El plan ‘motosierra’ del presidente ultraliberal Javier Milei de recorte del gasto público en Argentina ya ha alcanzado a las empresas del Estado: la agencia pública de noticias Télam fue cerrada el lunes con la excusa, según el mandatario, de que “es una agencia de propaganda kirchnerista”.
Telenoticiosa Americana (Télam) es una sociedad anónima del Estado argentino y se ubica en el segundo puesto, detrás de la española EFE, de las agencias informativas en castellano más seguidas. Ambas empezaron sus transmisiones casi en los mismos años: EFE, en 1939; y Télam, en 1945.
Creada por el entonces presidente Juan Domingo Perón para competir contra el duopolio periodístico estadounidense que operaba en Argentina —Asocciated Press (AP) y United Press International (UPI)—, Télam abrió corresponsalías en países de América y Europa, además de las 24 provincias argentinas.
[Milei contra el lenguaje inclusivo: lo veta en la administración argentina y pide ajustarse a la RAE]
Varios presidentes intentaron reformarla en las últimas décadas —Carlos Menem (peronista), Fernando de la Rúa (conservador), Mauricio Macri (conservador)— por su estructura similar a un ministerio y su plantilla excesiva, unos 800 empleados, entre periodistas, fotorreporteros, etc. En cambio, los gobiernos peronistas de Néstor Kirchner (2003-2007) y Cristina Kirchner (2007-2015), reforzaron el presupuesto y enchufaron en la redacción a decenas de militantes, sin experiencia en periodismo de “La Cámpora” —la agrupación de Máximo, su hijo—.
Ahora, el presidente Milei, que declara ser anarcocapitalista y define al Estado como “una organización criminal”, ha elegido el principal medio de comunicación nacional para empezar con su promesa electoral de cerrar empresas públicas. La excusa: "agencia de propaganda kirchnerista".
Los empleados de Télam se enteraron por correo electrónico, la madrugada del lunes, de que quedaban despedidos durante una semana con goce de salario. Mientras, el portal de la agencia dejaba de transmitir y mostraba un cartel con la leyenda: “Portal en reconstrucción”. A la vez, los policías vallaban el edificio, ingresaron a la redacción y desalojaron a periodistas y fotorreporteros que trabajaban en el turno noche. Otros uniformados se apostaron en la acera delante de las vallas impidiendo el ingreso de cualquiera que tratara de pasar.
El portavoz gubernamental, Manuel Adorni, había celebrado el inminente cerrojazo en X (antes Twitter): “Saluden a TÉLAM que se va…”. Luego explicó que se trató de “el deseo del presidente” y lo justificó en que el medio pierde al año “20.000 millones de pesos” (17 millones de euros). Sin embargo, las cuentas propias divulgadas por la agencia aseguraban que hay otros números: casi 14 millón de euros de facturación anual, 803 clientes, y 8,7 millones de visitas mensuales.
Para los miembros de la comisión sindical de Télam se trató de “uno de los peores ataque a la libertad de expresión en los últimos 40 años de democracia”. Replicó el portavoz Adorni al considerar que “esto no tiene nada que ver con el pluralismo ni con la libertad de prensa”.
Milei suele atacar a los periodistas y a los medios de comunicación. En general suele llamarlos “ensobrados”, porque algunos reciben sobres con dinero de políticos y empresarios. Y prefiere comunicar directamente él mismo mensajeando varias veces al día por redes sociales como X o Instagram.
[Milei propone un "pacto social" a la oposición: de reducir el gasto público a la reforma laboral]
Además, el presidente montó una red de trols, que postean información oficial antes que el Gobierno y marcan tendencia, todo dirigido por Fernando Cerimedo, que en 2022 trabajó junto Jair Bolsonaro, en Brasil, donde es investigado por intento de golpe de Estado al presidente Lula da Silva.
El Foro de Periodismo Argentino (Fopea) subrayó que el papel de Télam “es determinante en la construcción de audiencias más críticas y mejor formadas, con inclusión y equilibrio de voces”. Y consideró que las acciones de Milei “sólo exacerban la hostilidad y la intolerancia contra el periodismo”.
La Asociación de Corresponsales Extranjeros destacó que Argentina “cuente con una agencia de noticias de carácter estatal –y no gubernamental- que garantice a la ciudadanía el acceso a una información plural”. E instó a “fortalecer, no dañar, la libertad de prensa y el derecho a la información”.
Con el cierre de la agencia informativa oficial, la ‘motosierra’ de Milei ha llegado por primera vez a una empresa del Estado, pero ya venía podando varios gastos del Estado de alta sensibilidad social, sobre todo, en sanidad, educación, alimentos y transporte.
Las últimas ‘víctimas’ han sido los enfermos de cáncer y otros males graves. La secretaría de Salud ha cortado el suministro de medicamentos oncológicos a las personas enfermas y sin recursos económicos. Y tampoco ha distribuido vacunas contra el dengue, afección viral en alza en Buenos Aires y norte de Argentina.