El secretario de Defensa de Estados Unidos y jefe del Pentágono, Lloyd Austin, ha estado hospitalizado en cuidados intensivos desde el pasado lunes 1 de enero tras complicarse una cirugía a la que se sometió, un hecho que no tendría mayor relevancia de no ser porque ni Joe Biden, ni el secretario de Estado Antony Blinken, ni la propia sustituta de Austin estaban al tanto de su ingreso. Tampoco conocían el ingreso altos funcionarios del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.
Austin, de 70 años y que se encuentra inmediatamente detrás de Joe Biden en la cadena de mando del Ejército de EEUU, fue hospitalizado el 1 de enero en el Centro Médico Militar Nacional Walter Reed de Bethesda (Maryland) pero no ha sido hasta el pasado viernes cuando el Departamento de Defensa informó de su ingreso sin ofrecer más detalles al respecto alegando motivos de "privacidad".
Apenas dos horas antes de la publicación del comunicado se envió una comunicación interna a los mandos del Pentágono con la misma información que se dio a la prensa y ésta llegó al Congreso sólo 15 minutos antes de su publicación, informa el portal de noticias estadounidense Politico.
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"(Austin) se está recuperando bien y espera reanudar sus funciones completas", explicaba el Departamento de Estado en su comunicado, en el que han defendido que la subsecretaria de Defensa, Kathleen Hicks, estaba preparada para asumir las funciones del actual secretario en cualquier momento "si hubiera sido necesario" durante su ingreso hospitalario.
El canal NBC asegura que Austin pasó cuatro días en cuidados intensivos. Cabe destacar que el secretario de EEUU y jefe del Pentágono desempeña un papel central en los numerosos escenarios en los que Estados Unidos está implicado militarmente en todo el mundo, incluyendo la guerra entre Israel y Hamás, los ataques de los hutíes en el mar Rojo o la invasión de Rusia en Ucrania.