Actos multitudinarios en defensa de la democracia se celebraron en las principales capitales de Brasil en la tarde de este lunes. Las manifestaciones reunieron a millares de personas en repulsa por el intento de golpe a las instituciones que tuvo lugar el domingo en Brasilia.
El foco principal estuvo en São Paulo tras la convocatoria de los movimientos sociales y sindicales Povo Sem Medo, Brasil Popular y Coalição Negra por Direitos a los que también se unieron las torcidas organizadas de los principales clubes de fútbol del estado. Las aficiones de Palmeiras, Corinthians, São Paulo y Santos dejaron atrás la rivalidad en pro de la defensa de la democracia.
Los manifestantes, que pedían la extradición y prisión de Bolsonaro, comenzaron a abarrotar la Avenida Paulista a las 17.00 horas. Uno de los momentos de auge fue el discurso del diputado Guilherme Boulos (PSOL). “Elegimos al presidente Lula pero no vamos a renunciar a las calles de este país. Vamos a ganar a los golpistas en la Justicia, no vamos a dejar que ocupen las calles en nuestro lugar. Ahora es el momento de luchar, de tomar las calles para garantizar que no hay amnistía”, dijo.
Amnistía fue precisamente una de las palabras más repetidas en todas las manifestaciones. Temen que no haya responsables tras el asalto al Palacio de Planalto, al Congreso Nacional y a la sede del STF (Supremo Tribunal Federal). “Cárcel para quien financia el terrorismo” y “cárcel para los terroristas” eran algunos de los mensajes que se podían leer en las pancartas.
En Río de Janeiro la concentración se inició en el centro de la ciudad, en Cinelandia. Bajo la lluvia, representantes de grupos parlamentarios, sociales y sindicales lideraron una manifestación donde sonó el himno de Brasil en varias ocasiones en señal de unión y como una forma de desvincular los símbolos del país de los grupos y partidos conservadores.
[Bolsonaro, ingresado en un hospital de Florida tras sufrir fuertes dolores abdominales]
En Belo Horizonte, capital del estado de Minas Gerais, la manifestación comenzó en la céntrica Praça Sete, donde cientos de personas pedían respeto al resultado de las últimas elecciones presidenciales ganadas por Lula da Silva.
También se celebraron manifestaciones en el sur del país, foco principal del bolsonarismo. En Rio Grande do Sul los actos, donde destacó la presencia de movimientos estudiantiles, comenzaron en la Esquina Democrática de la capital, Porto Alegre.
En Santa Catarina, los manifestaciones por la democracia se celebraron en varias de las ciudades más importantes como Joinville y Chapecó, además de la capital, Florianópolis.
“Lo que quieren es un golpe”
El presidente electo, por su parte, se reunió con 27 gobernadores estatales y con ministros del nuevo gobierno, que accedió al poder el pasado día 1, en el Palacio de Planalto. Después, caminaron juntos hacia la sede del Supremo Tribunal Federal para comprobar el estado de las instalaciones después de la entrada violenta y la destrucción causada por los golpistas.
En la Praça dos Três Poderes, Lula atendió a la prensa e insistió en que hará todo el esfuerzo necesario hasta descubrir quién financió las movilizaciones y el material usado en los ataques de Brasilia. “No va a haber tregua hasta que descubramos quien financió todo lo que ha pasado en este país. Lo que quieren es un golpe y golpe no va a haber”, dijo.
Algunos gobernadores partidarios del gobierno de Bolsonaro, como Celina Leão (PP, Brasilia) o Tarcísio de Freitas (Republicanos, São Paulo), se pusieron a disposición de presidente de la República para ayudar en la pacificación del país.
“No vamos a permitir que la democracia escape de nuestras manos porque es la única posibilidad de que garanticemos que la gente humilde pueda comer tres veces al día o tenga derecho a trabajar”, insistió Lula.