El reconocimiento del matrimonio homosexual, la propiedad privada y la ausencia de la palabra comunismo en la Carta Magna. Estas son tres de las principales reformas del proyecto de la nueva Constitución que este fin de semana fue aprobado por la Asamblea Nacional de Cuba. El borrador pasará ahora por un proceso de consulta popular, entre el 15 de agosto y el 15 de noviembre, a lo que se seguirá la realización de un referendo nacional, antes de que sea finalmente aprobado.
El nuevo texto, aprobado por unanimidad, sustituirá la actual Constitución, que data de 1976, modifica 113 artículos, añade 87 y elimina 11 respecto al texto original. Uno de los más importantes tiene que ver con el matrimonio. Por primera vez se redefine la concepción del matrimonio como la "unión entre dos personas" y no “entre un hombre y una mujer”, lo que abriría la puerta a la legalización de la unión homosexual, uno de los principales reclamos del colectivo LGTBI en el país caribeño.
“Que la reforma constitucional contemple una visión más inclusiva y basada en los derechos humanos del matrimonio es un logro maravilloso, resultado de los aprendizajes del proceso revolucionario cubano”, afirmó la hija de Raúl Castro, Mariela Castro, diputada, directora del Centro Nacional de Educación Sexual y promotora de los derechos de la comunidad LGTBI en Cuba. El secretario del Consejo de Estado cubano, Homero Acosta, insistió en que esta modificación "es un acto de justicia" y que "la nueva Constitución no podía eludir a este asunto".
La comunidad LGTBI ha recibido la noticia con entusiasmo. "Es un momento feliz, un momento en que se reconoce la igualdad, en que se derriban fronteras y estereotipos, en que se reconoce al ser humano como ser humano y no como etiquetas, un momento en que se garantiza seguridad jurídica y social para todos", ha dicho José Ernesto González, periodista y miembro de la comunidad LGTBI, en declaraciones a EFE.
El texto incluye, además, un importante matiz en el derecho de igualdad, que incorpora la “no discriminación por identidad de género, origen étnico o discapacidad”.
La propiedad privada
El borrador de la nueva Constitución reconoce el mercado, la propiedad privada y a la inversión extranjera como parte de la economía del país. El artículo 21 del nuevo texto reconoce "otras formas de propiedad como la cooperativa, la propiedad mixta y la propiedad privada", lo que también significa un cambio respecto al documento de 1976 que solo reconoce la propiedad estatal y la cooperativa agropecuaria.
La apertura constitucional al capital privado apuntala las reformas de Raúl Castro desde 2006, que legalizaron el trabajo autónomo -el "cuentapropismo"- en sectores como la hostelería, el transporte o el turismo, y a las que ha dado continuidad el presidente Miguel Díaz-Canel tras asumir el poder en abril de este año.
Actualmente, el trabajo “cuentapropista” en Cuba representa un 13% de la economía del país. “La propiedad privada, como resultado de los ajustes de nuestro modelo económico y social, existe y hay que reconocerla”, ha señalado Homero Acosta.
Adiós al término “comunismo”
Si la anterior Carta Magna, en su artículo 5, incluía como objetivo avanzar “hacia la sociedad comunista”, el nuevo borrador elimina el término. La reforma constitucional “reafirma el carácter socialista de nuestro sistema político, económico y social, así como el papel rector del Partido Comunista de Cuba”, pero no utiliza la palabra “comunismo”.
"Esto no quiere decir que renunciemos a nuestras ideas, sino que en nuestra visión pensamos en un país socialista, soberano, independiente, próspero y sostenible", argumentó esta semana el presidente de la Asamblea Nacional, Esteban Lazo, durante las sesiones preliminares.
“Los conceptos fundamentales de nuestro socialismo están ahí. El papel del Partido Comunista, de la economía estatal, de la propiedad socialista, está incólume. Pero sí se necesita hacer una transformación", dijo Homero Acosta.
El primer ministro
A nivel político, una de las propuestas más importantes del texto es la creación de la figura del presidente de la República y del nuevo puesto de primer ministro, que lideraría el Consejo de Ministros, órgano ejecutivo máximo del Estado y sobre el que no se han dado más detalles.
El presidente podrá gobernar durante un máximo de 10 años y la edad límite para candidatarse al puesto será de de 60 años. Fidel y Raúl Castro abandonaron el puesto con más de 80 años y Miguel Díaz-Canel ha cumplido los 58.
La inversión extranjera
En 2008, Raúl Castro ya había dado inicio a un conjunto de reformas que pretendían impulsar el trabajo privado y abrir la isla, aunque tímidamente, a la inversión extranjera. Ahora lo garantiza constitucionalmente.
El borrador del nuevo texto señala que “el Estado garantiza la inversión extranjera e incorpora el respeto a la soberanía y el uso racional de los recursos”. El texto ratifica la importancia de la inversión extranjera para el desarrollo económico del país, pero siempre “con las debidas garantías”.
El anteproyecto a debate admite la inversión extranjera como "una necesidad y un elemento importante del desarrollo", en un intento de atraer divisas para paliar la crisis económica del país. “El reconocimiento a la propiedad privada es una apertura a la inversión extranjera pero fundamentalmente es una apertura ideológica en lo interno. Se trata de pensar la economía cubana como mixta, con posibles integraciones de los diferentes sectores estatal y privado", dijo a la AFP el analista político cubano Arturo López-Levy.
Según cifras oficiales, desde que, en 2014, se aprobara la ley de inversiones, han sido aprobados más de 100 negocios con firmas extranjeras, aunque la mayoría de ellos son sociedades con el Estado cubano