El presidente de Estados Unidos Joe Biden ha declarado el estado de emergencia en California por las fuertes tormentas que llevan azotando al estado desde finales de diciembre y que, en los últimos diez días, han causado la muerte de 17 personas y la desaparición de un niño de 5 años. Además, las autoridades han ordenado la evacuación de 50.000 californianos y otros tantos están en alerta.
El chico de 5 años desapareció tras ser arrastrado por las violentas olas el pasado lunes. Según el alcalde de Paso Roble, localidad donde ocurrió, viajaba con su madre en coche cuando quedaron atrapados en la inundación. Su madre sí fue rescatada, pero las autoridades han tenido que suspender la búsqueda del niño debido a las difíciles condiciones climáticas.
Los expertos califican lo ocurrido como "una avalancha interminable de ríos atmosféricos". Estos "ríos atmosféricos" se forman por el vapor de agua de los trópicos, que generan trombas marinas en la costa. No son habituales, y en California no se veía algo así desde 2005, según el Servicio Meteorológico Nacional (NWS).
Los condados más afectados han sido Santa Cruz, Monterrey y Santa Bárbara, situados todos entre Los Ángeles y San Francisco. En Santa Bárbara ya hubo hace cinco años fuertes ráfagas de viento, lluvias torrenciales y deslizamientos de tierra que provocaron el fallecimiento de 23 personas.
El NWS ha informado de que el principal problema radica en las "crecidas rápidas de las aguas, corrimientos de tierras y posibles desbordamientos importantes de los ríos". Esto ha provocado que más de 220.000 clientes de servicios públicos se quedaran sin electricidad en el estado, según Brian Ferguson, vocero de la Oficina de Servicios de Emergencia del Gobernador.
Sin electricidad
Las lluvias torrenciales de los últimos dos días en suelos ya inundados han causado grandes cortes de energía, numerosas nuevas inundaciones, arrancaron muchos árboles y cortaron las carreteras principales, las inundaciones a veces se llevaron a los automovilistas.
Las ráfagas de viento alcanzaron más de 64 km por hora en muchos lugares y causaron estragos en la red eléctrica, dejando sin electricidad a 180.000 hogares y negocios hasta el mediodía del martes, según datos de Poweroutage.us.
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Las catástrofes son comunes en el estado de California, que lleva asolado por una sequía crónica desde hace dos décadas y azotado periódicamente por los incendios, la vegetación ha quedado devastada en muchos lugares, lo que aumenta el riesgo de desprendimientos. "Las zonas debilitadas por los incendios serán las más expuestas al riesgo de deslizamientos de tierra y a la rápida escorrentía de agua", advirtió el NWS.
En Bakersfield, en el centro del estado, alrededor de 110.000 viviendas y comercios se quedaron sin luz el martes.
En esta zona de la costa de Santa Bárbara también están situadas las lujosas comunidades de Montecito, lugar donde viven el príncipe Harry y su esposa Meghan Markle. Allí también se ha ejecutado una orden de evacuación.
A pesar de todo, no se espera que las tormentas cesen en un período breve de tiempo. "Se esperan dos importantes eventos de lluvia y nieve en California en rápida sucesión durante los próximos dos días", alertó este martes el NWS. Una predicción que confirma el gobernador de California Gavin Newsom, quien dijo a la prensa local que "lo peor está aún por llegar".
“No hemos llegado al final de nuestros problemas. Esperamos que las tormentas continúen al menos hasta el 18 de enero”, dijo Newsom a los periodistas: “Hasta ahora tenemos 17 muertes confirmadas. Lo recalco trágicamente porque solo se confirman estas muertes", reza el comunicado de la oficina de Newsom.