habilidades bajo manga para lograrlo.
Retos del nuevo presidente
En su primer discurso como presidente electo reafirmó su compromiso de modificar el acuerdo de paz firmado con las FARC: "Esa paz que reclama correcciones, tendrá correcciones para que las víctimas, de verdad, sean el centro del proceso y garanticemos verdad, justicia, reparación y no repetición". Duque, en una entrevista con Jaime Bayly, dijo que no concibe que personas con acusaciones de crímenes de lesa a la humanidad ocupen cargos públicos y queden impunes, ya que esto es una "burla a los colombianos", y un "manoseo a nuestra constituciones por quienes le han producido tanto dolor al pueblo".
Pero no lo tendrá fácil, el analista Mauricio Jaramillo Jassir, profesor de Ciencia Política de la Universidad del Rosario, de Bogotá, comentó que "meterse de lleno a modificar los acuerdos no es tan fácil" no solo por la oposición interna, principalmente de movimientos sociales que apoyan a Petro, sino también por el rechazo de una comunidad internacional que se la ha jugado por la paz.
La Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC), el partido político que surgió tras las desmovilización de la guerrilla, ya ofreció reunirse con Duque. El excombatiente "Timochenko" le advirtió que si no implementa los acuerdos "lo único que logrará será llevar al país a un nuevo ciclo de múltiples violencias".
El presidente electo, que asumirá el próximo 7 de agosto el cargo, también tendrá que mostrar cintura para gobernar con una bancada legislativa que, si bien le da mayorías en el Congreso, es demasiado amplia en términos ideológicos y de lealtades."Conciliar con todos esos grupos será una prueba de mucho aplomo y mucha grandeza", afirmó Jassir.
Su imagen jovial, en la que abundan camisas sin corbata o vaqueros, contrasta con sus creencias conservadoras: se opone al matrimonio homosexual, al aborto y a la eutanasia. En una entrevista de Univisión dijo que a pesar de esto se considera moderno, ya que él planea "ampliar la licencia de maternidad, crear una ley de industrias creativas, y promover carros eléctricos para cuidar el medio ambiente". Pero eso no quita que grupos sociales le hagan presión para impulsar leyes progresistas, motivados por triunfos recientes como el de la legalización del aborto en Argentina.
En el ámbito internacional, el presidente electo se mostró comprometido a jugar un rol importante en la estabilización política de Venezuela. En la entrevista con Balyly dijo que denunciará con otros jefes de Estado a Maduro, y le abrirá una investigación, porque "si uno vive en un departamento, y el dueño del departamento de al lado todas las noches golpea a su esposa y sus hijos, y uno escucha los gritos, ¿cuál es el deber? ¿Saludarlo al otro día en el ascensor o denunciarlo? Cuando la diplomacia se ejerce sin esos principios se vuelve hipócrita o cómplice".
Frente a esta realidad política, apenas llegue a Nariño, el nuevo presidente tendrá que generar consensos que permitan implementar su programa de gobierno en clave de unión. El paso inicial lo dio en su discurso de anoche, en el que invitó a todos los sectores a construir consensos, y “a pasar la página”. También reiteró la necesidad de actuar contra la corrupción y enfatizó la importancia de devolverles a las instituciones la legitimidad que necesitan.