Las elecciones legislativas intermedias de Estados Unidos, que sirven para renovar parcialmente las dos cámaras del Congreso, parecen estar transcurriendo con total normalidad. Sin embargo, en un país donde la extrema derecha no deja de agitar una gran variedad de teorías de la conspiración, entre ellas la del fraude electoral impulsada por Donald Trump, cualquier problema aislado puede convertirse en un motivo para que los seguidores del expresidente republicano nieguen los resultados.
Si en 2020 la excusa principal fue, entre otras muchas, un posible amaño en el voto por correo, en esta ocasión, un fallo en las máquinas de votación del condado de Maricopa, Arizona, ha provocado un aumento de las denuncias de fraude electoral.
Según recoge el New York Times, los funcionarios del que es el mayor distrito electoral del país informaron durante las primeras horas de la jornada de que las máquinas rechazaban algunas papeletas válidas o no conseguían leerlas con éxito a la primera. Este error se ha repetido en unos 40 de los 223 colegios electorales. Es decir, en cerca de un 20% de los centros, según ha indicado el Departamento de Elecciones local.
A pesar de todo, el Departamento de Elecciones local ha indicado que los votantes han podido depositar su boleto en una caja de seguridad. En la misma línea, Bill Gates, presidente de la junta de supervisores del condado y republicano confeso, señaló que, aunque los problemas eran "decepcionantes", no se le estaba negando el voto a nadie. "Nada de esto indica fraude. Este es un problema técnico", señaló el multimillonario.
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Maricopa, centro de la conspiración
Sin embargo, esto no ha impedido que los creyentes de la teoría del robo electoral hayan explotado el problema en las redes sociales y los medios de comunicación de derecha radical. Uno de ellos ha sido la candidata republicana que se postula para gobernadora del estado y negacionista de los resultados de 2020, Kari Lake, que envió una "alerta" a los votantes en su cuenta de Twitter.
El exasesor de Trump, Steve Bannon, que ha apoyado a Lake en esta campaña, ha dicho por televisión que el mal funcionamiento de los sistemas responde a un esfuerzo deliberado para suprimir los votos republicanos. "Lo están haciendo a propósito", indicó.
No es la primera vez que Maricopa se coloca en el centro de la polémica. En 2020, Biden ganó a Trump por 45.000 papeletas durante un segundo recuento, lo que sirvió para alentar las denuncias de manipulación. Durante esas elecciones presidenciales, más de un centenar de trumpistas se concentraron, armados, en las oficinas electorales del condado para exigir el recuento de los votos que, según ellos, pertenecían a los conservadores.