Diversas ciudades de California han comenzado este año las celebraciones por el 250 aniversario de la instalación de las primeras misiones españolas, que entre 1769 y 1833 supusieron el germen de muchas de las actuales ciudades. Un ejemplo es San Diego de Alcalá, actual San Diego, obra del franciscano mallorquín Junípero Serra, santo desde 2015 y héroe californiano hasta hace poco.
Sin embargo, en esta efemérides no será ensalzará su figura como en otras ocasiones, ya que, como también ocurre con Cristóbal Colón, el revisionismo histórico ha puesto su nombre en la diana.
Grupos indigenistas y otras minorías estadounidenses llevan años demandando que se desmitifique y cesen los homenajes a estos hombres rodeados de controversia por el trato que dispensaron durante la conquista de América a los nativos americanos, que con su llegada perdieron su modo de vida y cultura definitivamente.
No sólo los conquistadores y colonizadores españoles son objeto de este fenómeno. También los personajes históricos confederados que lucharon por el mantenimiento de la esclavitud durante la guerra civil estadounidense se encuentran en pleno proceso de revisión histórica. No obstante, estos últimos encuentran todavía algunos defensores, mientras que pocos alzan la voz en defensa de los españoles.
Cristóbal Colón es un buen ejemplo de esto. En los últimos años, la polémica acompaña cada 12 de Octubre y en 2018 ya se retiró incluso un monumento al almirante en la ciudad de Los Ángeles. Ahora, las comunidades indígenas cuestionan con los mismos argumentos el ensalzamiento de los misioneros españoles que llevaron a cabo la evangelización de la costa oeste, actual estado de California.
El cambio está siendo drástico. Hasta ahora, el sistema educativo californiano trataba a Junípero Serra como a un héroe estatal, enseñando sus hazañas e incluso encargando a los escolares elaborar manualidades para recrear sus misiones. Es más, en el Capitolio de EEUU, es su figura la que representa el estado de California.
Esta mitificación del misionero español parece haber llegado a su fin, y Serra va por el mismo camino que Cristóbal Colón. La explicación la aporta Robert Senkewicz, profesor de Historia en la Universidad de Santa Clara y experto en este personaje: "A finales del siglo XIX, en la historia popular de EEUU, Serra se convirtió en un símbolo de la California española", al que se le atribuye todo lo bueno y lo malo del sistema de las misiones, algo que excede su obra, según comenta a EL ESPAÑOL el académico.
A su juicio, "Serra necesita ser entendido desde la perspectiva de su propio tiempo, como un misionero español en un entorno español. Eso implica una mayor comprensión de ese contexto".
Sin embargo, no parece que todos estén dispuestos a zambullirse en el contexto histórico del siglo XVIII. Algunos prefieren cortar por lo sano. En 2015 -tras su canonización- y en 2017, varias de las estatuas erigidas en su honor en las misiones de California fueron atacadas con pintura y algunas decapitadas.
Ni siquiera los ámbitos académicos escapan de este revisionismo histórico. A finales del pasado año, la Universidad de Stanford decidió cambiar el nombre de varios edificios y de una calle que conmemoraban al español. La institución tardó dos años en tomar la medida, pero finalmente rebautizó varios inmuebles del campus dedicados al fundador del sistema misionero.
Esta modificación llegó tras un informe de un comité asesor convocado por el rector de la Universidad, que aducía que con este cambio se pretendía "eliminar un daño significativo a los nativos americanos, a otros miembros de la comunidad de Stanford y a la diversidad".
El debate se había prolongado durante años, con varios grupos de expertos implicados. Finalmente fue este comité el que se reunió con miembros de las comunidades de nativos americanos y de católicos.
Se ha concluido que los individuos de ascendencia indígena padecían sentimientos de "trauma, daño emocional y daño a su salud mental" como resultado de convivir con edificios que honraban a Serra, según el informe.
"Para muchos de los participantes, el nombre de Serra evoca toda la historia de la opresión de los nativos americanos", escribió el comité.
Por su parte, según el informe, los miembros de la comunidad católica pedían que el comité no censurara todo el proceso evangelizador, ni atribuyera a Serra todos los problemas generados por el sistema de misiones. El grupo de expertos entendió que los católicos se tomarían el cambio de nomenclatura como una "decepción", pero no con "enfado", de modo que procedieron a la modificación.
La culpa, de los británicos
Ante este cambio dramático en la percepción de las misiones por parte de la sociedad californiana, cabe preguntarse cuál es el motivo. El profesor Senkewicz tiene una explicación.
"La historia de las misiones se ha contado de manera incompleta. La mayoría no entiende que antes de convertirse en parte de los Estados Unidos, California era la América española. Los estadounidenses no conocen ese contexto y se acercan al tratamiento de los pueblos nativos en las misiones a través del prisma de la experiencia en las colonias británicas, que fue brutal e implicó alejar a los indígenas del asentamiento británico".
"El sistema español, que intentó incorporar a los pueblos nativos a la sociedad colonial -en un lugar inferior, por supuesto, pero que todavía tenían un lugar- no se comprende bien en EEUU", argumenta el académico.
Precisamente para mejorar el conocimiento de esta realidad, la Universidad de California ha iniciado un proyecto de investigación sobre el modelo colonial español, si bien se analizará desde el punto de vista de los grupos nativos americanas. En concreto, un grupo de académicos buscará ampliar la narrativa histórica de las comunidades indígenas que vivían en aquellos territorios. El presupuesto supera el millón de dólares.
La misión también con los nativos
El sentimiento de culpa por el proceso de evangelización y colonización llevado a cabo por los españoles es tan profundo que impregna ya incluso a la propia organización fundada por Serra.
El pasado día 10, el reverendo Peter Escalante, sucesor del franciscano en la Misión de San Diego de Alcalá, la primera iglesia de California, inauguró las conmemoraciones por el 250 aniversario de la instalación de los religiosos españoles, admitiendo que trajeron "un gran dolor a los nativos americanos".
Para "curar las heridas del pasado", este año jubilar se combinarán las tradiciones católicas de la Misión de San Diego con la espiritualidad indio americana, a través de la intervención de diáconos indígenas, "que practican el respeto por la Tierra y el espíritu divino que la llena", según recoge Times of San Diego.
Defensa del Gobierno de España
Mientras esto ocurre, en España se producen movimientos más bien discretos. Desde el Gobierno se viene trasladando a las autoridades de EEUU su "decepción" por los actos de vandalismo contra estatuas de Colón y de Junípero Serra.
"Aunque se trata de parte del patrimonio histórico y cultural de EEUU, son parte de nuestro legado", argumentaba en noviembre el Gobierno en una respuesta parlamentaria a Ciudadanos. El Ejecutivo se limita a confía en que "estas recientes manifestaciones de rechazo" sean algo "aislado y pasajero".
Sin embargo, la actualidad no parece indicar que este revisionismo histórico vaya a detenerse. "Esto no es nada nuevo", zanja el profesor Senkewicz. "Dado que la historia siempre es un diálogo entre el pasado y el presente, los cambios actuales inevitablemente darán lugar a evaluaciones del pasado.
"Lo importante en estas revisiones es que se respeten las complejidades del pasado y que se entienda el contexto en el que operaron los personajes históricos", concluye.