22 de diciembre de 2018. Paul Whelan pasea por Moscú, repitiéndose fotos en los mismos monumentos que ya visitó en 2006. Parece más feliz incluso que entonces, la ocasión lo merece: su hermano, exmilitar estadounidense como él, está a punto de casarse con una mujer rusa. Whelan enseña la ciudad a otros invitados como guía turístico improvisado. Las fotografías de esos momentos no pudieron recoger muestra alguna en su rostro de lo que ocurriría seis días más tarde, cuando fue detenido acusado de espionaje. Cinco años después de aquello, todos pasados en prisión, Estados Unidos ha llegado a un acuerdo con Rusia para liberarlo.
Así lo ha confirmado el exsecretario de Energía y diplomático estadounidense Bill Richardson. La labor de Richardson, una de las personas encargadas de negociar los intercambios de prisioneros entre EEUU y el Kremlin, había encontrado nuevas dificultades con la guerra de Ucrania. Sin embargo, finalmente han llegado a un acuerdo para liberar a Whelan este año. Se desconocen quiénes son los prisioneros rusos que EEUU liberará a cambio.
Richardson, quien también fue clave en la liberación del exmarine Trevor Reed y la estrella de baloncesto Brittney Griner, ha recordado precisamente estos casos para avanzar la noticia.
"Soy optimista por naturaleza. Se rieron de mí el año pasado cuando dije que Trevor Reed y Brittney Griner serían liberados antes de que finalizara el año, y así fue. Estaba en lo cierto, aunque esto no quiere decir que estos intercambios tuvieran lugar gracias a mí. Ahora tengo esperanzas en que Paul Whelan también sea liberado", ha dicho en la agencia de noticias rusa TASS.
Tras la liberación de Griner en diciembre de 2022, Whelan dijo por teléfono a la CNN sentirse feliz por ella, pero "muy decepcionado de que no se haya hecho más para asegurar mi liberación, especialmente porque se acerca el cuarto aniversario de mi arresto. Fui arrestado por un crimen que nunca ocurrió".
¿Quién es Paul Whelan?
Antes de experimentar lo que Billy Hayes, el protagonista de El expreso de medianoche (1978) que inundó de pesadillas la mente de millones de personas en todo el mundo, Paul Whelan, de 53 años y con nacionalidad estadounidense, canadiense, británica e irlandesa, había sido infante de marina desde 1990 hasta 2008.
Ese año fue expulsado de la marina entre acusaciones de hurto, de usar el número de la Seguridad Social de otra persona y de "escribir cheques sin fondo", según la CNN. Desde entonces, Whelan se dedicó a la seguridad corporativa. En 2013 ascendió a director de seguridad global en una empresa estadounidense de tecnología, donde investigaba temas de acoso sexual entre empleados, robo o fraude.
Durante décadas Whelan fue un viajero que se dedicó, cuando no trabajaba, a visitar países de todo el mundo: Islandia, India o, en 2006, la propia Rusia aprovechando dos semanas de permiso. En aquel viaje entabló amistad de antiguos policías rusos, algo que a sus familiares no extrañó: "Cuando va a visitar un nuevo país se detiene en la estación de policía local o lo que sea", explicó su hermana en una entrevista.
El 28 de diciembre de 2018, nueve días antes de la fecha en que salía su avión de regreso a Estados Unidos, Whelan pasó de ser un simple turista a convertirse en turista injustamente encarcelado, como Billy Hayes.
Las autoridades rusas alegaron que Whelan recibió una memoria USB con información clasificada en el exclusivo Hotel Metropol. Agentes del Servicio Federal de Seguridad de Rusia (el FSB, antigua KGB) lo detuvieron en el mismo momento en que un conocido ruso se la entregó.
Whelan siempre negó los cargos y aseguró que fue engañado por el conocido ruso, quien supuestamente le dio la memoria USB como un regalo que contenía fotos turísticas, pero que era una trampa.
El proceso judicial duró tres meses y Whelan fue condenado a 16 años de prisión, fallo que, desde el momento de su comunicación, fue inmediatamente criticado por los Estados Unidos y otros países que han pedido su liberación.
Whelan ha afirmado en numerosas ocasiones que es un rehén político y que su arresto y condena tienen una motivación exclusivamente política. Hasta el momento, las autoridades rusas no han proporcionado pruebas claras que respalden los cargos de espionaje contra Whelan.
En este sentido, funcionarios de la Administración Biden explicaron a la CNN que Whelan, lejos de ser un espía, es "un desafortunado rusófilo ligeramente excéntrico que fue atrapado por un ambicioso agente de inteligencia con el que se había hecho amigo años antes".
Intercambio de prisioneros
Whelan se quedó fuera del intercambio de prisioneros que devolvió a Brittney Griner, condenada por posesión y contrabando de drogas, a Estados Unidos y a Víctor But, traficante de armas conocido como el 'mercader de la muerte', a Rusia.
A principios de diciembre del año pasado, cuando se cerró aquel trato, las autoridades rusas dijeron que no estaban dispuestas a negociar por Whelan porque las acusaciones que pesaban sobre él eran mucho más graves.
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"Lamentablemente, por razones totalmente ilegítimas, Rusia está tratando el caso de Paul de manera diferente al de Brittney. No ha sido una elección sobre a qué estadounidense traer", dijo el presidente Biden. "Aunque no hemos logrado la liberación de Paul aún, no nos damos por vencidos. Nunca nos rendiremos", añadió.
Dicho y hecho. Casi tres meses después de aquello, una de las muchas ofertas de la administración de Biden parece haber fructificado y Whelan podrá volver a casa. Todo gracias a una forma de negociación, el intercambio de prisioneros, que ha gustado a ambas partes.
"También estamos trabajando en otros casos y, afortunadamente, esos intercambios también tendrán lugar", ha señalado el diplomático Bill Richardson en respuesta a una pregunta sobre las posibilidades de que se produzcan más intercambios en el futuro.
Sin embargo, Richardson ha puesto en tela de juicio la posibilidad de que estas negociaciones incluyan intercambios con prisioneros que se encuentran en Alemania y previamente condenados a cadena perpetua, especialmente en el caso relacionado con el asesinato en 2019 en Berlín de un ciudadano georgiano y exmiliciano checheno, Zelimjan Jangoshvili.
"La buena noticia es que a pesar de las malas relaciones con Rusia, los intercambios de prisioneros siguen produciéndose. Las negociaciones siguen adelante tanto por la parte estadounidense como por la rusa a pesar de la terrible situación geopolítica", ha zanjado.