“Nadie nos avisó del problema cuando hicimos la reserva del viaje. De haberlo sabido, quizás, nos habríamos quedado en España”. Jaime y su esposa Silvia viajaron a Tulum por el reclamo de las fotos de playas paradisíacas, un mar color esmeralda y hoteles de cinco estrellas con pulsera y todo incluido. Pero al llegar, la realidad era muy distinta: “Aquí no hay quien se meta en el agua. El olor es asqueroso”.
Desde hace meses el litoral del Estado de Quintana Roo, especialmente las playas de Cancún y Riviera Maya se han visto invadidas por miles de toneladas de macro algas de sargazo. Las algas llegan a la costa en manchas de aproximadamente 150 metros, desprenden un olor desagradable y tiñen el mar de color marrón. "Es muy triste ver esto porque el lugar es maravilloso”, cuenta Jaime. A su lado Lizett una californiana de Los Ángeles, abrasada por el sol caribeño, asegura que no hay que temerlas, y que el contacto con ellas es beneficioso para el organismo: “Son seres vivos”.
Es cierto que no tienen mayores consecuencias para la piel pero pueden ocasionar sarpullido por el contacto con los crustáceos y microorganismos que, a veces, llegan adheridos. Pero eso no parece importarle a Lizett, la norteamericana a la que ahora veo frotar las algas sobre brazos y muslos.
El sargazo es un alga proveniente del Atlántico, del Mar de los Sargazos, cercano al Triángulo de las Bermudas, cuya presencia en México jamás había alcanzado la virulencia actual. Las autoridades locales reconocen la gran dificultad que implica erradicarlas y el doctor en medio ambiente de la UNAM Cuauhtémoc León asegura que su presencia aumentará en la zona en los próximos años. Las causas podrían estar relacionadas con el calentamiento global en el Caribe y modificaciones en las corrientes marinas.
La Secretaría de Turismo facilita un informe diario de la situación de las playas en su página de Facebook donde los comunicados llaman a la calma. No hay imágenes de la invasión y se resta importancia al problema tratando de evitar alarmas que se transformen en anulaciones y perjuicios al sector turístico. La mejor opción para los turistas es hablar directamente a los hoteles de destino ya que la marea de sargazo no afecta de igual forma a todas las playas. Isla Mujeres y Holbox no se han visto afectados.
Miedo por el turismo
El turismo es el principal motor económico de la zona y se teme que se vea dañado. En el primer semestre del año, cerca de ocho millones de turistas visitaron los destinos costeros de Quintana Roo y se espera que la cifra llegue a los 15 millones a finales del 2018. Si el sargazo no lo impide.
Pese al silencio que guardan los responsables de hoteles como el Meliá Paradisus de Cancún -contactado sin éxito en reiteradas ocasiones por este periódico-, las anulaciones de reservas hoteleras podrían estimarse en un 60% para la temporada de Navidad si el panorama actual no cambia. Riu y Hoteles Barceló son otras cadenas hoteleras de capital español afectadas. El pasado 22 de agosto el Hotel Barceló Maya Beach informaba de la presencia de sargazo pero su playa, al ser privada, manitiene la arena limpia y hay zonas libres de algas en el mar donde se puede nadar.
Carlos Manuel Joaquín González, gobernador de Quintana Roo, y las autoridades federales y locales han solicitado a la comunidad científica colaborar en la búsqueda de soluciones a la invasión. El gobierno del Estado ha anunciado la inversión de 13 millones de dólares para intentar solucionar el problema. Lo harán inicialmente con la instalación de barreras de contención que cubrirán 27 km de playas de los 865 kilómetros de litoral.
Barreras de contención
Una empresa local de Playa del Carmen, el grupo Dakatso, ha ideado como solución una barrera de contención que ya ha sido instalada como prueba en 100 metros de la costa y está siendo monitoreada durante las 24 horas del día. El ingeniero Dagoberto Ruiz nos mostró el funcionamiento y es optimista con el resultado. El coste de este proyecto piloto ha sido financiado por hoteleros locales y cuenta con autorización gubernamental.
“Es un diseño naval específico para la contención y el desvío del sargazo. No daña la vida marina. La inversión que hemos realizado es de un millón quinientos mil pesos (68.695€)", cuenta Ruiz.
El costo de la barrera es de 240€ metro lineal. La inversión necesaria para contener el sargazo en todo el litoral requerirá de un plan maestro, ya que, como confirma Dagoberto Ruiz, “el problema no se solucionará exclusivamente con la barrera.“ "Nosotros hemos ideado un proyecto integral, con puntos estratégicos para la recolección, con bandas anfibias y barcazas de extracción”, señala.
Hasta ahora, la retirada de las algas se hace manualmente y en 41 de las playas más concurridas y zonas hoteleras en exclusivo. Esto a pesar del riesgo medioambiental que supone la descomposición del Sargazo en las zonas en donde no se recoge y que podría terminar afectando al ecosistema marino. En algunos puntos la densidad es tan grande que hace imposible su retirada y por supuesto tratar de nadar.
En los últimos dos meses se han recogido más de 130.000 metros cúbicos en siete municipios, pero el temor entre pescadores y hoteleros es que el sargazo continúe llegando a la costa y termine arruinando sus vidas. “Antes", nos cuenta Eliazar, pescador local en Tulum, “llegaba sargazo, pero nunca como ahora y en Octubre desaparecía. El pescado se ha ido de la costa. Esto es un castigo del cielo”.
Lizett, la turista norteamericana que hace unos minutos frotaba sargazo sobre su piel, se ha sumergido ante nosotros en el mar de algas como si aquello fuera un Spa de Bel-Air. Eliazar mira y sonríe: “Estos gringos están bien locos”.