El Ejército venezolano, fiel al régimen de Maduro, bloquea el puente fronterizo de Tienditas que une el país caribeño y Colombia, una moderna infraestructura sin estrenar por donde se prevé que entre la ayuda humanitaria, ha denunciado el diputado opositor Franklyn Duarte.
"Lo que está bloqueando (...) el puente Tienditas, en donde ellos (los militares) presumen que va a pasar la ayuda humanitaria, es un (camión) cisterna, un container y el día de hoy llegó en la madrugada un convoy de la Fuerza Armada Nacional", dijo a Efe Duarte. Además publicó en su cuenta de Twitter una imagen en la que se puede observar un vehículo militar sobre un puente.
Tras el reconocimiento de Juan Guaidó como presidente interino por unos 40 países al inicio de esta semana, Guaidó gestionó la ayuda humanitaria que debería llegar al país en los próximos días. Nicolás Maduro se opuso desde el primer momento a aceptar la ayuda internacional, al considerarla una "excusa" para iniciar una intervención militar liderada por EEUU.
La oposición ha pedido a las Fuerzas Armadas que permitan la entrada de ayuda humanitaria pero los militares ha decidido bloquear este acceso. El puente de Tienditas, es uno de los tres que unen Colombia y Venezuela. Fue concluido a principios de 2016, meses después de que el gobierno de Nicolás Maduro ordenara el cierre de la frontera común, por lo que la estructura no ha sido inaugurada.
Los otros dos son el Francisco de Paula Santander y el Simón Bolívar, ambos cerrados a vehículos desde 2015 por el gobierno venezolano.
Por este último circulan cada día unos 35.000 venezolanos que van y vienen buscando lo mínimo para sobrevivir. Y con el anuncio de Guaidó de que Cúcuta será uno de los tres puntos de acopio de la asistencia humanitaria las expectativas crecen entre la masa de transeúntes.
Uno de ellos es Luis Carrero, un profesor de 47 años que cruza la frontera semanalmente para comprar medicamentos para su madre que sufre de cáncer y que ahora ve con esperanza la ayuda humanitaria anunciada el sábado por Guaidó.
"Mi madre está padeciendo un cáncer de mama y lamentablemente en nuestro país es inexistente el medicamento", explicó a Efe Carrero.
Hartazgo
Esa realidad es visible en el puente Simón Bolívar, donde vendedores callejeros ofrecen a quienes regresan a Venezuela medicamentos básicos para el dolor, la tensión arterial o el malestar estomacal, como Ibuprofeno, Omeprazol o Losartán, e incluso promociones de 30 pastillas de Acetaminofén por 2.000 pesos (unos 65 centavos de dólar).
El profesor asegura que Maduro "intenta mostrarse" más fuerte de lo que está cuando advierte que no dejará entrar la ayuda humanitaria con el argumento de que en Venezuela no son "mendigos de nadie".
"Yo le quiero indicar al gobierno de Nicolás Maduro y a las fuerzas militares que todavía lo acompañan que en cualquier oportunidad que se decida la entrada (de la ayuda humanitaria), que va ser pronto, porque nuestro presidente Juan Guaidó lo determinó, va ser el pueblo venezolano que le va pasar por encima, no va ser ninguna fuerza aliada", afirma.
Carrero añade esperanzado "que en el momento que ya se diga la entrada de la ayuda humanitaria es el pueblo venezolano el que va a custodiar, va a acompañar y va a hacer que la distribución de esa ayuda humanitaria llegue efectiva a su lugar".
La misma ilusión tiene Emberly Alexandra Quiroz, de 25 años, quien no oculta a Efe su decepción y hartazgo con el gobierno de Maduro.
"Todavía no he visto las ayudas, pero cuando las vea, bien (...) Me gustaría que eso llegara a Venezuela, para que se compusiera (el país) y sacaran a Maduro que no lo aguantamos ya. De verdad, de todo corazón, me duele mi país como está, mi país era un oro pero ahora no es nada por culpa de Maduro", manifiesta.
Comida, medicinas y trabajo
Estos venezolanos no solo vienen a Cúcuta para llenar bolsas con comida, medicamentos y artículos de higiene, entre otros productos; también hay los que buscan conseguir un trabajo, en cualquier cosa, que les permita ganar algo de dinero, un puñado de pesos colombianos que en su país, convertidos a bolívares, son una pequeña fortuna para mantener a sus familias.
Muchos de ellos vienen con un objetivo de más largo plazo, atravesar Colombia a pie y seguir de largo hacia un tercer país de la región, para lo cual no les importa dormir a la intemperie cuando no encuentran un techo bajo el cual descansar, aunque reconocen que los colombianos han sido solidarios con sus necesidades y no solo les tratan bien sino que en muchísimos casos les regalan comida.
"Nos han tratado súper bien, no nos podemos quejar de Colombia, lo que sí le pedimos a Maduro es que se vaya, que se vaya, que ya no lo soportamos", añade Quiroz.
La mujer dice que nunca votó por Maduro, pero admite que en tiempos del fallecido presidente Hugo Chávez la situación era otra. "Toda mi familia lleva pasando hambre, una cosa que en Venezuela, estando Chávez, no era así. Lo que pedimos nosotros los venezolanos, es que se vaya (Maduro)", insiste.
El anuncio de Guaidó de una "coalición mundial por la ayuda humanitaria y la libertad en Venezuela" hace resurgir en muchos la esperanza de un verdadero cambio de rumbo del país.
Es el caso de Belky Lizcano, una maestra de 61 años que viene a Cúcuta desde la venezolana San Cristóbal (Táchira) para comprar pañales y leche para su sobrino. "Dios quiera que puedan entrar a Venezuela con esas ayudas", dice Lizcano a Efe, y recalca contradiciendo a Maduro: "Sí necesitamos ayuda humanitaria en Venezuela y es urgente".
La esperanza se mezcla con la impaciencia en algunos venezolanos que no ven la hora de que las más de 60 toneladas de ayuda humanitaria reunidas principalmente por Estados Unidos con la colaboración de Colombia salgan de Cúcuta y atraviesen alguno de los puentes para llevar un alivio a un país desesperado.