Varios billetes de 1000 pesos junto a uno de 100 dólares.

Varios billetes de 1000 pesos junto a uno de 100 dólares. iStock

América

Ventajas y desventajas de dolarizar Argentina: la baza de Milei que puede terminar en 'corralito'

A principios de 2023 hacían falta 178 pesos para conseguir un dólar. Ahora son necesarios casi 353.

17 noviembre, 2023 01:48

Argentina celebra este domingo la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en las que se dirimirá quién será el jefe de Estado hasta 2027. La elección está tan igualada que los expertos en demoscopia hablan de empate técnico. Entre todas las propuestas de unos de los candidatos destaca una: la dolarización de la economía argentina. Una medida similar terminó en 2001 en corralito.

La dólarización de Argentina es una iniciativa propuesta por el líder del partido de ultraderecha La Libertad Avanza, el economista Javier Milei, diputado desde 2021 y sorprendente ganador de las primarias de agosto. Fue segundo en la primera vuelta de las elecciones, por detrás de Sergio Massa, ministro de Economía desde julio de 2022 y aspirante a la presidencia por la coalición Unión por la Patria.

Milei ha hablado de la dolarización desde que comenzó la carrera por ocupar la Casa Rosada. Una de las menciones más recientes tuvo lugar el pasado domingo, durante el debate presidencial. En él, aseguró que, de resultar victorioso en los comicios, Argentina adoptará el dólar y cerrará el Banco Central de la República Argentina (BCRA) para "terminar con el cáncer de la inflación".

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El índice de precios al consumidor (IPC) en Argentina se ubicó en octubre en el 142,7%, mientras que el 40,1% de la población se encuentra en situación de pobreza, según los datos del segundo trimestre del año publicados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos de la República Argentina (Indec). A ello se suman constantes embates cambiarios debido a la fragilidad de su moneda con respecto al dólar estadounidense.

A principios de 2023 hacían falta 178 pesos para conseguir un dólar. Ahora son necesarios casi 353. Precisamente, esa debilidad de la moneda ha llevado a Argentina a convertirse en una economía bimonetaria.

El bimonetarismo o dolarización parcial es el término que describe la utilización de una moneda diferente a la local -generalmente el dólar- para, al menos, realizar alguna de las tres funciones -comprar, fijar precios y ahorrar- que desempeña el dinero, explican en la Fundación Fundar.

Por tanto, si Milei se convierte en el próximo presidente de Argentina, y consigue llevar a cabo sus propuestas, el país pasaría de la situación actual de bimonetarismo a la dolarización total. Para ello, debería considerarse el reemplazo de toda la base monetaria actual -es decir, el dinero en circulación y los depósitos- y los pasivos del Banco Central.

La propuesta de Milei

Según los datos recogidos por Axa IM, la base monetaria de Argentina está valorada actualmente en 9.400 millones de dólares (utilizando el tipo de cambio paralelo basado en el mercado), mientras que la deuda del banco central asciende a 27.000 millones de dólares.

"En términos sencillos, el país necesitaría 36.000 millones de dólares de activos para una dolarización completa. El Banco Central no sólo carece de tales reservas, sino que tiene un déficit neto de -8.700 millones de dólares", subraya Luis López Vivas, economista del equipo de Macro Research en AXA IM.

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Tal y como explican desde la Fundación Fundar, la dolarización es una alternativa que, "si bien podría eliminar algunas de las fuentes de inestabilidad, no las solucionaría del todo y lo haría con el alto costo de sacrificar instrumentos fundamentales (como la política cambiaria) para absorber shocks exógenos, reducir la volatilidad y conducir eficientemente la política macroeconómica".

Desde la fundación, abogan por "tomar el camino contrario y apostar al fortalecimiento de la moneda local". Una estrategia que, "implementada en paralelo a otras medidas para la estabilización general de la economía, permitiría incrementar los márgenes de maniobra para ejecutar políticas económicas y fomentar el desarrollo", defienden.

