El gobernador de Texas, Greg Abbott, envuelto en una creciente disputa con la administración de Joe Biden por los cruces de migrantes en la frontera sur de Estados Unidos, reafirmó el domingo el derecho de su estado a proteger sus fronteras y prometió mantener el control de la frontera “todo el tiempo que haga falta”.
En una conferencia de prensa en la ciudad fronteriza de Eagle Pass, flanqueado por una docena de gobernadores republicanos, Abbott pidió a Biden que abordara decisivamente los cruces de migrantes, que alcanzaron un máximo mensual histórico de paso durante el mes de diciembre.
“Joe Biden, ahora es tu turno, tu obligación, tu deber, de seguir las leyes aprobadas por el Congreso y asegurar la frontera, tal como lo ha hecho Texas”, señaló el gobernador en unas declaraciones recogidas por la CBS. Asimismo, afirmó que el presidente había "abdicado por completo y abandonado su responsabilidad para hacer cumplir las leyes de EEUU".
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En las últimas semanas, el gobernador texano se ha enfrentado al presidente demócrata por las agresivas tácticas que ha utilizado en su estado para disuadir a los migrantes de cruzar la frontera. Estas medidas incluyen el despliegue de tropas, el uso de alambre de concertina y la instalación de una barrera de boyas flotantes en el río Bravo.
En un tuit en la mañana del domingo, Abbott recordó que "Texas hizo historia como el primer y único estado en construir" su propio muro. "La construcción está en curso. No daremos marcha atrás en nuestros esfuerzos por asegurar la frontera", señaló.
Eagle Pass ha sido un corredor importante para cruces fronterizos ilegales en los últimos años. El mes pasado, funcionarios de Texas bloquearon el acceso de agentes federales de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos a Shelby Park, una zona pública de la ciudad fronteriza donde organizó la conferencia de prensa del domingo junto a los gobernadores de Tennessee, Montana, Arkansas y Georgia, entre otros.
Abbott remarcó que este parque “va a permanecer bajo control todo el tiempo que sea necesario para mantener la seguridad y eliminar los cruces", informó Reuters. Y añadió: "Podemos renunciar a su control mañana mismo si Joe Biden diera un paso al frente e hiciera exactamente lo que estamos haciendo aquí y evitara que la gente cruce ilegalmente la frontera".
El gobierno de Biden, por su parte, mantiene que el control fronterizo es de estricta jurisdicción federal.
El acto se produjo unas horas antes de que el Senado de EEUU diera a conocer un proyecto de ley bipartidista de seguridad fronteriza por valor de 118.000 millones de dólares, según Reuters, que también proporcionaría ayuda a Ucrania e Israel. Si el proyecto se convirtiera en ley, marcaría los cambios más significativos en la inmigración y la seguridad fronteriza de Estados Unidos en décadas.
La senadora independiente Kyrsten Sinema explicó a los medios que la legislación tiene como objetivo asegurar la frontera sur de EEUU, incluso planteando la posibilidad de que el Departamento de Seguridad Nacional "cierre" temporalmente la frontera para la mayoría de los migrantes si se registran más de 5.000 intentos de cruce diarios durante siete días consecutivos.
El senador republicano James Lankford, uno de los negociadores del proyecto de ley, indicó que es probable que el cierre fronterizo se extienda por al menos tres semanas en caso de que disminuya significativamente el número de inmigrantes que intentan cruzar.
El expresidente Donald Trump, que ha hecho de la frontera un tema central de campaña, también se ha opuesto al acuerdo. El Presidente de la Cámara de Representantes, el republicado Mike Johnson, la declaró "muerta a su llegada" si llegaba a su cámara. "Este proyecto de ley es aún peor de lo que esperábamos, y no se acercará a poner fin a la catástrofe fronteriza que el presidente ha creado", dijo en un comunicado en X, antes llamado Twitter.