En tiempos en que la polarización está de moda el expresidente de Uruguay, José Mujica, se ha retirado de la vida política entre aplausos unánimes en el Senado y fundiéndose en un abrazo con uno de sus principales rivales políticos, Julio María Sanguinetti, también expresidente de Uruguay pero en las antípodas ideológicas de Mujica.
Los diarios uruguayos hablan de "gesto único" y resaltan las carreras paralelas que ambos han desarrollado en política. En su adiós, Mujica ha transmitido un mensaje de concordia: "En mi jardín hace décadas que no cultivo el odio. Aprendí una dura lección que me puso la vida. El odio termina estupidizando", afirmó ante una Cámara que, a diferencia de lo que ocurre en España, estaba repleta pese a estar en plena epidemia de coronavirus.
Sobre su salida del Parlamento, Mujica subrayó: "Me voy porque me está echando la pandemia. Ser senador es hablar con gente y andar por todos lados. Estoy amenazado por todos lados: por la vejez y por mi enfermedad inmunológica crónica", tal y como recoge el diario uruguayo El País.
Dos eternos rivales, estrategas políticos como ningún otro y con una capacidad de convocatoria que muy pocos tienen. Así son José 'Pepe' Mujica y Julio María Sanguinetti, dos expresidentes que cierran juntos una página histórica de la política uruguaya.
Uno defensor de la izquierda, otro conservador de derecha, pero ambos contrincantes con peso en la actualidad pese a la vejez (Mujica tiene 85 años y Sanguinetti 84).
Quizá el destino, pero fundamentalmente la terquedad de estos dos personajes históricos para no querer abandonar la actividad en la que militan desde que tienen uso de la memoria, hizo que decidieran dar un paso al lado y abandonaran juntos, en una misma sesión, su escaño en el Senado tras décadas vinculados a la política.
¿Realmente es el fin de la vida política de Sanguinetti y Mujica? Esa incógnita solo podrá ser respondida más adelante ya que los hechos han demostrado que ninguno soporta mucho tiempo fuera de la actividad que los ha definido.
Sanguinetti se había retirado de la política formal, ya no iba a ser candidato, pero volvió con todo en 2018 y desde ahí se plantó en la escena política como en sus mejores años.
Mujica, quien en 2018 también renunció al Senado para descansar tras "su largo viaje" de la vida, también volvió a la escena para intentar ayudar al FA a ganar las elecciones de 2019 -algo que finalmente no consiguió-.
Ahora, los dos expresidentes cuyas vidas políticas han sido paralelas, contrapuestas pero complementarias, renuncian juntos. Un poco por la pandemia -ya que ambos son población de riesgo-, tal vez también por cansancio y por dar cierre definitivo a una etapa.
A pesar de todo, es probable que estos dos viejos zorros de la política, el guerrillero y el académico, el de casa pequeña y el intelectual de cejas grandes, todavía tengan mucho por vivir, ya que, desde el principio hasta el fin de sus días, ambos serán políticos.