“La Madame”, cabecilla de una de las redes de trata de menores más grandes en Colombia, fue arrestada el 7 de agosto, y ahora pasa sus días viendo los telediarios en una cárcel en ruinas.
"En ocasiones se le ve triste" dijo una de sus compañeras del centro penitenciario, que asegura que las condiciones en las que viven las presas no son las mejores. Hace unas semanas el techo del baño del centro se desplomó y todas las internas se enteraron porque "sonó como si fuera una explosión", según Paola Maldonado, que conversó con el diario colombiano El Espectador sobre el estado de las instalaciones de la cárcel, que ha provocado que "La Madame" pase de disfrutar de ser la "reina de la noche" a encerrarse en su celda y pasar mucho tiempo en soledad.
Liliana del Carmen Campos Puello no pudo evitar ir la cárcel a pesar de que amenazó con revelar la lista de los políticos que han utilizado sus servicios. La Policía colombiana descubrió que más de 250 mujeres, la mayoría adolescentes venezolanas, trabajaban para su supuesta agencia de modelos por las que empresarios millonarios pagaban cerca de 800 euros a cambio de una noche de fiesta.
“Carne nueva” y “échamela pa ca” gritaron las mujeres del centro para intimidar a Campos en el momento de su entrada a la prisión, como es costumbre cuando llega una nueva, pero a los pocos días ya era una más en el centro. “ Uno a veces tiene más presión de los medios de comunicación que de las acusaciones de la Fiscalía. A veces no se dan cuenta del daño que producen a las personas y a sus familias cuando aumentan una noticia sin conocer realmente los hechos. Por eso, cuando cualquier mujer llega a esta cárcel, así haya sido bombardeada por la prensa y la sociedad, todas la recibimos con respeto. Por ejemplo, a Madame aquí no la llamamos así, como le dicen en los medios, aquí la tratamos por su verdadero nombre, Liliana”, dijo Maldonado al diario colombiano sobre la convivencia de Campos con las otras privadas de libertad.
En el 2009 la Corte Constitucional ordenó construir otro centro penitenciario por el grave deterioro de las instalaciones de la prisión de mujeres, pero esto no ha sucedido. El director del penal de San Diego, Jaime Domingo, lamentó que estas mujeres vivan en tales condiciones y dijo que “el traslado es inminente, tiene que ser ya o ya. Estas mujeres son también sujetos de derechos. El único que han perdido es el derecho de la libertad y sólo de manera temporal. Ahora debemos velar por su seguridad y la orden es irse”.
Todavía no se ha definido la ubicación de la nueva cárcel, y Liliana Campos no ha aceptado ninguna entrevista hasta el momento, al igual que su abogado, pero éste sí ha dejado entender en sus comentarios, según El Espectador, que intentará utilizar esto y otras informaciones que posee para luchar por la libertad de su cliente.