Cerca de 30.000 personas han tenido que ser evacuadas en la provincia canadiense de Alberta por la oleada de incendios forestales que desde la última semana asolan esta región del oeste del país, de población en su mayoría extendida en comunidades rurales.
El incendio, que actualmente presenta más de 109 focos -28 de ellos sin control-, ha obligado a la provincia de Alberta a declarar el estado de emergencia, aunque las autoridades confirman que el cambio de tiempo está ayudando a los bomberos a facilitar las labores de extinción.
Las ligeras lluvias y la bajada de temperaturas de las últimas horas ha permitido al cuerpo de bomberos "tener la oportunidad de trabajar en zonas donde antes no podían acceder debido al comportamiento extremo de los incendios forestales", según ha explicado la responsable de la unidad de información de Alberta Wildfire, Christie Tucker, en declaraciones a la CBC.
"Desgraciadamente, en el norte de la provincia los bomberos seguirán teniendo que enfrentarse a las condiciones actuales. Nuestras prioridades hoy han sido, y son siempre, los incendios forestales que amenazan comunidades o vidas humanas", ha añadido.
Responsables del Gobierno canadiense ya consideran 2023 como uno de los peores años para los incendios forestales en la memoria reciente: desde enero han sido registrado 363 incendios forestales que han quemado al menos 25.000 hectáreas de tierra.