Arranca la carrera de primarias en Estados Unidos y, por ende, la disputa por la Casa Blanca. En la tarde de este lunes, los republicanos de Iowa acudirán a los caucus para elegir a su cabeza de cartel en las elecciones presidenciales de noviembre. En este caso, la incertidumbre no es tanto quién se alzará con la victoria, ya descontada para Trump, sino quién logrará llegar a los centros de votación.
Las previsiones de temperaturas para el lunes en el estado de Iowa rozan los 30 grados Celsius bajo cero de mínima, con 19 bajo cero como máxima a lo largo del día. Los servicios de carreteras avisan de que la mayoría de la red está nevada o congelada, y el paisaje es más propio de un país como Finlandia que de un territorio en la misma latitud que Barcelona.
De hecho, esta es una de las cuestiones más comentadas en las horas previas a la votación. Todo apunta que se tratará del caucus con la temperatura más baja de la historia lo que, sumado a las dificultades de movilidad, amenaza con desplomar la participación. La sensación térmica puede ser inferior a -30 grados por los vientos que se esperan durante la jornada de primarias.
A pesar de todo, el portavoz del Partido Republicano en Iowa, Jeff Kaufmann, señalaba hace unos días que esperan una "robusta participación" pese al mal tiempo, y que no había planes para modificar el sistema. "Es una de esas cosas, algo como en un partido de fútbol, que va a ocurrir pase lo que pase", indicaba, pidiendo "paciencia" a los electores que tengan dificultades.
En el caso de las primarias republicanas en Iowa, el récord de participación se alcanzó en 2016, cuando más de 180.000 personas acudieron al peculiar proceso de elección que solo usarán otros ocho estados en este 2024. En 2020, con Trump intentando revalidar su liderazgo para competir contra el aspirante Biden y sin un rival en los republicanos, la participación se desplomó hasta los 32.000 electores.
Trump, favorito claro
Las encuestas no dejan lugar a dudas: Donald Trump saldrá victorioso en este primer round, que vendrá seguido de otros 49 en los próximos meses - si el Tribunal Supremo no le deja fuera en alguno de los estados.
En el sondeo publicado por el Des Moines Register y NBC este fin de semana, el expresidente acumula un respaldo del 48% entre los posibles votantes republicanos, seguido muy de lejos por Nikki Haley, con el 20%, y Ron DeSantis, con el 16%. Ningún otro de los contendientes logra cifras de doble dígito.
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El estudio demoscópico señala también que los seguidores de Trump son los que más fe tienen en su candidato y los que menos están dispuestos a dejarse convencer por otras opciones.
Estos datos reflejan, a grandes rasgos, lo que se espera que ocurra con las primarias del partido del elefante en los próximos meses: el respaldo del elector republicano a Trump no tiene apenas fisuras, y el magnate carece de un rival de calado que pueda soñar siquiera con amenazar su victoria.
En los grandes sondeos conocidos en las últimas dos semanas, solo en uno gana Trump por menos de diez puntos de distancia: un 39% frente al 32% de Haley en New Hampshire, según el estudio difundido por CNN. En el lado opuesto, según el Emerson College, Trump ganará en Nevada con 65 puntos de ventaja sobre DeSantis.
Para bien y para mal, el neoyorquino ya ha pasado cuatro años en la Casa Blanca, por lo que el elector sabe exactamente cómo actúa el ahora aspirante. Al fin y al cabo, que un expresidente vuelva a optar al cargo es una situación casi inédita: solo cuatro expresidentes en la historia de EEUU han intentado recuperar la presidencia tras haberla perdido, y el último que probó suerte fue Theodore Roosevelt en 1912... sin éxito.
Más popular que Biden
Trump es posiblemente el presidente de EEUU que más ha polarizado a la sociedad en la historia reciente. Ni el giro izquierdista de Obama, ni las guerras de Irak y Afganistán de Bush, ni siquiera el iracundo Nixon previo al descubrimiento del asalto al Watergate despertaron tantas pasiones a favor y en contra. Y, sin embargo, el republicano tiene opciones reales de volver al Despacho Oval.
Los cuatro años de mandato demócrata no parecen haber convencido ni siquiera a los fieles. El liderazgo de Biden ha sido discutido desde el mismo inicio, con escasos logros en sus programas de reformas económicas y un papel decepcionante en política exterior para quienes buscaban un retorno a esa imagen de poder moral que Obama logró transmitir al resto del mundo.
Así, las encuestas de aprobación de la labor presidencial apuntan que, a estas alturas de su mandato (1.060 días, aproximadamente), solo el 39% de estadounidenses defienden la labor de Biden, mientras que el 45% defendía la de Trump tras los mismos días en el Despacho Oval. El republicano apenas bajó del 40% en sus 4 años de mandato, y el actual presidente no ha alcanzado esa cifra desde el mes de septiembre.
Eso conduce a un empate técnico entre los dos potenciales candidatos, que volverán a enfrentarse en las urnas el próximo 5 de noviembre. Entre las grandes encuestas conocidas en los últimos días, la de YouGov para The Economist da un empate a 43% entre Biden y Trump a nivel nacional, mientras que el de Ipsos para Reuters establece la igualdad en el 48%. Morning Consult cifra un 43-42 a favor de Biden en su último muestreo, pero en los dos anteriores dio la ventaja a Trump por un punto.
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Por ello, comienza este lunes una carrera apasionante de la que sólo creemos conocer el resultado de antemano en las primarias. Únicamente el futuro judicial de Trump o la salud de los dos candidatos podrían impedir que se vieran las caras en las presidenciales.
La evolución de la economía en los próximos meses, el papel de EEUU en la guerra entre Israel y Hamás, los grandes incendios del verano o la gestión de la inmigración son solo algunas de las cuestiones que marcarán el final de la carrera, sin olvidar la elección de sus respectivos compañeros de ticket. Eso serán los diez próximos meses de intensa campaña. Pero el futuro de Estados Unidos - y, por tanto, del planeta - comienza a decidirse hoy.