La Administración de Joe Biden ultima su última medida para reducir la emisión de gases de efecto invernadero de las centrales eléctricas. El objetivo consiste en reducir en un 25% las emisiones de contaminación para 2040, lo que podría obligar a las industrias a utilizar tecnología de captura de gases. En la actualidad, sólo 20 de 3.400 centrales a carbón y gas de Estados Unidos utilizan estas herramientas.
En el caso de que el plan siguiera adelante, sería la primera vez que el gobierno federal restringiera las emisiones de dióxido de carbono. En respuesta, se generaría un desafío legal de manera inmediata por parte del bando republicano. No sería la primera vez que la oposición demanda a la Administración Biden por otras propuestas climáticas.
Joe Biden, a través de la Ley de Reducción de la Inflación de 2022, está invirtiendo 370 mil millones de dólares en programas de energía limpia. Gracias a ello Estados Unidos podría reducir las emisiones aproximadamente a la mitad para 2030 y dejar de expulsar dióxido de carbono a la atmósfera para 2050.
Según los científicos esta medida debería ser adoptada por todos los países industrializados, ya que en caso de que las temperaturas aumenten en 1,5 grados, los efectos de las olas de calor catastróficas, las inundaciones, las sequías, las malas cosechas y la extinción de especies serían mucho más difíciles de manejar. El planeta ya se ha calentado en un promedio de 1,1 grados centígrados, en comparación con los niveles preindustriales.
La mayor parte de la electricidad generada en los Estados Unidos, según los datos del 2022, procedía de la quema de combustibles fósiles como el carbón, el gas natural y el petróleo. La Administración de Información de Energía de los Estados Unidos concreta que supuso el 60% del total de electricidad generada.
La nueva medida no exigiría el uso de equipos de captura de carbono, una tecnología novedosa y costosa, sino que establecería topes a la contaminación que los operadores de la planta tendrían que cumplir. Entre sus opciones, se podría conseguir a través de fuentes combustibles como el hidrógeno verde, que no emite carbono. Sin embargo, las empresas y diversos expertos argumentan que de manera inevitable las empresas se verían obligadas a recurrir a la tecnología de captura de gases.
Joe Biden dijo durante una reunión virtual celebrada el jueves ante el resto de líderes mundiales, para discutir el clima y la energía, que "además de reconocer los desafíos climáticos, tenemos que hacer que enfrentarnos a ellos". Además, añadió que "estamos decididos a fortalecer nuestra ambición y nuestras acciones. Y sí, estamos dispuestos a hacer el trabajo duro para limitar el calentamiento global a 1,5 grados centígrados".
Un alto coste a favor del medio ambiente
A pesar de la maleabilidad de la propuesta, las empresas eléctricas se han quejado del alto coste que conllevaría la instalación de tecnología de captura de carbono, algo que de manera directa provocaría un aumento en el precio de la energía para los consumidores.
Según un informe realizado en el año 2021, con una muestra de 600 inversionistas globales (entre los que se incluyen BlackRock, State Street Global Advisors y otros) los altos costos de la captura de carbono "lo convierten en una estrategia de descarbonización peligrosa y potencialmente costosa".