"Combatir la ideología de género" y "poner en valor las tradiciones judeo-cristianas". El nuevo presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, quiere "proteger" la democracia brasileña y liberarla de las "amarras ideológicas". El líder de la ultraderecha brasileña ha ratificado, en su toma de posesión como presidente, todas sus polémicas promesas electorales, muchas de ellas de corte racista, machista y homófobas.
"Brasil por encima de todo y Dios por encima de todo". Las elecciones de octubre "le dieron voz a quien no era oído" y a él lo pusieron "al frente de la nación" para servir a la "patria", a "Dios" y a todo el pueblo brasileño.
Su primera medida como presidente ha sido el aumento del salario mínimo de los trabajadores del país en 998 reales (unos 257,5 dólares) para 2019, lo que supone un aumento del 4,61 % con respecto al año pasado.
Bolsonaro ha indicado en el Congreso Nacional que su prioridad será "proteger y dar vigor a la democracia brasileña", después de una serie de gobiernos que ha calificado de "irresponsables" porque -a su juicio- condujeron al gigante suramericano "a la mayor crisis ética, moral y económica de su historia".
"Tenemos una oportunidad única de rescatar a nuestro país y la esperanza de nuestros compatriotas (...) Vamos a unir al pueblo y a poner en valor las familias y las tradiciones judeo-cristianas. Brasil volverá a ser un país libre de amarras ideológicas", ha armado.
Asimismo, Bolsonaro reafirmó su compromiso de gobernar "sin discriminación o división". "Reafirmo el compromiso de construir una sociedad sin discriminación o división", afirmó Bolsonaro, un capitán de la reserva del Ejército que ganó las elecciones del pasado octubre con un 55 % de los votos.
Prometió que durante su mandato atenderá a los brasileños que "desean conquistar por mérito buenos empleos y sustentar sus familias" y que "exigen" salud, infraestructuras y "respeto de los derechos fundamentales".
"Orden y progreso (...), ninguna sociedad se desarrolla sin respetar esos preceptos", expresó Bolsonaro en alusión al lema inscrito en la bandera de Brasil.
Bolsonaro también anuncio que su Gobierno pondrá fin a "prácticas nefastas" que condujeron a Brasil a la mayor crisis ética y moral de su historia.
"Esa irresponsabilidad nos condujo a la mayor crisis ética, moral y política de nuestra historia", afirmó el nuevo jefe de Estado de Brasil, que reafirmó su compromiso con el combate a la corrupción, una promesa que le ayudó a vencer las elecciones presidenciales de octubre pasado con el 55 % de los votos.