Su apariencia intimida. Robusto, serio y distante. Si lo escuchas hablar, sin embargo, te encuentras con un tono pasivo y conciliador, que dan ganas de escucharle y seguir sus pasos. Son las dos almas de Héctor Llaitul, vocero y máximo líder de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM), la organización armada más importante de los Pueblos Indígenas en el sur de Chile.
Fuentes consultadas por EL ESPAÑOL dicen que su primera impresión no es la de un revolucionario clásico. Esto cambia cuando se escucha sus discursos y se reconoce su capacidad de conducir a un grupo que busca la restitución de tierras y ocupa la violencia como método de acción política. "Un líder nato", dicen.
Actuó mucho tiempo en impunidad, participó en canales de televisión y hasta llegó a publicar un libro en el que reivindica su lucha. Si bien estuvo bajo prisión preventiva y perseguido por la justicia en distintos momentos de su vida, siempre lograba retomar su libertad y continuar con lo que consideraba su más importante propósito.
Su suerte, como la de muchos guerrilleros, cambió de forma abrupta cuando el Gobierno, que hasta hace poco decía "no perseguir ideas políticas" como forma de blanquear a Llaitul, presentó una querella en su contra el 24 de agosto de 2022. Poco después, la Fiscalía formalizó cargos al líder de la CAM por incitación y apología de la violencia bajo la Ley de Seguridad del Estado. Entre los delitos, se le recriminó hurto simple, atentado contra la autoridad y usurpación violenta.
Chile observaba absorto cómo un dirigente que parecía inmune a la justicia comenzaba a caer por su propio peso. La historia no acabó allí, y los dolores de cabeza para los gobernantes, hasta hace poco cercanos a la causa de Llaitul, tampoco. Una investigación hecha por el medio Ex Ante publicó una conversación telefónica entre la ministra de Desarrollo Social, Jeanette Vega, y el coordinador de la CAM. El diálogo tuvo lugar pocas horas después de que el líder mapuche haya llamado a la "lucha armada".
[El asesinato de tres policías en Chile reabre el debate para restituir la pena de muerte en el país]
En otro de los registros desclasificados, Llaitul se refería de forma crítica al presidente Boric. "Además de ser socialdemócrata y creerse Che Guevara, ahora estará con los grupos económicos y va a gobernar igual", reprendía. Desde ese momento, las diferentes instituciones del Estado emprendieron una cruzada contra el guerrillero, quien hace sólo horas fue sentenciado a 23 años de prisión por los delitos que se le imputan.
La sentencia se da después de que el Ministerio Público lo haya declarado culpable de cada uno de los cargos en cuestión. El portavoz de la CAM, que acostumbraba a mantenerse en silencio en las audiencias en su contra, intervino en la primera que hubo para alegar su inocencia. Fue el 12 de marzo de este año y en su declaración señaló que era un "preso político" y que "la guerra no la empezamos nosotros". "Seguramente esta sea una condena en donde yo reciba toda la fuerza del Estado por este choque de culturas. No nos podemos entender y va a haber un conflicto permanente", añadió.
Orígenes y formación
Llaitul nació en la ciudad de Osorno, en la región de Los Lagos, al sur del país sudamericano. De origen mapuche-huilliche y de una familia de escasos recursos, siempre se interesó por la política. Su liderazgo se hizo ver desde el primer momento e incluso en su juicio, cuando a través de sus palabras empodera a los suyos a mantenerse en disputa. En la CAM se le trata de "«Comandante Héctor» o «El Negro», si el ambiente era de cercanía.
Fue en la Universidad de Concepción donde cursó el grado de Trabajo Social, donde dio inicio a su trayectoria política. Eran tiempos convulsos y de mucha polarización en la política chilena. Llaitul sabía de qué lado quería estar y se incorporó al Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), una agrupación que creía en las armas y no estaba de acuerdo con que el socialismo podía tener auténtico poder a través de la democracia. Fue la universidad, aseguran fuentes cercanas a EL ESPAÑOL, lo que lo hizo "revolucionario".
