Uno de los hipopótamos de Pablo Escobar ha fallecido este martes por la noche al huir de la Hacienda Nápoles, donde conviven los 150 descendientes de los cuatro animales que el narcotraficante importó a Colombia en la década de 1980.
Los sucesos se han producido en la carretera de Medellín a Bogotá, a la altura del municipio de Puerto Triunfo, y los tripulantes del Renault Duster que colisionó contra el hipopótamo no presentan heridas, aunque la parte delantera del coche ha quedado destrozada.
El narcotraficante Pablo Escobar en sus años de apogeo, allá por la década de 1980, se montó un zoológico privado en su finca Hacienda Nápoles, al este de Medellín, donde llevó animales exóticos de todo el mundo: leones, elefantes, jirafas y cuatro hipopótamos.
[Los 133 hipopótamos 'invasores' de Pablo Escobar: una amenaza para el ecosistema colombiano]
[Los hipopótamos de Pablo Escobar: el capricho del capo ayuda a recuperar un mundo perdido]
Tras la muerte del capo en 1993, la mayoría fueron trasladados a otros espacios o murieron, pero no pasó lo mismo con los hipopótamos. Por su gran tamaño, los costes de transporte eran muy elevados y fueron abandonados. Desde entonces, estos mamíferos herbívoros originarios de África no han dejado de reproducirse.
Los 150 ejemplares viven alrededor del río Magdalena, que atraviesa el centro de Colombia. Hasta el momento, los científicos y los residentes consideraban a estos hipopótamos una plaga invasora, que podía amenazar la flora y fauna nativa, pero un nuevo estudio liderado por la Universidad de Massachusetts Amherst (Estados Unidos), publicado en la revista científica PNAS, ha dado la vuelta a esta idea.