El presidente de Argentina, Alberto Fernández, confirmó este miércoles que presentará un proyecto de ley para poner fin a la penalización del aborto y permitir que cualquier interrupción del embarazo pueda llevarse a cabo en los centros de salud públicos.
Fernández hizo el anuncio en el Instituto de Estudios Políticos de París, con motivo de su viaje a la capital francesa dentro de la gira internacional que le ha llevado por otros países europeos, como España o Italia, en donde se entrevistó con el Papa Francisco en la sede de El Vaticano.
"El problema de Argentina es que todo aborto es clandestino. Yo no vivo en paz con mi conciencia sabiendo que una mujer, que tal vez necesite practicar un aborto, no tiene las condiciones económicas necesarias para pagar ese tratamiento y termine en manos de un curandero, que la acaba lastimando y a veces matando", expresó Fernández.
No obstante, la intención de Fernández es presentar también otra iniciativa por la cual las embarazadas y sus hijos tengan cubiertas sus necesidades alimentarias durante los primeros mil días de vida del bebé, ya que "la idea es que ninguna mujer sienta que tiene que abortar por su situación económica".
La deuda
En su intervención, el mandatario también quiso responder a quienes critican que su Gobierno no tiene un plan económico, al asegurar, en respuesta a un estudiante, que el próximo día 12 el ministro de Economía explicará ante el Congreso de la Nación "lo necesario para que todos entiendan de qué se trata".
"Sí tenemos un plan. Es verdad que no lo contamos, porque estamos en plena negociación. Estamos jugando al póquer, y no con chicos", añadió. Fernández se había reunido previamente en el Palacio del Elíseo con su homólogo francés, Emmanuel Macron, quien le prometió el importante respaldo de París en las negociaciones con el FMI para que Argentina pueda reestructurar su deuda.
El presidente cargó con la culpa de la deuda a su predecesor, Mauricio Macri, a quien acusó de haber negociado unos plazos imposibles para afrontar los vencimientos.
"Estamos asediados por una deuda cuantiosa. Pero el problema no es la deuda, es que alguien se comprometió a pagarla en muy poco tiempo, y eso es una ecuación imposible. Ahora tenemos que andar recorriendo el mundo explicándoles a los líderes lo que objetivamente nos pasa", dijo.