Con la dictadura en curso, Llaitul dio un siguiente paso en su construcción de activista y se sumó al Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), un movimiento también armado que se atribuyó el intento fallido de atentado contra Augusto Pinochet.
El retorno a la democracia no hizo que el líder indígena terminara con la defensa de sus ideas: al contrario, lo llevó a establecer su proyecto más importante. En febrero de 1998, junto con comunidades y colectivos mapuches, formó la Coordinadora Arauco Malleco (CAM) en Tranaquepe, una localidad en la Región del Bíobío, al sur de Chile.
Lo interesante de ese hito es que varios de los que acompañaron a Llaitul en el proyecto están hoy entre rejas. Son los casos de Ramón Llanquileo, arrestado en enero de 2007 y sentenciado a cinco años por un ataque incendiario, y José Huenchuano, capturado el 21 de marzo de 2007 por motivos similares.
Manifiesto político
Llaitul, que hasta hace pocas horas le fue esquivo a la Justicia, nunca ocultó su lucha. No lo hizo en su resistencia al régimen de Pinochet y menos cuando emprendió la restitución de tierras a través de las armas.
Hubo un día, eso sí, en que decidió transparentar, con lujo y detalle, gran parte de sus operaciones. Fue el 10 de junio de 2022, en un centro comunitario de la población Lo Hermida de Peñalolén, comuna de la capital de Chile. Ante más de cien personas presentó el libro 'Chem ka Rakiduam', en el que se visibilizan las definiciones del grupo radical y se compilan una serie de testimonios de muchos de sus integrantes.
A los presentes se les solicitó apagar los celulares, ya que los temas que se tratarían esa tarde eran de extrema sensibilidad. El libro, sin embargo, no ocultó nada. "El sueño es que la forestal se vaya. Ese será el punto de partida... Nuestro objetivo y principal desafío como comunidad es que las forestales se vayan y dejen nuestras tierras. Sin importar el tiempo que pase, nosotros viviremos aquí, no nos iremos, porque a ellos los queremos fuera de este territorio", dice un extracto.
'Chem Ka Rakiduam' alude al pensamiento y acción de la organización. Su presentación se remonta al 26 de julio de 2019, en la ciudad de Temuco, zona de la que han surgido importantes operaciones del grupo armado. Posterior a eso, fue presentado por Jaime Castillo Petruzzi, quien permaneció preso durante 23 años (misma sentencia que se le ha asignado a Llaitul) en Perú por delitos de terrorismo como militante del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA).
En un video difundido el año 2020, Castillo Pertruzzi solo tuvo palabras de elogio para la publicación editorial. "Nos refleja acciones concretas, donde un puñado de combatientes son capaces de ir al corazón del enemigo de la industria maderera forestal, extractiva, depredadora, aniquiladora de nuestra naturaleza y causarles un daño en profundidad y después difundir eso".
[La monja en Chile que guardaba un cadáver en su casa por amor: se le acusa de inhumanización ilegal]
Lo dicho por el guerrillero sudamericano está en concordancia con lo escrito en el libro. "Nuestros objetivos han sido y serán en primer lugar las empresas forestales". "Estas acciones son legitimadas bajo una definición político-estratégica que considera a las empresas forestales como enemigos". Una de las acciones, dice, son las incendiarias.
"Territorio" y "autonomía" son términos que se mencionan a menudo en sus páginas. Dos ideales que se verían amenazados con el avance del capitalismo. Sobre la 'praxis política' de la CAM, se enumeran tres objetivos: la recuperación territorial, la soberanía sobre tales territorios y "acciones de sabotaje a todo tipo de instalación".
Llaitul, que ha sido condenado a 23 años a prisión, insiste en que su sentencia es una injusticia y que la lucha armada continuará a pesar de su privación de libertad. La CAM, mientras tanto, sufre ya la ausencia de su mayor promotor, y poco se sabe sobre cómo piensa reestructurarse en un futuro.