El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, destituyó este sábado al comandante del Ejército, el general Julio César de Arruda, dos semanas después del intento golpista del 8 de enero. Donde miles de seguidores del expresidente brasileño Jair Bolsonaro invadieron la sede del Congreso Nacional en una manifestación que pedía una intervención militar para derrocar al dirigente brasileño. También entraron en el palacio de Planalto, sede del Ejecutivo, y en la Corte Suprema, sede del poder judicial.
El cambio en el mando del Ejército se produce en medio del clima de desconfianza entre el mandatario progresista y algunos sectores de las Fuerzas Armadas desde el asalto a las sedes de la Presidencia, el Congreso y la Corte Suprema, en Brasilia.
La destitución del jefe militar, fue comunicado este mismo sábado, según el diario Folha de Sao Paulo. Él ha sido comandante desde el 30 de diciembre cuando aún estaba en el poder el ahora expresidente Jair Bolsonaro, y continuó en el cargo con el Gobierno de Lula.
[Seguidores de Bolsonaro imitan a los de Trump y asaltan el Congreso y el Palacio presidencial]
El general Tomás Miguel Ribeiro Paiva, comandante del ejército del sureste, será el encargado de reemplazarlo, informa la agencia Reuters. Esta semana se le vio en una ceremonia militar donde hizo un fuerte alegato en defensa del orden democrático y del resultado de las elecciones de octubre, en las que Lula derrotó a Bolsonaro, quien todavía sigue sin reconocer su derrota en las urnas.
El despido de Arruda, llega un día después de la reunión que mantuvo Lula con Arruda y los comandantes de la Marina y la Aeronáutica para discutir inversiones y planes para modernizar las tres fuerzas, según dijo el ministro de Defensa, José Múcio.
Según medios locales, Lula tomó esa determinación porque Arruda "no demostró disposición" en tomar medidas "inmediatas" para aplacar sus dudas sobre la actuación de algunos sectores militares en la intentona golpista de hace dos semanas.
Desde que Lula asumió el poder el pasado 1 de enero, ha manifestado en diversas ocasiones sus dudas sobre el papel de las Fuerzas Armadas en relación con la invasión y los graves daños causados en las sedes de los tres poderes.
Militares y policías cómplices
La semana pasada, en un desayuno con periodistas, aseguró que hubo "muchos militares y policías" que fueron "cómplices" con el intento de golpe y que está "convencido" de que alguien de dentro del palacio presidencial de Planalto "facilitó" la entrada de los radicales.
El miércoles, en una entrevista a GloboNews, dejó entrever nuevamente esa desconfianza al criticar las agencias de inteligencia "del Ejército, de la Policía y de la Marina" por no avisarle de que bolsonaristas radicales se estaban organizando para el asalto de Brasilia.