La vicepresidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, ha declarado ante la justicia que no se dio cuenta de lo que estaba pasando cuando sufrió este jueves un intento de asesinato, según han informado este sábado los medios locales.



Durante la tarde del viernes pasado, la jueza que lleva el caso, María Eugenia Capuchetti, y el fiscal Carlos Rívolo se acercaron hasta el domicilio de la vicepresidenta para tomarle declaración.



Fernández le ha asegurado a la magistrada titular del Juzgado Criminal y Correccional Federal Nº 5 que no se dio cuenta de lo que estaba pasando cuando le apuntaron dos veces contra su rostro, sin que se disparara la pistola, según Infobae.

[Argentina se rompe por Cristina Kirchner: el intento de asesinato escala la polarización del país]



La vicepresidenta ha relatado que, cuando aparece el arma de fuego, se agacha para buscar un libro que estaba firmando a las personas que realizaban una vigilia en las cercanías de su hogar.



En las imágenes se puede apreciar el momento en que un hombre de 35 años de nacionalidad brasileña empuña una pistola -marca Bersa y calibre 32- e intenta disparar dos veces sin conseguirlo. Fernández se agacha y, cuando se incorpora, el sujeto es detenido por los guardaespaldas de la exmandataria. El acusado ha preferido guardar silencio y se ha negado a declarar, mientras la policía registraba su domicilio.



Efectivos de la Policía Federal decomisaron cien proyectiles calibre 9 mm en la casa del hombre, que residía en el municipio bonaerense de San Martín, situado en las inmediaciones de la capital.



La investigación judicial continuará durante este fin de semana con peritajes del teléfono móvil y un ordenador portátil del detenido para averiguar si actuó en solitario.

Polarización del país

Argentina estuvo a un paso de sufrir la gran tragedia de su democracia cuando, en la noche del jueves, un hombre encañonó el rostro de la vicepresidenta Cristina Kirchner y apretó el gatillo. La fatalidad no se consumó porque, en un golpe de suerte, la pistola, cargada con cinco balas, se encasquilló y no disparó. El hombre, un brasileño de 35 años con antecedentes penales, fue detenido de inmediato y las imágenes corrieron como la pólvora por las redes.

Pocas horas después del suceso, Alejandro Fernández decretó el día como "feriado" en toda la nación. Un día festivo para animar las protestas en la calle contra el intento de magnicidio y para demostrar una vez más el masivo apoyo popular que profesan a la mujer del difunto Nestor Kirchner.

[¿Qué será de Argentina cuando funcione la pistola?]

Los comercios cerraron de inmediato y los trabajadores de grandes compañías fueron comunicados para que se desconectasen de sus tareas hasta el próximo lunes. Hasta el fútbol se suspendió. Tanto los sindicatos como las fuerzas vivas del kirchnerismo, empezando por la Kampora, se echaron a la calle en la noche del viernes en un ejercicio de presión popular. 

El triste episodio es la enésima demostración de la polarización extrema de una sociedad en la que Cristina Kirchner ha dejado de ser sólo una política hace mucho. Ella, la primera mujer elegida por el voto popular para la Casa Rosada, encarna todo un movimiento que levanta tantas pasiones como odios en Argentina.