El expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, con simpatizantes en Porto Alegre, el pasado 22 de junio.

El expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, con simpatizantes en Porto Alegre, el pasado 22 de junio. Reuters

América

El plan de Bolsonaro si lo inhabilitan: hacer carrera en EEUU y convertir a su mujer en sucesora política

El expresidente brasileño ha confesado en una entrevista con la Folha de São Paulo que cuenta con una "bala de plata" para las elecciones de 2026.

29 junio, 2023 03:37

Jair Bolsonaro, expresidente de Brasil, ya tiene opciones por si el juicio que se reanuda este jueves concluye con la inhabilitación de su actividad política. Los ases bajo la manga incluyen ser imagen de una inmobiliaria en EEUU, promover a su esposa Michelle como sucesora política y lo que él ha denominado su "bala de plata". Los medios brasileños sospechan que tras esa expresión se esconde el nombre del delfín que concurra por él a las elecciones de 2026. "Tengo la «bala de plata», pero no te la voy a revelar", le dijo el pasado fin de semana a la periodista Mônica Bergamo en una entrevista para el diario Folha de São Paulo.

El exmandatario enfrenta un juicio en el que es acusado de "abusos de poder" durante la campaña para las elecciones de 2022, ganadas por el actual presidente, Luiz Inácio Lula da Silva. El martes, el juez instructor halló culpable a Bolsonaro y votó a favor de inhabilitarle ocho años de toda actividad política. El proceso continúa este jueves con el análisis de los otros seis magistrados de la corte electoral que definirán su futuro político. "Yo no me voy a desesperar. ¿Qué puedo hacer?. Soy imbrochável [intumbable] hasta que se demuestre lo contrario", aseguró Bolsonaro utilizado un término considerado vulgar en Brasil y que hace referencia a la impotencia masculina. Sin embargo, el expresidente reconoce que lo más probable es que será inhabilitado hasta 2030.

Pero incluso fuera de las urnas, Bolsonaro pretende continuar en la vida pública: si la Justicia le impide lanzarse a la reelección, contempla hacerse "chico propaganda" en una inmobiliaria norteamericana, le contó a Bergamo. "Tengo una invitación para trabajar en los Estados Unidos. Allí viven, calculo, 1,4 millones de brasileños. No sé el número exacto. [...] Me invitaron para ser un chico propaganda allá", aseguró. Bolsonaro se siente querido en EEUU, tanto por sus compatriotas que hacen diáspora como por sus socios políticos del Partido Republicano. Habla así de su reciente exilio en Florida: "Cuando llegué allí [en enero], salía de casa y me hacía como 400 fotos. Iba a una hamburguesería y se llenaba de gente. Me llenaba la barriga y no pagaba nada [...]. Mi caché era comer gratis".

Seguidores de Bolsonaro lo esperan el 22 de junio en el aeropuerto Salgado Filho de Porto Alegre.

Seguidores de Bolsonaro lo esperan el 22 de junio en el aeropuerto Salgado Filho de Porto Alegre. Efe

Sin embargo, el líder del ultraderechista Partido Liberal no pretende alejarse de la política nacional brasileña. Para las elecciones de 2026, ya está buscando entre sus acólitos una figura que lo suceda a falta de poder postularse él como candidato presidencial. En su entrevista con la Folha, habló de dos posibles. En primer lugar, mencionó a su mujer, Michelle, que, aunque "no tiene experiencia", sería "un excelente cartel electoral". Ante la entrevistadora del diario paulista, dijo: "Mi esposa está haciendo un trabajo fantástico. Ella estuvo allí en Ji-Paraná, en Rondônia [regiones de Brasil]. Aprendió [a dar discursos en actos políticos]. No conocía esta faceta suya. En la convención del Partido Liberal del año pasado, todo el mundo tenía miedo. No estaba entrenada, nada", reconoció.

La otra gran apuesta de Bolsonaro si el fallo del juicio le imposibilitara presentarse a futuras elecciones sería Tarcísio de Freitas, el gobernador de São Paulo. "Es un excelente gestor. Podría ser [que lo apoyara]. Tendría que hablar con él", manifiesta. Sin embargo, el columnista de O Globo Lauro Jardim descarta las posibilidades de Freitas: "el expresidente no quiere fortalecer un nombre ya robusto por ser gobernador del estado más poderoso del país", opina. Otros nombres que reverberan en las emisoras brasileñas son el Romeu Zema, gobernador de Minas Gerais, y el de sus hijos Flávio, Carlos y Eduardo.

Michelle de Paula, la tercera mujer de Bolsonaro.

Michelle de Paula, la tercera mujer de Bolsonaro. Efe

Aunque la opinión pública no se decante por un perfil, Bolsonaro sí que tiene claro a quién quiere como sucesor político: "Tengo la bala de plata, pero no te la diré, no sea que te enfades, en el buen sentido. Tengo la bala de plata pero no te la revelaré", le dice a Bergamo. En su columna, Jardim se arriesga a dar nombres basándose en los testimonios de "un grupo alrededor" del expresidente: "Serían dos balas de plata. Ambas mujeres, una para la presidencia y la otra para componer la fórmula vicepresidencial en las próximas elecciones: Tereza Cristina y Michelle Bolsonaro", afirma. "La idea de juntar a la exministra de Agricultura y ahora senadora y a su ex-primera dama arde en la mente de algunos asesores cercanos", concluye.

El juicio a Bolsonaro

Tarcisio Vieira, abogado de Bolsonaro, ha dicho a Reuters esta semana que su cliente se enfrenta a un clima "desfavorable" por parte de los medios de comunicación del país y de las clases política y judicial. El jueves, Vieira dijo al tribunal que si Bolsonaro se expresó mal durante la reunión con embajadores, debería ser multado en lugar de perder su derecho a presentarse a las elecciones. En un discurso de apertura, Vieira dijo que el caso contra Bolsonaro estaba "condenado al fracaso". El supuesto vínculo con los disturbios del 8 de enero fue "inventivo y falaz", añadió.

Tarcisio Vieira, abogado de Bolsonaro, el martes durante el juicio.

Tarcisio Vieira, abogado de Bolsonaro, el martes durante el juicio. Reuters

El panorama parece sombrío para Bolsonaro, un político de carrera que hasta hace poco era el hombre más poderoso de Brasil. Todavía conserva un apoyo significativo de sus principales partidarios, pero muchos en Brasil se han cansado de su táctica de tierra quemada, que culminó con la toma de edificios gubernamentales en Brasilia el 8 de enero por miles de sus partidarios. Si el Tribunal Superior Electoral falla en su contra, los problemas del expresidente, de 68 años, podrían ir más allá de la inhabilitación: Bolsonaro también se enfrenta a múltiples investigaciones penales que podrían llevarlo a la cárcel.