La nueva variante del coronavirus, ómicron, ya está en Latinoamérica. Brasil detectó este martes los primeros casos en el país, que suponen además los primeros contagios en Latinoamérica con este linaje del SARS-CoV-2 que ha vuelto a poner en alerta al mundo y ha provocado ya el cierre de fronteras entre Europa y algunos países africanos.
Los dos positivos corresponden a un hombre, de 41 años, y una mujer, de 37, que residen en Sudáfrica, país dónde fue descubierta la nueva variante, y estaban de visita en Brasil, según informó el Gobierno de Sao Paulo. La pareja desembarcó el pasado día 23 en el aeropuerto internacional de Guarulhos, en la zona metropolitana de la capital paulista, pero cuando preparaban su regreso a Sudáfrica dieron positivo en covid-19.
El Hospital Albert Einstein, una de las clínicas privadas más reputadas de Latinoamérica, realizó entonces la secuenciación genética de ambas muestras y constató, de forma preliminar, que se trataban de infecciones con la variante ómicron, cuyo potencial está siendo investigado por la comunidad científica internacional. Las autoridades sanitarias de Sao Paulo ratificaron poco después el diagnóstico a través del Instituto Adolfo Lutz.
Además, Sao Paulo investiga otro posible caso de contagio con ómicron de un pasajero que estuvo en Sudáfrica y dio igualmente positivo para el coronavirus, que ya ha matado en Brasil a casi 615.000 personas e infectado a más de 22 millones. Asimismo, las autoridades brasileñas investigan otros posibles infectados con la nueva variante en viajeros llegados recientemente desde países de África, uno en el estado de Minas Gerais (sureste) y otro en el Distrito Federal de Brasilia.
Brasil, puerta de entrada
Brasil, uno de los países del mundo más castigados por la covid-19, fue también la puerta de entrada del coronavirus en Latinoamérica, con el primer caso registrado el 26 de febrero de 2020, y también fue el lugar de origen de la "variante de preocupación" conocida como gamma o P.1, surgida en el estado de Amazonas (norte).
Ahora, en un intento por evitar una nueva ola, el Gobierno de Brasil suspendió desde el lunes pasado los vuelos procedentes de Sudáfrica, Botsuana, Esuatini (antigua Suazilandia), Lesoto, Namibia y Zimbabue, y estudia extender esa medida a Angola, Malaui, Mozambique y Zambia.
No obstante, los primeros casos de ómicron en el país son de pasajeros que llegaron a Brasil antes de que se anunciara esa restricción, que también han adoptado otros países con objeto de evitar la diseminación del nuevo linaje en sus territorios.
Muchos interrogantes
Sobre la variante ómicron aún se sabe poco. Por el momento, cerca de una veintena de países han registrado al menos un caso. Los primeros en América se notificaron en Canadá.
Se sospecha que puede ser más contagiosa a tenor del alto número de mutaciones (30) que tiene en la espícula (spike), que el virus usa para infectar las células humanas, pero se desconoce si provoca cuadros graves y si reduce la efectividad de las vacunas actuales.
El desembarco de ómicron se produce en un momento en que Brasil vive una cierta estabilidad pandémica, con el número de contagios y muertes en sus menores niveles prácticamente desde la irrupción del virus en el país, en febrero en 2020.
Esa tregua se debe principalmente al avance de la campaña de vacunación, que ha permitido que un 75% de los 213 millones de brasileños tengan una dosis y un 63%, la pauta completa.
Sin embargo, el repunte de casos de covid-19 en Europa y la aparición de esta nueva variante han puesto en alerta a gobernadores y alcaldes, varios de los cuales han cancelado en los últimos días los festejos previstos para el fin de año. El alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, no ha descartado cancelar los eventos y conciertos programados para recibir a 2022, los cuales suelen reunir a millones de personas en las icónicas playas de la turística capital fluminense.
Asimismo, el carnaval de 2022, la fiesta mayor de la sociedad brasileña, también está en el aire, en medio de las alertas de los especialistas sanitarios, que recomiendan cautela y mantener ciertas medidas preventivas, como el uso obligatorio de la mascarilla, hasta que se descubra el verdadero potencial de la variante ómicron.