El presidente electo de EEUU, Joe Biden, restó importancia este martes a la negativa del mandatario saliente, Donald Trump, de reconocer su victoria, y pronosticó que eso no tendrá muchas "consecuencias" en el éxito del proceso de transición.

Su rueda de prensa se produjo exactamente cuatro años después de que el expresidente Barack Obama recibiera en la Casa Blanca a Trump y se comprometiera con un proceso de transición "fluido", una tradición en la política estadounidense que ha roto el actual mandatario saliente.

"Terminarán llamándome presidente electo", ha afirmado Biden al finalizar su rueda de prensa, aunque ha tachado de "vergonzoso" que Trump se niegue a reconocer la derrota.

Biden ha descrito como "obsequiosa y enérgica" la bienvenida que ha recibido de los aliados tradicionales del país en Europa y Canadá, y proclamó que "Estados Unidos ha vuelto" y será respetado de nuevo. 

El desafío de Trump va, sin embargo, más allá del simbolismo de no recibir a su sucesor en el Despacho Oval: como él no reconoce los resultados de las elecciones, su Gobierno no está cooperando con el equipo de Biden para garantizar que todo esté listo para la toma de posesión de éste el 20 de enero.

En concreto, el entorno de Biden ha reconocido que le preocupa que la Administración de Servicios Generales (GSA) no haya certificado aún la victoria del exvicepresidente, porque eso impide a su equipo acceder a recursos y a las agencias gubernamentales para preparar la transición.

Su campaña se plantea incluso demandar a la GSA para desbloquear el proceso, según varios medios, pero Biden trató de minimizar el tema y aseguró a los periodistas que su equipo tiene los recursos suficientes para desarrollar los planes sin conseguir esa certificación.

"Vamos a hacer exactamente lo mismo que estaríamos haciendo si él (Trump) hubiera reconocido" la derrota, afirmó el exvicepresidente.

A la espera de cooperación

Su equipo de transición nombró este martes una lista de unos 500 expertos en distintos aspectos del Gobierno que le ayudarán -a él y a quienes elija para formar su gabinete- a prepararse para empezar a gobernar en enero.



Ese grupo -del que más de la mitad son mujeres y el 40% son negros, latinos, estadounidenses de origen asiático, de la comunidad LGBTQ+ o personas con discapacidades- podrá empezar a coordinarse con las agencias federales solo si la GSA certifica finalmente la victoria de Biden.



El mandatario electo insistió en que la obstrucción de Trump tampoco "tendrá muchas consecuencias" en su propia preparación para la llegada a la Casa Blanca, a pesar de que le está impidiendo tener acceso a información clasificada de inteligencia.



Biden, que conoce bien los engranajes del Gobierno tras su experiencia como vicepresidente, alegó que aunque sería "útil" acceder a esos datos, tampoco podría actuar en ninguno de ellos hasta que llegue al poder.



Adelantó que espera nombrar al menos a un par de miembros de su futuro gabinete antes del festivo de Acción de Gracias, el próximo 26 de noviembre, y vaticinó que los republicanos en el Congreso acabarán reconociendo su victoria.



"Por ahora, no hay pruebas de ninguna de las afirmaciones que ha hecho el presidente o el secretario de Estado (Mike) Pompeo", quien este martes respaldó la postura de Trump, insistió Biden.



La campaña de Trump ha presentado demandas en varios estados clave para desafiar el resultado de las elecciones del 3 de noviembre, y ha alegado sin pruebas que se ha producido un fraude.



Casi todo el entorno de Trump reconoce en privado lo inútil de las demandas, porque necesitarían demostrar fraude no solo en uno, sino en múltiples estados, para dar la vuelta a los resultados y cubrir el trecho entre los 214 delegados que tiene ahora en el Colegio Electoral y los 270 que necesitaría para ser reelegido.

Pompeo se niega

El secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, ha sorprendido al afirmar que habrá "una transición suave" hacia un segundo mandato de Donald Trump como presidente del país, apenas días después de que fuese proyectado como ganador el demócrata Joe Biden.



"Habrá una transición suave hacia una segunda Administración Trump", dijo Pompeo en rueda de prensa al ser preguntado acerca de si había habido contactos en el Departamento de Estado con el equipo de transición de Biden, que se ha quejado de la falta de acceso.



No quedó claro si la declaración fue emitida con intención irónica, ya que fue acompañada de una sonrisa o si simplemente se estaba haciendo eco de la ofensiva que Trump y su equipo de campaña han lanzado con varias demandas judiciales por presunto fraude electoral -algunas de ellas desestimadas- en varios estados del país.



Pompeo remarcó que actualmente "se están contando los votos" y a la espera de que se complete el proceso.

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