Las autoridades estadounidenses presentaron el miércoles cargos contra el líder de una organización criminal japonesa, acusándolo de conspirar para traficar materiales nucleares desde Myanmar con destino a Irán para ser utilizados en armas nucleares, según informó el Departamento de Justicia de Estados Unidos.

Takeshi Ebisawa, de 60 años, junto con su socio Somphop Singhasiri, de 61 años, estaban involucrados en el tráfico de drogas, armas y materiales nucleares. El fiscal general adjunto Matthew Olsen, de la División de Seguridad Nacional del Departamento de Justicia, expresó su preocupación al señalar: "Es escalofriante pensar en las consecuencias si estos esfuerzos hubieran tenido éxito".

Según detalló Olsen, Ebisawa, siguiendo las instrucciones del líder de un grupo insurgente birmano, intentó vender material nuclear a un agente encubierto de la agencia antidroga estadounidense (DEA) para financiar la compra de equipamiento militar. Anne Milgran, directora de la Administración para el Control de Drogas, afirmó que el líder de la Yakuza incluso llegó a "ofrecer uranio y plutonio apto para armamento con la plena expectativa de que Irán lo utilizara para fabricar armas nucleares".

Durante la operación encubierta, el agente estadounidense se hizo pasar por un general iraní interesado en adquirir material nuclear para desarrollar armas atómicas, informó Efe. En un hotel en Tailandia, uno de los socios de Ebisawa mostró al agente dos contenedores de plástico con óxido de uranio, utilizado en la fabricación de combustible y armas nucleares.

Gracias a la colaboración de las autoridades tailandesas, los contenedores fueron incautados y enviados a un laboratorio estadounidense, que confirmó la presencia de uranio, plutonio y torio. Según el Departamento de Justicia, el plutonio tenía la calidad suficiente para producir armamento nuclear.

"Este es un ejemplo extraordinario de la depravación de los traficantes de drogas, que operan con total indiferencia hacia la vida humana", comentó Milgran. Ebisawa ahora enfrenta siete cargos penales, varios de los cuales conllevan una pena máxima de cadena perpetua, según Efe.