Después de 6 rechazos de proyectos de ley en el Congreso, el 14 de junio se aprobó en el Congreso de la Nación de Argentina, con 129 votos, el Proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo. Pero, para salir adelante, se necesita la aprobación de dos tercios del Senado, compuesto por 72 personas.
La votación en la que se va a decidir el futuro de la ley está a punto de celebrarse. Se verá si, finalmente, se lleva a cabo, aunque, por el momento, no parece que sea así.
La balanza del proyecto se inclina hacia el color celeste (color representativo del bando en contra del aborto). El cambio de opinión de una senadora kirchnerista ha supuesto un golpe duro para la "ola verde", dejando la votación desigualada: 37 de los 72 senadores votarán en contra, frente a los 31 que lo harán a favor. Por el momento, hay dos indecisos y, aunque ambos se posicionasen proaborto, no lograrían dar la vuelta a la votación.
No obstante, el sí barajaba lograr hasta el último minuto algún cambio de postura, sumar votos de algún modo y no pierden la esperanza. Esto se debe a que en la anterior votación de junio, hasta dos horas antes de la votación, también se imponía el rechazo al proyecto.
Si el Senado no da luz verde a la ley, no podrá volver a presentarse hasta 2019, de acuerdo con la legislación argentina.
La Cámara Baja, en un intento por conseguir más apoyos, se ha comprometido a respetar los cambios introducidos por el Senado. Las modificaciones que se plantean frente al primero borrador son, principalmente, bajar el número de 14 semanas de embarazo a 12, el derecho a la objeción de conciencia institucional, eliminar las penas para los médicos que se nieguen a practicar un aborto y habilitar la producción pública de 'misoprostol', un medicamento para interrumpir embarazos.
El Poder Ejecutivo ha evitado involucrarse abiertamente en el debate, ya que la postura tardía de Mauricio Macri durante el proceso ha sido un poco ambigua: "Estoy a favor de la vida, pero no se lo impongo a nadie. Hay libertad de conciencia".
Aborto clandestino
Según un informe de Amnistía Internacional, durante los últimos 30 años, las complicaciones derivadas de abortos practicados en condiciones de riesgo han sido la primera causa de mortalidad materna. Traducido en cifras, el 23% de las muertes maternas entre 2007 y 2011 derivan de abortos inseguros.
La falta de datos lo complica todo y provoca un impacto negativo en las estimaciones, pero, según datos de 2006 del Ministerio de Salud de la Nación, suelen practicarse entre 370.000 y 522.000 abortos clandestinos al año.
De salir adelante la ley, Argentina se convertiría en el cuarto país en legalizar el aborto, después de Uruguay, Guayana y Cuba.
El aborto en América Latina
La situación en América Latina respecto al tema del aborto es diversa. Aunque en la mayoría de los países es ilegal, hay excepciones. Los tres países en los que se puede practicar son Cuba, Uruguay y Guayana.
En Cuba no se implantó ninguna ley del aborto, pero desde 1965, y si la mujer no supera las 10 semanas de emabarazo, la práctica está despenalizada.
En Uruguay se instauró en 2012, ayudando a reducir significativamente el número de abortos de 30.000 a 9.000 por año.
México es un caso especial. Debido a su carácter federal, cada estado es independiente en determinados asuntos. Por ello, en la Ciudad de México el aborto es legal.
Por último, en Chile se ha abierto el debate a su vez, ya que, además de la violación y el peligro para la madre, se ha introducido que otra causa puede ser que el feto pueda sufrir alteraciones estructurales letales.
En los países en los que la interrupción voluntaria del embarazo está completamente prohíbida son Honduras, Haití y Nicaragua.