Rusia recibió un varapalo este sábado en el Consejo de Seguridad de la ONU, al que pidió condenar el ataque ucraniano de anoche en la ciudad rusa de Bélgorod, y cuyos miembros generalmente lamentaron la muerte de civiles pero expresaron su solidaridad con Ucrania.
Era la segunda reunión del Consejo de Seguridad sobre el conflicto en 24 horas, puesto que el viernes el órgano ya trató la oleada de bombardeos de Rusia contra las principales ciudades ucranianas, que ha dejado al menos 39 muertos y 160 heridos, y que fue condenada por la mayoría de países.
El embajador ruso, Vasili Nebenzia, dijo que en el ataque a Bélgorod fallecieron 18 personas -incluidos tres niños- y 108 resultaron heridas, acusó a Kiev de atacar objetivos civiles con municiones "de racimo" gracias a sus "patrocinadores occidentales", y amenazó con que los "crímenes serán castigados inevitablemente".
Nebenzia llamó a la comunidad internacional a "condenar decididamente este brutal ataque terrorista" y se declaró "sorprendido por el silencio del Consejo de Seguridad", pero no encontró la comprensión que buscaba.
Los aliados de Ucrania expresaron con mayor contundencia las críticas a Rusia, mientras que China, aparentemente neutral, aseguró que "no hay ganadores en ningún conflicto o guerra" y pidió "paz y diálogo"; en todo caso el denominador común de la sesión fueron las llamadas al fin del conflicto.
Entre los mensajes más duros, estuvieron los de Francia: "Si (Rusia) no hubiera bombardeado durante meses ciudades y pueblos ucranianos, no estaríamos aquí esta tarde"; y Reino Unido: "Si Rusia quiere culpar a alguien de las muertes de rusos en esta guerra, que empiece por el presidente Putin".
"Estamos aquí otra vez porque el Kremlin se niega a parar su invasión ilegal y (...) Putin es responsable de la pérdida de vida sin sentido e innecesaria, esta es su guerra", dijo el representante estadounidense, John Kelley, que declaró su "apoyo a Ucrania", frase repetida por otros miembros como Japón.
En nombre de la ONU, el vicesecretario de Departamentos de Asuntos Políticos y de Paz, Khaled Kiari, condenó "todos los ataques en ciudades, pueblos y aldeas de Ucrania y la Federación Rusa", y advirtió sobre los "peligros de más escaladas y propagación de esta guerra".
Nebenzia, el embajador ruso, tomó la palabra una segunda vez para tachar de "cínico" el aluvión de declaraciones, e insistió en que Rusia no ataca a "civiles ucranianos pacíficos", al menos no "deliberadamente", sino que "sólo tiene como objetivos infraestructuras militares".
Ucrania, por su parte, señaló que el Consejo de Seguridad "se reunió ayer, se reúne hoy de nuevo, y debería estar listo para reunirse mañana y el día siguiente" por las continuas agresiones de Rusia contra áreas civiles, que hoy continúan.
La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU reportó este sábado "una nueva ola de ataques indiscriminados que está teniendo un fuerte peso en los civiles en Ucrania por segundo día consecutivo", causando "destrucción y muerte" principalmente en la región de Járkiv, pero también en el este y sur del país.