El presidenciable oficialista Sergio Massa, actual ministro de Economía del gobierno peronista, protagonizó ayer domingo una remontada espectacular en las elecciones generales de Argentina. Según el escrutinio oficial, recogió el 36,68% de sufragios –nueve millones de votos–, o sea, casi 16 puntos más del 21% que había cosechado en los comicios primarios del pasado agosto.
Pero esa fenomenal subida en la voluntad del electorado no le alcanzó para triunfar en la primera vuelta. Por lo que deberá competir en segunda vuelta, o balotaje, contra el segundo más votado, Javier Milei, candidato de ultraderecha y antisistema, que cosechó 29,98%, muy por debajo de lo que pronosticaban las encuestas.
La ley electoral establece que el candidato ganador debe llegar al 45 por ciento de votos o más para imponerse. O, en su defecto, alcanzar el 40% de sufragios con diez puntos de ventaja sobre el segundo. Massa repuntó de tal forma que se quedó a apenas 3,3 puntos de triunfar en la primera vuelta.
La provincia de Buenos Aires, que concentra el 38% del electorado y por ello resulta estratégica en cualquier elección, le aportó a Massa más de tres millones de votos. Allí el candidato a la reelección, actual gobernador provincial peronista Axel Kicillof, se impuso holgadamente con 44,88 por ciento de votos.
EL ESPAÑOL ha accedido en exclusiva al escrutinio de las mesas de votación que tuvo lugar en la escuela de enseñanza primaria de la provincia de Buenos Aires a la cual de niño asistió el fallecido astro del fútbol y fan peronista, Diego Maradona, en el barrio Villa Fiorito, uno de los más pobres del cinturón urbano. Allí, Massa arrasó obteniendo el 68,17% de votos, Milei el 17,65% y Bullrich el 9,17%.
El peronismo, que lleva casi 80 años dominando la política de Argentina, ha vuelto a demostrar que si supera sus divisiones y se unifica es una aplanadora electoral. No le ha hecho mella a Massa su pésimo desempeño en el ministerio de Economía desde 2022 a la fecha, caracterizado por la disparada de la inflación a 138% anual y la subida a 41% de la pobreza.
Las urnas dejaron fuera de la carrera presidencial a Patricia Bullrich, candidata de la coalición de derecha Juntos por el Cambio, tercer puesto con el 23,8% de votos; Juan Schiaretti, peronista no kirchnerista del partido Hacemos por Nuestro País, cuarto lugar, 6,84%; y en la última posición Myriam Bregman, del Frente de Izquierda y de los Trabajadores, 2,67%.
Massa salió a la calle a hablar a sus seguidores de Unión por la Patria. "Vamos a elegir entre un país que abrace a todos o el país del sálvese quien pueda", pronosticó sobre la segunda vuelta. También hizo un guiño a los votantes de otros partidos para que lo apoyen en la segunda vuelta asegurando que "voy a convocar a un Gobierno de unidad nacional, convocando a los mejores sin importar su fuerza política".
También Milei dio un discurso a sus fans y valoró el resultado obtenido aunque llegó segundo. "Es impresionante lo que hemos construido en dos años: pasamos a tener 49 diputados y ocho senadores". Y tendió una mano a Bullrich para que lo voten en la segunda vuelta al afirmar: "Los que queremos un cambio en este país tenemos que trabajar juntos, ¡vamos en noviembre por la gloria!".
Aunque finalmente no llegue a la presidencia, Milei ya ha ganado terreno político al convertirse en una figura central de la política argentina. Hasta hace tres años casi nadie le conocía. Era un ignoto economista que hacía bolos en televisión hablando de inflación y gasto público. Pero en 2021 conquistó una banca de diputado en el Congreso y desde ahí no ha parado hasta este presente de presidenciable.
Además ha colado en la agenda pública temas que hasta ahora eran tabú y permanecían silenciados. Por ejemplo, los crímenes de la guerrilla de izquierdas en la década de 1970. Un asunto eclipsado por el horror de la posterior represión a guerrilleros y opositores por parte de la dictadura cívico-militar, de 1976 a 1983, una auténtica industria de exterminio que arrojó miles de desaparecidos.
También ha puesto en entredicho muchas de las políticas económicas, sociales y culturales de los gobiernos peronistas (populistas) y radicales (socialdemócratas). Y sus argumentos extremos han obligado a los otros presidenciables a entrar en el ruedo y debatir asuntos insólitos. Por caso, la venta de órganos humanos, la privatización del mar y la libertad a empresas para contaminar el medio ambiente.
El eurodiputado de VOX Hermann Tertsch viajó a Buenos Aires y acompañó a Milei y los dirigentes de su partido La Libertad Avanza durante los comicios junto, entre otros, a Eduardo Bolsonaro, hijo del expresidente brasileño Jair Bolsonaro. "Acá hay mucha ilusión y esperanza en que una victoria de Milei cambie una era de decadencia hacia una era de libertad, bienestar dy prosperidad", declaró el español.
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En el peronismo oficialista se huele a clima de fin del kirchnerismo, la facción del peronismo que llevaba 20 años dominando esa fuerza política. Su líder, la expresidenta y actual vicepresidenta Cristina Fernández, viuda de Kirchner, no ha aparecido públicamente en estas elecciones, permaneció recluida en su chalet de El Calafate, 2.747 kilómetros al sur de Buenos Aires.
La vicepresidenta habló ayer domingo al concurrir a votar y tomó distancia del Gobierno que ella misma integra. "Son públicas y notorias las diferencias que hemos tenido (con Alberto Fernández) desde el 2020 cuando dije –apuntó– que era necesario alinear precios, salarios, tarifas y jubilaciones, pero no fui escuchada". Y confirmó que a partir de diciembre se jubilará para "vivir, trabajar y militar (en el llano)".
La ex mujer fuerte de Argentina no deja herederos. Lo intentó encumbrando a su primogénito, Máximo, de diputado en el Congreso y de presidente del partido peronista en la provincia de Buenos Aires, pese a que su único currículum es el apellido Kirchner. Ese acto de nepotismo no funcionó y el kirchnerismo, hoy por hoy, languidece. Ya se verá si finalmente será Massa o el gobernador Kicillof, alguno que tome la posta.
La explicación más jugosa de la remontada de Massa había sido anticipada por el ex presidente de Uruguay, José Mujica. "¿Cómo se explica que el ministro de Economía con una inflación como tiene Argentina va a pelear la presidencia?", preguntó. Y respondió: "Porque tiene el respaldo de una cosa que no está conforme con él, pero lo va a votar, que se llama peronismo. Porque ese 'animal' existe: es una mitología que tiene el pueblo argentino. Entonces eso rompe todos los esquemas".