Tercera ola de protestas en Perú: la Policía de Dina Boluarte reprime la 'Toma de Lima' para derrocarla

A mediodía, cuando las plazas del centro de Lima apenas albergaban a decenas de personas, llegaban imágenes de concentraciones multitudinarias en provincias como Puno, Tacna, Arequipa o Cusco. En Huancavelica, una ciudad de la sierra, los manifestantes quemaron un ataúd con el nombre de Dina Boluarte en la puerta de la Prefectura Regional. Sin embargo, las autoridades dificultaron que la "toma" cobrara la fuerza que la convocatoria prometía.

Con mensajes tan claros como "¡Dina, asesina!", "El pueblo te repudia" o"Genocida", un amplio sector de la población peruana ha pedido lo que también se exigió en las protestas de diciembre de 2022 y de este marzo: la dimisión de una presidenta investigada por la Fiscalía por delitos de "genocidio, homicidio agravado y lesiones graves" en las protestas anteriores.

Una manifestante acude a las protestas difrazada de Dina Boluarte como la 'Barbie Genocida'. Twitter

Para asegurar que no se repitan aquellos episodios ―que se saldaron con 67 muertos entre las dos―, el sábado se congregaron cientos de personas en Lima demandando una 'Marcha por la Paz' que no sea reprimida por las autoridades.

Universidades como la de San Marcos (UNMSM) o la Nacional de Ingeniería (UNI) se han sumado a las movilizaciones, así como colectivos y sindicatos de diversa índole procedentes de todo el país: la Coordinadora Macrorregional del Sur, la Asamblea Nacional de los Pueblos, la Confederación General de Trabajadores (CGTP) y otras agrupaciones estudiantiles, indigenistas o izquierdistas. También han integrado la marcha el gremio minero, los campesinos y los profesores.

El Gobierno de Boluarte se preparó para las protestas instalando un operativo policial contundente en todo el país. "Esta esa una amenaza a la democracia, el Estado de derecho, la institucionalidad, y nosotros como Gobierno democrático no la vamos a permitir ni a aceptar", enfatizó la mandataria el martes desde el Palacio de Gobierno.

Con el pretexto de "impedir actos de violencia", las fuerzas del orden de Boluarte desplegaron 24.000 agentes, cortaron carreteras, cercaron edificios clave, e inspeccionaron vehículos que se dirigían a Lima. "Respetaremos el derecho de las personas a protestar, pero si éstas se tornan violentas haremos uso racional de la fuerza para imponer la autoridad", declaró a la prensa local el jefe de la Policía de Lima, Roger Pérez.

Pero manifestantes como Jorge Pizarro, portavoz de la Asamblea Nacional de los Pueblos, que secundó la 'Marcha por la Paz' el sábado, dijo a Reuters antes de las protestas que los asistentes no buscarían un enfrentamiento con la Policía.

Además, la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (CNDDHH) realizó un llamado a los policías que participarán en el despliegue y los exhortó a actuar dentro de los estándares de los derechos humanos, informa La República.

Las manifestaciones en Arequipa la mañana del miércoles: "¡Dictadura nunca más!". Twitter

En vista de las manifestaciones, Boluarte prometió la víspera de la 'Toma de Lima': "El 28 [de julio] daré un mensaje de unidad". En él, la mandataria ha prometido presentar "las medidas y prioridades para afianzar el crecimiento y progreso del país". "Será un mensaje de unidad y confianza, un mensaje de esperanza para todos los peruanos. El Perú nos necesita unidos", concluyó, tratando de escudarse en el bien de un país que miles de peruanos creen que ella misma ha destruido.