El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, ha vuelto a pronunciarse este miércoles en contra de los confinamientos y otras medidas para atajar la expansión de la pandemia de Covid-19 y se ha mostrado a favor de medicamentos sin eficacia comprobada contra el virus, que ha sumado un nuevo récord de muertes en el país.
En su discurso, Bolsonaro insistió en que así como es preciso "cuidar la salud", también se deben "salvar los empleos" y enfatizó que, por esa razón, "jamás decretará un confinamiento nacional, como quieren muchos", ni permitirá que las Fuerzas Armadas "vayan a la calle para encerrar a la gente en su casa".
En un acto celebrado en la ciudad de Chapecó, en el sur del país, Bolsonaro repitió sus argumentos contra las medidas que restringen la actividad económica para contener los contagios y dijo "lamentar todas las muertes", sin hacer mención alguna a la cifra récord de 4.195 decesos por coronavirus registrada este martes en Brasil.
El mandatario se quejó de las críticas que le llegan a diario de la prensa y del campo científico. "Me dicen genocida", denunció el líder de la ultraderecha brasileña, para agregar que "el enemigo no es el presidente", sino el virus.
Récords de impacto
Brasil sigue anotando récords por el impacto de la pandemia de coronavirus, con cifras diarias de muertos que ya superan los 4.000, mientras el presidente Jair Bolsonaro ha pasado del negacionismo a la resignación porque, asegura, "prácticamente es imposible erradicarlo".
Las últimas cifras señalan que este martes en Brasil murieron 4.195 personas a causa de la Covid-19, se superan así por primera vez los 4.000 decesos, números que llegan apenas dos semanas después de alcanzar la marca de 3.000 fallecidos.
Los datos del Ministerio de Salud indican que la Covid-19, que causó el primer muerto en Brasil el 12 de marzo de 2020, ya ha matado en este país a 336.947 personas, aún por debajo de los 552.125 que han perecido en Estados Unidos (EEUU), según las cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En EEUU, con una población de 330 millones de habitantes, se han infectado 30,5 millones de personas, mientras que en Brasil se han contagiado 13 millones para una población de más de 210 millones.
Aun así, Brasil lidera la lista de países con el mayor número de muertos por el coronavirus en los últimos siete días, casi 19.000, frente a los cerca de 7.000 de Estados Unidos.
"Este virus, como otros, llegó para quedarse, y se quedará toda la vida", afirmó Bolsonaro este miércoles mientras visitaba una comunidad del sureño estado de Santa Catarina.
"El virus no se irá (...). Prácticamente es imposible erradicarlo", agregó Bolsonaro, el mismo gobernante que en los inicios de la pandemia intentó restarle importancia llegando a calificar la enfermedad de "gripita".
Hospitales colapsados
La pandemia está generando difíciles retos al sistema sanitario de Brasil, con unas disponibilidades de camas hospitalarias y UCI cada vez más limitadas.
Por ejemplo, el estado de Sao Paulo, el más poblado del país, registró en las últimas 24 horas un récord de 1.389 fallecidos por Covid-19, con una ocupación cercana al 90% en UCI.
"No lean noticias falsas y no acepten recomendaciones, observaciones o exaltaciones de quienes son notoriamente negacionistas", afirmó este miércoles el gobernador de Sao Paulo, Joao Doria, aludiendo a los comentarios de Bolsonaro.
Doria, un fuerte rival político del presidente brasileño, pidió también no creer a quien piense que se está "enfrentando una gripe o un resfriadito". "Nos enfrentamos a la más grave crisis de salud de la historia mundial", recalcó Doria.
Mientras tanto prosigue con lentitud el proceso de vacunación, que comenzó el pasado 17 de enero y que ha permitido a 18,2 millones de personas recibir la primera dosis y a 5,2 millones la segunda, según el Ministerio de Salud.
Pero de momento la vacunación sólo ha beneficiado al personal sanitario y a los integrantes de las Fuerzas Armadas y policiales, y a las personas con edades próximas a los 70 años, según el estado en el que se vacune.
Críticas a Bolsonaro
A los críticos de la gestión de Bolsonaro para hacer frente a la pandemia se unió este miércoles Amnistía Internacional, que alertó sobre las violaciones a los derechos humanos que surgen como "pretexto" en la lucha contra la pandemia.
"El negacionismo del Gobierno fue central en los fallos cometidos y para la incapacidad de enfrentar la pandemia", afirmó la directora ejecucutiva de AI para Brasil, Jurema Werneck, al presentar el informe anual de la organización.
"Hay una gran preocupación de Amnistía Internacional por una escalada autoritaria en el país", agregó.