Un militante del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, y otro del exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva se mataron a tiros en la ciudad de Foz de Iguaçu, tras "una discusión" durante la fiesta de cumpleaños de este último, informaron este domingo fuentes oficiales y políticas.
Los hechos ocurrieron la pasada madrugada, cuando un policía penitenciario interrumpió la celebración y abrió fuego contra Marcelo Arruda, quien era guardia municipal y uno de los líderes del Partido de los Trabajadores (PT) en Foz de Iguaçu, de acuerdo con la formación progresista.
Arruda, que llegó a ser candidato a vicealcalde en esa localidad fronteriza brasileña en las elecciones municipales de 2020 y que conmemoraba su 50 cumpleaños, recibió "tres tiros", pero consiguió reaccionar y disparar a su agresor, que también acabó falleciendo, según la nota divulgada por el PT.
Fuentes policiales señalaron a Efe que el agente penitenciario federal, identificado como Jose da Rocha Guaranho, que invadió la fiesta se autodeclaró bolsonarista.
Antes del trágico desenlace, Da Rocha Guaranho acudió una primera vez al lugar de la celebración, en la Asociación Deportiva Salud Física de Itaipú, y amenazó "con arma en mano" a todos los allí presentes, según el PT.
Después volvió al local y fue cuando ocurrió el tiroteo que tuvo como resultado el fallecimiento de los dos militantes políticos.
El suceso se produce a menos de 90 días de las elecciones presidenciales, para las que el máximo favorito es Lula, con una ventaja de entre 15 y 20 puntos sobre Bolsonaro, según todos los sondeos publicados hasta la fecha.
La campaña electoral se prevé altamente polarizada entre el dirigente progresista, que gobernó Brasil entre 2003 y 2010, y el líder ultraderechista, que aspira a renovar su mandato por otros cuatro años.
Lula lamentó en un comunicado lo sucedido en Foz de Iguaçu, localidad fronteriza con Paraguay y Argentina, y afirmó que Brasil necesita "democracia, diálogo, tolerancia y paz".
"Una persona, por intolerancia, amenazó y después disparó a Arruda, quien se defendió y evitó una tragedia todavía mayor. Dos familias perdieron a sus padres. Hijos quedaron huérfanos, incluyendo los del agresor", afirmó el exgobernante.