Daniel Noboa, el millennial mimado por EEUU, jura la presidencia de Ecuador en plena crisis de seguridad
El guayaquileño completará el mandato que Guillermo Lasso dejó inconcluso junto a un gabinete de jóvenes para enfrentar la inseguridad y una economía en declive.
24 noviembre, 2023 13:00Daniel Noboa Azín (Guayaquil, 1987) se convirtió oficialmente en el presidente más joven de la historia de Ecuador después de jurar mandato este jueves en la Asamblea Nacional. Ante más de mil invitados, resaltó en un breve discurso la juventud de los miembros de su administración, la suya y los grandes retos a los que se enfrenta como mandatario.
El principal es sacar al país de la peor crisis de seguridad de su historia: Ecuador terminó 2022 con una tasa de homicidios de más de 26 por cada 100.000 habitantes, un indicador que este año podría crecer hasta los 40 y que convertiría a la región ecuatoriana en una de las más peligrosas del mundo.
Para ello, y para estabilizar la economía de un país que desafía un déficit fiscal cercano a los diez mil millones de dólares, tendrá muy poco tiempo. Su mandato sólo durará hasta mayo de 2025, cuando Ecuador deberá regresar a las urnas.
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El político millennial, nacido en Miami y criado en Estados Unidos, donde realizó todos sus estudios, llegó a la presidencia después de ganar el pasado mes de octubre las primeras elecciones anticipadas de la historia del país, concebidas tras la dimisión de Guillermo Lasso cuando afrontaba un juicio político por malversación de fondos. Ahora debe completar el periodo que este último dejó sin terminar, y que corresponde a 18 meses.
En esa segunda vuelta de las elecciones presidenciales que le hicieron presidente obtuvo casi un 53% de los votos. La población de Ecuador debía elegir entre él o Luisa González, la candidata del correísmo a la que las encuestas le auguraban la victoria.
“Noboa fue capaz de sostener esa expectativa que se puso en él, tras una muy buena campaña y un debate en el que se posicionó como un posible ganador inesperado”, explicó Pablo Pardo, docente de Ciencias Políticas de la Universidad Ecotec de Guayaquil, a EL ESPAÑOL. Sin ser favorito, consiguió llegar al Palacio de Carondelet con gran aceptación tras una campaña marcada por la violencia política y el asesinato del candidato Fernando Villavicencio en las calles de Quito.
Un gabinete de jóvenes
Los ministerios que encabeza Noboa mezclan en sus responsables la juventud y la experiencia, con muchos perfiles provenientes de la empresa. Pero destaca lo primero. Por ejemplo, Sade Fritschi tomará el cargo de ministra de Ambiente, Agua y Transición Ecológica con 26 años, convirtiéndose en la persona más joven de la historia de Ecuador en dirigir un ministerio.
Le sigue Romina Muñoz Procel, que tomará posesión del Ministerio de Cultura y Patrimonio con 29 años. Mientras que otros ministerios, como Educación; Energía y Minas; Producción, Comercio Exterior, Inversiones y Pesca; y Turismo serán gestionados por menores de 35 años.
“Muchos creen que la juventud es sinónimo de ingenuidad, para mí es sinónimo de fuerza. Fuerza para vencer los retos que nos imponen, porque eso es lo que el Ecuador necesita”, afirmaba Noboa. Mientras, hacía también insistencia en la diversidad y en la alta presencia femenina: “Es esa rica mezcla la que representa a todo el Ecuador y es lo que el país necesita para crecer”.
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Sin embargo, estos días la lupa ha estado sobre el Ministerio de Economía y Finanzas, cuyo titular llegó a estar en el aire. En principio se le había designado a Sariha Moya, una economista de 35 años que trabajaba como funcionaria pública y que obtuvo su máster en la Universidad Carlos III de Madrid. Acompañó incluso a Noboa a Estados Unidos para mantener reuniones con inversionistas y empresarios.
Pero ayer se conoció que finalmente la economista se hará cargo de la Secretaría Nacional de Desarrollo y Planificación, y que el ministerio estará en manos de Juan Carlos Vega Malo, administrador de agronegocios y economista de 51 años. Él tendrá que enfrentar la mayor parte de los difíciles retos económicos. Por poner un ejemplo, en la actualidad los depósitos del Tesoro se encuentran en apenas 180 millones de dólares, que corresponde a la peor cifra desde 2016, según datos del Banco Central.
Una gobernabilidad convulsionada
Andrea Endara Ordóñez, coordinadora del grado de Ciencias Políticas de la Universidad Casa Grande, explicaba hace un mes en Quito a EL ESPAÑOL que la situación actual, política y social se podía resumir en una palabra: convulsionada.
Al hecho de que Ecuador se encuentra actualmente entre uno de los países con mayor tasa de homicidios de América Latina, se suma también la difícil situación en la que llega Noboa a la presidencia, que es tras la dimisión del presidente Lasso y una gran segmentación en las instituciones.
“Tenemos una asamblea sumamente dividida, donde no hay gobernabilidad, ninguna bancada tiene mayoría absoluta y esto va a ser complejo para quien llegue a la presidencia”, explicaba la politóloga.
Ahora parece que el nuevo presidente asume el cargo con correístas y socialcristianos como sus aliados legislativos. Aunque ambos partidos, Revolución Ciudadana y PSC, han anunciado que no apoyarán proyectos que crucen sus líneas rojas. Ante esto, el propio Daniel Noboa declaró que “las mayorías a veces no están de acuerdo, sino que se forman para cosas puntuales", adelantándose a posibles diferencias dentro del acuerdo legislativo.
Y hacía un llamado a la necesidad de esa gobernabilidad para afrontar problemáticas recientes durante su discurso al jurar el cargo: “Para combatir la violencia hay que combatir la desocupación laboral. El país necesita empleo y para generarlo enviaremos reformas urgentes a la Asamblea que deben ser tratadas con responsabilidad pensando primero en el país”.
También ha hecho mucho hincapié en obtener apoyos fuera de sus fronteras. Lo primero que realizó al ser elegido presidente fue marchar en una gira por Estados Unidos y Europa. En Washington DC llegó a reunirse con representantes del FMI. “A todas las naciones amigas aquí presentes, gracias por su paciencia de habernos acompañado en este momento tan particular de nuestra historia. Les extendemos nuestra mano amiga sin condiciones, pero les pediremos su apoyo porque muchas de nuestras luchas son las luchas de todos”, finalizaba Noboa su discurso de posesión.
Con el fantasma de las próximas elecciones siempre presente, el presidente, el Gobierno y la oposición tienen pocos meses para abordar, probablemente, la peor etapa moderna del país. Todo ante los ojos de la población ecuatoriana, que intenta enfrentarse al futuro mientras vive la peor crisis de seguridad de su historia y una situación económica marcada por una dolarización en declive.