Al menos diez personas murieron este miércoles y otras tres resultaron heridas en una operación en una favela de Río de Janeiro con la que la policía buscaba capturar a algunos de los líderes del Comando Vermelho (Comando Rojo), una de las mayores organizaciones criminales de Brasil.
El número de víctimas fue confirmado por la dirección del Hospital Getúlio Vargas, a donde fueron conducidas trece personas tiroteadas, diez de las cuales llegaron sin vida. Entre los heridos figura un policía, que recibió un disparo en el abdomen.
La operación, que se prolongó por algunas horas y que generó un intenso tiroteo, comenzó en la madrugada de este miércoles en Vila Cruzeiro, una de las barriadas que integran el Complejo da Penha, un peligroso conjunto de favelas en la zona norte de Río de Janeiro con áreas controladas por grupos de narcotraficantes.
De acuerdo con la Secretaría de Seguridad Pública de Río de Janeiro, nueve de las víctimas eran integrantes del Comando Vermelho que se resistieron a la acción de las autoridades y a las que les fueron incautados seis fusiles, granadas y municiones.
Uno de los muertos fue identificado como Carlos Alberto Marques Toledo, que era señalado como el jefe de la banda de pistoleros que controla el tráfico de drogas en Chatuba, una favela en la zona oeste de Río de Janeiro distante al Complejo da Penha.
De acuerdo con la Policía Civil, la operación fue ordenada precisamente después de que informaciones de inteligencia indicaran que varios líderes del Comando Vermelho estaban reunidos en Vila Cruzeiro para planear la invasión de barriadas controladas por bandas rivales.
En la operación participaron agentes del Batallón de Operaciones Especiales (BOPE), el grupo de elite de la Policía Militarizada de Río de Janeiro, y de la Coordinación de Recursos Especiales (Core) de la Policía Civil.
[Al menos 18 muertos en una redada policial en la favela del Alemão, en Río de Janeiro]
La acción policial fue respaldada por helicópteros y por vehículos blindados, así como por una enorme pala mecánica, que la policía tuvo que utilizar para remover las barricadas de cemento montadas por los narcotraficantes para dificultar el ingreso de automóviles a la favela.
Los vídeos realizados por habitantes de la barriada y publicados en las redes sociales dan cuenta del intenso tiroteo que tuvieron que sufrir en el vecindario escondidos en sus viviendas y aún en la oscuridad de la noche.
Algunas de los vídeos denuncian supuestos abusos policiales y disparos indiscriminados por parte de los uniformados.
Las denuncias sobre violencia policial en Brasil se multiplicaron esta semana después de que una operación de los cuerpos de élite de la Policía Militarizada de São Paulo dejara al menos catorce muertos en Guarujá, una localidad en el litoral paulista.
Las muertes se registraron en los últimos cuatro días y después de que un policía fuera asesinado por una banda de narcotraficantes en Guarujá.
Pese a que el gobernador de São Paulo, Tarcísio Gomes de Freitas, defendió la operación y negó abusos, diferentes organizaciones de derechos humanos, como Human Rights Watch, han exigido investigaciones independientes y exhaustivas.