Ni el deporte —¡esos minutos finales en el Bernabéu!—, ni la ficción más impactante, ni el mismísimo destino: nada iguala la capacidad de sorprender, de pillar con la guardia baja, que tiene la tragedia cotidiana. Por eso, la primera pregunta que se hacía Robert Luna, alguacil del condado de Los Ángeles, tras los tiroteos que han dejado 18 muertos y muchos más heridos en los últimos tres días, era "¿qué llevó a un loco a hacer esto?". "No lo sabemos aún, pero tenemos intención de averiguarlo", avisó.
En efecto, los investigadores de California, donde han tenido lugar los tres ataques (dos, perpetrados por el mismo tirador masivo), están buscando respuestas como John E. Douglas lo hacía en los años 80. Las pesquisas de Douglas dieron lugar a Mindhunter: Inside the FBI’s Elite Serial Crime Unit, un manual con 28 variables diferentes de asesinos en serie que aún hoy sirve para entrenar a los aspirantes al FBI.
En el caso del tirador masivo, un tipo de asesino caracterizado por hacer uso de la Segunda Enmienda de la Constitución estadounidense —esa norma que desde 1791 le permite portar armas de fuego como quien colecciona soldaditos de juguete—, la policía del país tiene su propio Mindhunter: se llama The Violence Project y rastrea todos los tiroteos masivos en espacio público en los que murieron cuatro o más personas.
El problema con Huu Can Tran, que mató el domingo a 11 personas en una sala de baile de Monterrey Park, y con Zhao Chunli, que presuntamente asesinó a otras siete víctimas el lunes en Half Moon Bay, es que ninguno de ellos encaja en el perfil de tirador masivo que marca la base de datos de The Violence Project.
El perfil del tirador
En total son 183 los tiroteos que recoge y analiza The Violence Project. Todos, ocurridos entre 1966 y 2022, y todos presentan una característica común: el asesino es particularmente joven, con promedio de edad de 34 años. De hecho, en el último trienio la edad media baja aún más y es de 21 años.
Huu Can Tran y Zhao Chunli dejaron atrás hace mucho tiempo esa edad donde la falta de experiencia se puede medir en la misma cantidad de las hormonas que sobran. El primero tenía 72 años, el segundo, 67. Para encontrar a un tirador masivo de una edad similar hay que irse hasta 1981: William Bevins era un minero de 70 años retirad, con una condena cumplida por homicidio, que mató a cinco personas en una pequeña tienda de Kentucky.
Entonces la pregunta que se hacía ante los medios de Los Ángeles el alguacil Robert Luna, la que nos hacemos todos, "¿por qué pasa esto? ¿qué llevó a un loco a hacer esto?", adquiere una nueva dimensión: ¿por qué un hombre de 72 años, que no es Clint Eastwood en Gran Torino, decide coger un fusil —o una pistola— y liarse a tiros por primera vez en su vida?
Jillian Peterson, directora de The Violence Project junto a James Densley, confirmó algo que salta a la vista de cualquiera que conozca los datos: que la avanzada edad de los presuntos tiradores era "sorprendentemente rara". "Este es un perfil asombrosamente diferente, no lo vimos venir, nos desconcierta", afirmó.
La heterodoxia de los sujetos hace que los investigadores californianos estén anegados en el desconcierto. Esto es especialmente preocupante si se tiene en cuenta que, en Estados Unidos, el riesgo de que surjan imitadores es mucho mayor en los días inmediatamente posteriores a la masacre. De hecho, la policía no descarta que este factor, el efecto imitación, haya tenido que ver en el tiroteo inmediatamente posterior a Monterrey Park: el de Half Moon Bay.
Tirador tipo
Los criminólogos han diseccionado las características más repetidas en este tipo de asesinos y las conclusiones presentaban hasta ahora a un hombre (solo el 2% son mujeres) blanco, joven, soltero, en paro y con problemas psicológicos.
Además, Jillian Peterson dijo que un aspecto importante a tener en cuenta en los tiradores de edad avanzada es que, mientras los asesinos más jóvenes suelen perpetrar los ataques con el interés de difundir su ideología, no se aprecia este tipo de motivación en los dos últimos tiradores.
"Los tiradores mayores no parecen dejar mensajes, manifiestos o vídeos que explican por qué hicieron lo que hicieron, algo que sí ocurre con los más jóvenes", explicó Peterson. "Para los más jóvenes, el objetivo del tiroteo es enviar un mensaje al mundo: aquí está mi ira, aquí está mi dolor, y trabajan para volverse virales. En cambio, no estamos viendo que ese elemento en el desempeño de la violencia esté presente en el grupo de mayor edad".
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La hipótesis que baraja Peterson es que estos asesinos mayores están impulsados "por las relaciones interpersonales". Pero, además, de la edad de los presuntos asesinos, los californianos se encuentran con otro problema: ¿cómo es posible que, en uno de los Estados con la legislación más estricta en el control de armas, el asesino de Monterrey Park cometiese sus asesinatos con un arma de asalto semiautomática de 9 mm?
La tragedia ha hecho que el presidente Joe Biden vuelva a mostrarse partidario de prohibir las armas de asalto. Pese a lo sucedido, California puede presumir de que su mayor control se traduce en uno de los índices más bajos del país en cuanto a las muertes causadas por arma de fuego: 8 por cada 100.000. Louisiana o Mississippi, por ejemplo, con una legislación mucho más laxa, tienen tasas de muerte por arma de fuego de 26 y 29 por cada 100.000, respectivamente.