Ventajas e inconvenientes

Pero lo que desde la Fundación consideran inconvenientes podrían convertirse en beneficios para la economía argentina. El más inmediato de ellos sería la capacidad de importar la credibilidad de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) al renunciar a la política monetaria y cambiaria. Al hacerlo, también eliminaría el riesgo de devaluación de la moneda, un factor que contribuye significativamente a la inflación.

"La idea es que la eliminación de este riesgo de devaluación también reduce la prima de riesgo de los préstamos extranjeros, lo que se traduce en tipos de interés más bajos para el Gobierno y los inversores privados", indica López Vivas. Esto, a su vez, "puede fomentar una mayor inversión e impulsar el crecimiento económico".

Javier Milei y Sergio Massa durante el debate electoral.

Javier Milei y Sergio Massa durante el debate electoral.

En el caso de un país como Argentina, la dolarización también puede actuar como una camisa de fuerza fiscal, impidiendo que el Banco Central imprima dinero para financiar el gasto público, una monetización de la deuda que ha sido el principal motor de la inflación en el país.

Sin embargo, López Vivas reconoce que la dolarización "está lejos de ser una bala de plata". "No elimina por completo el riesgo soberano, es decir, el riesgo de que un Gobierno deje de pagar su deuda", subraya.

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Cambiar el peso por el dólar "es una manera eficaz de acabar con la alta inflación, pero no basta por sí sola para garantizar la estabilidad económica, evitar los impagos o proporcionar niveles satisfactorios de crecimiento que puedan traducirse en menores tasas de pobreza e informalidad de la economía", explica también Carlos de Sousa, gestor de carteras en Vontobel.

Para Alejandro di Bernardo, gestor de renta fija en Jupiter AM, "el problema principal de esta propuesta es que Argentina tiene reservas negativas de dólares, por lo que la única forma de dolarizar es con una devaluación más grande, y esto aumenta el riesgo de una hiperinflación". Su visión es que "Milei no va a poder dolarizar, al menos en un principio".

Javier Milei durante su discurso de cierre de campaña antes de las elecciones del domingo 22 de octubre.

Javier Milei durante su discurso de cierre de campaña antes de las elecciones del domingo 22 de octubre. Matias Baglietto Reuters

Es la misma advertencia que laza De Sousa. "Se corre el riesgo de que el país entre en hiperinflación y, sin duda, los argentinos serían más pobres de lo que son hoy, al menos temporalmente", resalta el experto de Vontobel.

"A medio plazo, se podría argumentar que los argentinos estarán mejor una vez que la inflación deje de ser un problema. Sin embargo, a corto plazo es probable que estas políticas sean recesivas y afecten mucho más a los pobres que a los ricos, ya que tiene sus ahorros en dólares estadounidenses", explica.

El 'corralito' 2001

"El plan de Milei es arriesgado no sólo por la posible hiperinflación que el país podría experimentar, aunque sólo sea brevemente, sino porque también es probable que tenga que enfrentarse a un importante malestar social: estas políticas, al menos al principio, empobrecerían a la población", añade el mismo economista.

Un plan de estabilización macroeconómica a través de los tipos de cambio no es un concepto nuevo en Argentina. La nación se aventuró en este terreno a principios de los años noventa, cuando introdujo una caja de conversión, un sistema de tipo de cambio fijo similar a la dolarización total.

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Entonces, el peso estaba vinculado al dólar a un tipo de cambio de uno a uno. Al principio, se consideró una fuerza estabilizadora que frenaba la inflación. Sin embargo, a finales de los años noventa, la economía había caído en una trampa monetaria, de crecimiento y de deuda, exacerbada por los choques externos.

"El peso estaba sobrevalorado, el crecimiento era débil y el servicio de la deuda externa cada vez más difícil. El sistema de convertibilidad acabó por desmoronarse en 2001, provocando una grave crisis económica y un traumático impago de la deuda del país", destaca López Vivas. Todo ello terminó desembocando en lo que los argentinos bautizaron como corralito, la restricción impuesta sobre la disponibilidad de sus ahorros.

"Esta experiencia de la historia reciente de Argentina sirve de recordatorio tanto de los beneficios potenciales como de los peligros asociados a la dolarización y otras estrategias similares", subraya también López Vivas.