En una nueva versión de realismo mágico, los colombianos bailarán un debate público que debería tomarse más en serio. A ritmo de salsa choke terminará cerrándose la polémica que se ha venido dando en Colombia a raíz del viaje en helicóptero que realizó la vicepresidenta, Francia Márquez, para llegar y salir de su casa en Dapa, municipio cercano a Cali, capital del Valle del Cauca.
Una entrevista en la que la funcionaria contestaba a sus opositores que continuará utilizando la aeronave para sus desplazamientos por temas de seguridad y "aunque eso no le guste a la élite colombiana" ha sido el punto de partida de un nuevo éxito musical en Colombia.
El género es el mismo que bailaba la selección de fútbol del país para celebrar los goles del mundial del 2014: el salsa choke, nacido en la región pacífica de Tumaco e influido por el reggae, el hip hop, la salsa y los sonidos propios del Pacífico colombiano —de donde es oriunda la propia Francia Márquez—.
El debate viene del hecho de que para la oposición resulta excesivo que la vicepresidenta utilice aeronaves del Ejército para hacer sus desplazamientos, aún más si se tienen en cuenta las condiciones económicas por las que atraviesa el país, en donde la inflación acumulada del año es del 3,5%. Sin embargo, las críticas respecto al costo de esos viajes tienen todas cifras contradictorias, que van desde los 2.300.000 pesos (550 euros) hasta los 60 millones de pesos, algo así como 11.800 euros.
Sin embargo, Márquez ha salido a defenderse, explicando que la crítica obedece al hecho de que ella no pertenece a la élite del país y a que es negra. Se ha referido específicamente, a que si se tratase de otra persona blanca y cuyos orígenes fueran diferentes, "que haya nacido en cuna de oro", entonces nadie se estaría peguntando por qué viaja en helicóptero.
[Francia Márquez, la primera vicepresidenta negra de Colombia que lucha por "vivir sabroso"]
Sus declaraciones y la manera en la que ha contestado también ha sido objeto de debate por la oposición. Según algunos críticos, no es de recibo por parte de una vicepresidenta decir que seguirá viajando en helicóptero porque su puesto se lo permite y que a quien no le guste, "de malas" (algo así como "se siente"). Los funcionarios públicos están obligados a justificar sus gastos y esa sería la forma en la que ella debiera estar dando respuesta a estas críticas.
Dentro de la discusión también se ha entrevistado al Fiscal General de la Nación, quien ha sostenido que los agentes del Estado pueden tener algunos beneficios cuando se trata de salvaguardar su integridad y su seguridad. La vicepresidenta ha expresado que seguirá viajando en helicóptero porque el Estado tiene la obligación de brindarle las garantías de seguridad necesarias para el cargo que representa. Francia Márquez ha sido una líder social reconocida a lo largo de su vida y ha sido víctima de amenazas en varias ocasiones.
[Colombia frente al espejo de su racismo]
El debate continuará y la oposición seguirá haciendo seguimiento de los gastos y la manera en que la vicepresidenta utiliza los recursos del Estado. Ella y muchos estarán de acuerdo en que las quejas tampoco vienen exclusivamente de una preocupación por los recursos públicos, sino que obedecen a sesgos raciales y socioeconómicos, que hacen que un viaje en helicóptero que a cualquier otro no se le cuestionaría, a ella sí.
Mientras unos y otros discuten e inician diversas acciones con el objetivo de "fiscalizar" el gasto público y mientras las autoridades definen si los viajes de la vicepresidenta son o no excesivos o si obedecen a una amenaza real, Colombia bailará este fin de semana y toda la Semana Santa, que está a punto de comenzar, al ritmo de "esta mañana fui y subí en helicóptero", como dice la canción de Manu Victoria, tiktoker y compositor de la misma.
Para el viernes, la discusión de fondo será anécdota, y en bares y discotecas, opositores y amigos del Gobierno se fusionarán en medio del baile. En dos días, la canción ha obtenido 26.010 visitas en YouTube y el debate, que tiene elementos importantes para analizar de uno y otro lado, ha quedado eclipsado gracias a la pegajosa melodía, en una nueva versión del realismo mágico colombiano que otro Márquez hizo famoso y que se repite una y otra vez.